Todo lo que debes saber sobre las bacterias de tu vagina
No son tan malas como piensas.
Probablemente ya estés al tanto de que nuestro intestino está repleto de bacterias (esperemos que) sanas encargadas de ayudarte, entre otras cosas, a prevenir la obesidad y los trastornos digestivos, reducir el riesgo de sufrir ansiedad o Parkinson, e incluso algunos tipos de cáncer. Sin embargo, el intestino no es el único sitio del cuerpo en el que las bacterias florecen.
Existen comunidades de bacterias (microbiota o microbioma) en todo el cuerpo, incluso en la vagina, según Jacques Ravel, profesor en el Instituto de Ciencias sobre el Genoma en la Universidad de Medicina de Maryland (Estados Unidos).
"Las bacterias están presentes en todas aquellas zonas expuestas al medio ambiente o pueden estarlo cuando entran en juego agentes externos, como en el caso del intestino", señala Ravel.
Al igual que es importante que en el intestino afloren bacterias buenas, lo mismo ocurre con la vagina. La investigación del microbioma de la vagina está aún en sus inicios, pero sí que hay una serie de aspectos que los pacientes deberían saber de las bacterias que tenemos ahí abajo:
1. En algunas vaginas hay bacterias similares a las bacterias del yogurt: estas son bacterias 'buenas'
Una de las bacterias que encontramos en algunas vaginas son del mismo género que las bacterias que hay en el yogurt: los lactobacilos. Dentro de cada género hay varias especies. Y las especies concretas que podemos encontrar en la vagina son diferentes a las que hay en el intestino, en el tracto urinario y en algunos tipos de yogurt, explica Ravel.
Existen muchos tipos de bacterias que habitan en nuestra vagina, pero si entre todas ellas tenemos lactobacilos, estamos de suerte, asegura Ravel.
2. Las bacterias buenas ayudan a reducir el riesgo de infecciones por transmisión sexual
Los lactobacilos están asociados con un menor riesgo de infecciones como clamidia, gonorrea y VIH, así como con otros problemas como la enfermedad pélvica inflamatoria.
Algunos científicos como Ravel piensan que se debe a que los lactobacilos producen una gran cantidad de ácido láctico, lo cual reduce el pH de la vagina a un 3,5 o 4 (muy ácido). Y un entorno ácido es hostil para las infecciones, señala Ravel.
"La vagina es un entorno abierto, al igual que la boca, por lo que es susceptible a ser invadido por bacterias", apunta. Sin embargo, los lactobacilos la protegen de posibles infecciones.
Otra infección que los lactobacilos ayudan a prevenir es la vaginosis bacteriana. Es muy común y puede producir dolor o picor en la vagina, así como un olor intenso y flujo grisáceo (y, de no ser tratada, aumentar el riesgo de contraer otras infecciones más complicadas). Los antibióticos pueden ayudar, pero cuando una mujer ya ha contraído esta enfermedad una vez, es muy probable que sea recurrente, explica Ravel.
Muchas mujeres ignoran los síntomas o no se dan cuenta de que deberían comentarlos con el médico. Además, la mayoría de ginecólogos no suele buscar infecciones en las revisiones, por lo que si sospechas que pasa algo ahí abajo, ¡no te calles!)
3. Las bacterias buenas ayudan a prevenir el parto prematuro
Varios estudios sugieren que las mujeres embarazadas que tengan lactobacilos en su vagina tienen menos probabilidades de dar a luz de forma prematura. Un trabajo realizado con 49 mujeres embarazadas asoció los lactobacilos con un menor riesgo de parto prematuro y reveló que las mujeres con otros dos tipos de bacterias, gardnerella y ureaplasma, presentaban un mayor riesgo.
Sin embargo, otros estudios contradicen estos resultados, añade Ravel, pues sugieren que la raza puede explicar por qué los lactobacilos previenen el parto prematuro en unas mujeres y en otras no.
"Creo que la asociación entre ambas cosas es mucho más complicada de lo que pensamos, ya que el nacimiento prematuro es algo que puede deberse a muchos factores y causas", apunta Ravel.
4. Muchas mujeres no tienen bacterias vaginales 'buenas'
Una gran cantidad de mujeres no tienen lactobacilos en sus vaginas; en cambio, su microbioma tiene un aspecto totalmente distinto, con una gran variedad de bacterias y mucha menos acidez, añade Richard Cone, profesor de biología y biofísica en la Universidad Johns Hopkins (EEUU).
"Estas mujeres presentan un mayor riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH, y cuando se quedan embarazadas existen más probabilidades de que tengan un parto prematuro e infecciones perinatales", cuenta al HuffPost.
Ravel y sus colegas han recogido información que muestra que más del 25% de las mujeres no tienen (o tienen niveles muy bajos) de lactobacilos en su vagina. Esta cifra aumenta hasta un 40% en el caso de las latinas y se reduce por debajo de un 40% en el caso de mujeres afroamericanas.
Eso no quiere decir que las vaginas de esas mujeres no estén sanas, simplemente presentan un mayor riesgo de sufrir todos esos problemas de los que protegen los lactobacilos.
5. Puede que tu madre sea responsable del microbioma de tu vagina
Hay pruebas que indican que las bacterias vaginales buenas pueden pasarse de madre a hija. No es una cuestión de genética, sino que se debe a la forma de parto. Si una niña nace de forma vaginal, entra en contacto con la flora vaginal de su madre. Si la madre tiene bacterias buenas, puede que el bebé tenga esas mismas bacterias más adelante (ya que las bacterias vaginales no se acumulan hasta la pubertad), señala Ravel.
En cambio, los bebés nacidos por cesárea o de madres que no tienen lactobacilos tendrían menos probabilidades de desarrollar esas bacterias buenas en el futuro.
Sin embargo, algunos bebés nacidos por cesárea sí que acaban desarrollando lactobacilos en su vagina. De modo que, aunque la conexión tiene sentido, resulta complicado establecer con exactitud si esto es cierto. Sería necesario llevar a cabo más estudios, pero es difícil por cuestiones éticas, señala Ravel.
6. La píldora anticonceptiva puede modificar las bacterias de tu vagina
Existen métodos anticonceptivos que contienen estrógenos, como algunas píldoras anticonceptivas, y pueden hacer que se desarrollen y extiendan lactobacilos en la vagina, apunta Ravel. Esto se debe a que los estrógenos son responsables de que crezcan las bacterias en la vagina y es por esto que las mujeres no desarrollan bacterias vaginales hasta la pubertad.
Los anticonceptivos que contienen progesterona, como Depo-Provera, se han asociado a un mayor riesgo de infecciones, señala Ravel. Ahora, los investigadores estás estudiando si esto puede deberse a que esos métodos anticonceptivos inhiben el crecimiento de bacterias saludables.
7. Tener sexo también puede modificar las bacterias de tu vagina
Los hombres tienen bacterias en el pene, y esos microbios se asemejan a las comunidades de bacterias presentes en mujeres sin lactobacilos. Puede transferirse cuando tenemos sexo y, si lo hacen, tienden a destruir a las bacterias buenas.
Un estudio efectuó un seguimiento de varias mujeres a lo largo de varias semanas, en él se les realizó un exudado vaginal para analizar la microbiota, y las mujeres también informaron sobre su actividad sexual y hábitos de higiene. Los datos revelaron que las bacterias distintas a los lactobacilos pueden acabar colonizando la mircobiota vaginal a muy corto plazo (eliminando los lactobacilos), en algunos casos, en un solo día.
Esto no quiere decir que tener sexo elimine las bacterias saludables en la vagina de una mujer, pero es algo que puede suceder, plantea Ravel. El uso de condón ayuda a impedir que esas bacterias se extiendan.
8. Las duchas vaginales también pueden eliminar las bacterias buenas
No hay necesidad de limpiar la vagina. Basta con emplear un jabón suave y agua para limpiar un poco el exterior, lo demás se limpia solo.
Un estudio efectuó un seguimiento de 3.620 mujeres en un año e hizo pruebas a las mujeres cada tres meses en busca de una infección por vaginosis bacteriana. Las mujeres que dijeron haber hecho duchas vaginales se encontraban con mayor frecuencia en el 40,2% de mujeres que habían contraído la infección en algún momento del estudio.
9. Los científicos están trabajando para desarrollar probióticos vaginales
Muchos laboratorios están desarrollando tratamientos con probióticos (una mezcla de bacterias de mujeres sanas con lactobacilos, según Ravel) que podrían administrarse directamente en la vagina a fin de que los lactobacilos colonicen y se extiendan por la vagina de la mujer.
El desafío radica en encontrar un tipo de lactobacilo adecuado que sea capaz de hacer eso, ya que muchas cepas son demasiado débiles. Asimismo, resulta complicado determinar si esto funcionaría con todas las mujeres.
Otros laboratorios están trabajando en un tratamiento similar en forma de píldora. Ravel tiene esperanza y afirma que "cree que hay una solución en camino".
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por María Ginés Grao.