Todo lo que tienes que saber de la micropigmentación de la areola y el pezón
María Dolores Pérez, presidenta de la AMEPO, resuelve las dudas sobre esta técnica que a partir a ahora cubrirá la Seguridad Social.
La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, anunció en el pasado Consejo Interterritorial del Sistema de Nacional de Salud, celebrado el pasado 16 de noviembre, que la micropigmentación de areola y pezón en mujeres mastectomizadas será por primera vez financiada por la Seguridad Social, como parte de la reconstrucción mamaria. A partir de ahora, los hospitales públicos del país tendrán un plazo máximo de cinco años para incorporar el servicio.
"Siempre que a la paciente le falte la areola y el pezón, sea por enfermedad o porque se le ha realizado una mastectomía preventiva, la nueva ley contempla que se haga gratuitamente", explica María Dolores Pérez, presidenta de la Asociación de Micropigmentación Estética, Paramédica y Oncológica (AMEPO), e impulsora de la aprobación de esta ley —en 2015 registró una proposición no de Ley con el apoyo del PSOE—.
La experta en micropigmentación clínica ha hablado con El HuffPost para resolver todas las dudas sobre esta técnica.
¿Por qué es importante la micropigmentación de la areola y el pezón para las mujeres?
Siempre que realizamos este tratamiento es porque la mujer se ha quedado sin pecho, normalmente tras sufrir un cáncer de mama. Una vez que la paciente ya ha terminado con el tratamiento de quimioterapia y/o radioterapia se lo pueden reconstruir. Se hace por medio de unos injertos de piel y prótesis para que el pecho vuelva a tener volumen, pero no hay ni areola ni pezón, porque el tejido es un trozo de piel de la espalda o del abdomen.
Esto psicológicamente hace mucho daño a la autoestima, que ya viene dañada después de la enfermedad y el propio tratamiento. Cuando están curadas no se llegan a ver como antes de tener el cáncer, así que la micropigmentación supone el final de un proceso psicológico que les permite pasar página.
¿Y cuáles son los pasos a seguir?
Primero se hace la reconstrucción y a los seis meses, cuando ya ha cicatrizado todo y si la piel es buena, el cirujano puede crear un pequeño montículo que simule el pezón. Pero ese pezón no tiene color porque no deja de ser piel. En el caso de que el cirujano haya creado el pezón, a partir del mes y medio más o menos, ya se puede micropigmentar para crear la areola y dar color al pezón.
¿Cómo se hace?
Usamos un dermógrafo, una máquina con agujas. Creamos un dibujo óptico que trabajamos con una técnica en 3D creando luces y sombras para que no parezca que es plano y se aprecie rugosidad.
Si la máquina tiene agujas, ¿por qué se dice que la técnica es indolora?
Porque estas mujeres ya no tienen sensibilidad en la zona porque la piel es un injerto. En cambio, si la reconstrucción se ha hecho por la técnica que llamamos por expansor (estirar la piel que haya), sí pueden tener un poco de sensibilidad, pero en esos casos aplicamos una crema anestésica. Si tienen sensibilidad, tenemos los recursos para que no les duela.
¿El proceso de cicatrización es muy engorroso?
No. Durante 10 o 15 días se tiene que aplicar una crema regeneradora y epitelizante y no se puede ir a la playa o a la piscina, ni tomar el sol ni rayos UVA en 15 días. Por lo demás, la paciente puede hacer vida normal.
¿Cuánto tiempo puede tardar una mujer desde que empieza el proceso de reconstrucción en verse completamente recuperada?
Depende mucho de la lista de espera. Puede que la paciente esté curada, haya terminado el tratamiento y ya esté para reconstruirse, pero igual tiene que esperar un año y medio para operarse. Desde que se hace la reconstrucción, puede tardar unos siete o ocho meses en volver a verse como antes de tener el cáncer.
¿Cuántas sesiones se necesitan para completar la areola y el pezón?
El trabajo se realiza en dos sesiones. La primera, de 45 minutos y a los 30 días se realiza el hiperrealismo, que son solo 10 minutos.
¿Qué diferencia hay entre la micropigmentación y los tatuajes?
En la micropigmentación trabajamos en niveles más superficiales y con otros pigmentos, que en vez de permanentes son semipermanentes. Son específicos y tienen todo tipo de tonalidades que mezclamos entre ellos para crear una areola que sea idéntica a la de la mama sana.
Al ser semipermanente habrá que repasarla, ¿cada cuánto tiempo hay que hacerlo?
Si se utiliza una buena técnica de introducción y saturación de pigmento, se suelen hacer repasos cada cinco años aproximadamente.
Ahora lo va a cubrir el sistema de salud público, pero hasta ahora ¿cuánto costaba?
Al ser privado, el precio depende mucho del profesional que los realice. Hay clínicas de mucho prestigio que cobran 750 euros. Nosotros estamos cobrando 400 por todo el tratamiento. Los hay que cobran más y otros que cobran menos.
¿Las revisiones o repasos también las va a asumir Sanidad?
Eso no lo sabemos, pero suponemos que sí.
¿Las revisiones tienen el mismo coste que la primera micropigmentación o son más baratas?
Más o menos tienen el mismo coste porque empleamos el mismo material. El problema es que el bote de pigmento es monodosis, una vez que lo abres lo que sobra lo tienes que tirar. No lo puedes guardar por lo que el gasto es el mismo.
¿Tiene algún riesgo o incompatiblidad?
En principio no. De todas formas, siempre trabajamos con la orden médica del oncólogo. Igual hay momentos en los que la paciente está baja de defensas o tiene alguna infección o está tomando algún tipo de medicamento... en esos casos le aconsejamos que espere.
Además, aunque los pigmentos son hipoalergénicos y homologados por Sanidad, siempre hacemos una prueba de alergia para asegurarnos de que la persona no tiene ningún tipo de intolerancia a ese pigmento que le vamos a introducir en la piel. Se hace con unas garantías.
¿Y si la paciente prefiere recurrir al tatuaje tradicional? ¿Eso tiene algún riesgo?
El gran problema que tenemos en España es que solamente existe una marca de pigmento de tatuaje (permanente) que esté homologada por Sanidad. Y no es muy buena en cuanto al color. Por tanto, la mayoría de tatuadores utilizan tintas no homologadas y hay más riesgo de que en un futuro haya complicaciones como dermatitis o reacciones alérgicas.
Y lo que Sanidad ha aprobado para que se haga en los hospitales públicos es la micropigmentación, no los tatuajes.