No sólo sirve para acarrear lo comprado en Ikea: si hay un objeto que responde a la definición de polivalente es la mítica bolsa FRAKTA del gigante sueco. Es útil en viajes y mudanzas (FRAKTA significa literalmente "llevar" en sueco), pero tiene muchas más aplicaciones. Para algunos es hasta un accesorio de moda (que se lo digan a Balenciaga) o un objeto tan personalizable con el que se pueden hacer sombreros o chubasqueros.
30 años después de su lanzamiento Ikea ha decidido darle un homenaje a uno de sus productos más reconocibles —y, seguramente, baratos: en España cuesta 50 céntimos— con un 'spot' que muestra todo lo que se puede hacer con este, aparentemente, simple trozo de plástico. Por si te lo estabas planteando, sí, han hecho el cálculo: en su interior caben unas 2.500 albóndigas.