Todo lo que debes saber antes de adoptar un animal
Ni son un capricho ni está exento de requisitos.
Gorda, Ragnar, Puri, Pig y Jovito. Cinco crías que aparecieron a mediados de diciembre en un contenedor en Madrid. Apenas tendrán semanas, pero son los protagonistas del día a día de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid (SPAP), que prácticamente todas las semanas se encuentran con casos como este. Camadas de cachorros abandonadas a su suerte.
En estas fechas son de lo más codiciado, y las protectoras reciben más visitantes de lo habitual buscando el prototipo “un cachorro pequeñito que pueda vivir en un piso”. Pero en la mayoría de los casos se trata de lo que los expertos llaman una adopción impulsiva. La Navidad viene acompañada de cantidad de campañas con el eslógan “no compres, adopta”, pero una adopción impulsiva tomando a los animales como un regalo tampoco es una decisión adecuada.
Se sigue tratando a las mascotas como si fueran cosas o un presente físico cuando cuando en realidad son una responsabilidad y un miembro más de la familia. Por este motivo, algunas protectoras como la de Pontevedra han decidido no tramitar adopciones en Navidad.
Además de esto, hay una serie de factores a tener en cuenta antes de entrar en el procedimiento de adopción sobre lo que significa tener un animal en casa de una protectora y los requisitos necesarios para hacerlo.
Un 45% de las familias españolas con niños de entre 3 y 13 años se plantean que es buena idea adoptar o comprar un animal como regalo, según una encuesta realizada por la Fundación Affinity. En este mismo estudio, un 71% cree que es buena idea dárselo a los hijos por Navidad.
Esto tiene como consecuencia, más o menos directa, una falta de responsabilidad y de reflexión. “Actualmente se calcula que se abandonan unos 600.000 animales de compañía al año en España”, explica Arancha Sanz, abogada y portavoz de la SPAP, quien pone especial foco en las camadas, que multiplican los abandonos.
Más allá de la cría, los problemas de comportamiento o de adaptación al entorno son la otra causa de abandono o de retorno a las protectoras lo que se conoce como “fracaso de las adopciones”, que supone un 8%. “Suele ser porque no se ha adaptado a la familia o hay problemas de comportamiento que no han sabido gestionar”, apunta Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity. “Es incompatible la idea de regalo con la de incorporar un animal de compañía a casa”, añade.
Este porcentaje es tan bajo porque está mal visto abandonar y se suele dejar al animal en sitios donde no se pueda rastrear o en un lugar distinto donde no te conozcan, pero no en la misma protectora. “Por otro lado hay gente que los sigue regalando y cuando hay problemas no saben reaccionar. Mientras que las camadas no deseadas son el primer motivo de abandono actualmente”, señala Sanz.
Puede que los cachorritos sean lo más adorable del mundo —más aún si se suma la pena que provoca que no tengan casa—, que te encante tener un animal haciéndote compañía al llegar a casa o directamente es posible que tus hijos lo han pedido en la carta a los Reyes Magos. Pero, antes de tomar esta decisión, hace falta una reflexión meditada. Si puede ser, antes de ir a la protectora.
“Recomendamos que la persona que vaya a adoptar use plataformas como Miwuki, totalmente gratuita donde se aglutinan los animales de cientos de protectoras”, señala Buil, quien explica que la reflexión se puede hacer en familia y en “un entorno en el que se puede meditar”.
“No se toma la decisión en una protectora rodeado de perros, que te miran con ojitos de pena, y donde ves a un animal que te encanta, que te transmite muchísima ternura o pena y estás dispuesto a irte con él”, añade Buil.
Esta página web permite hacer un cuestionario con preguntas referentes a la futura vivienda del animal: cuántas personas viven en casa, qué se va a hacer en vacaciones, cuánto tiempo se está fuera o de cuánto dinero se dispone. A raíz de ahí, se muestran los animales más convenientes para cada perfil. También se añaden advertencias y consejos que invitan a reflexionar si el usuario se podrá hacer cargo del perro durante los 10 o 13 años de vida.
Tras este cuestionario, la protectora hace otra pequeña entrevista que se encarga de desmontar los mitos y las ideas preconcebidas con las que se viene a buscar un animal, según cuentan Buil y Sanz.
“Cuando vienen a adoptar, lo más importante es que la persona elija un animal que se adapte a él. La gente viene con una idea preconcebida, de quiero un perrito pequeño, uno grande o un gato. Vienen pensando: ‘me gusta este tipo de perro’ y puede ser una persona que no tiene tiempo para pasarlo con el animal”, detalla Sanz.
Por ejemplo, la idea de un “cachorro que después no sea muy grande” porque se vive en un piso pequeño es totalmente falsa. “Hay perros medianos e incluso grandes que son tranquilos pero necesitan tiempo de ejercicio que no se hace dentro de casa”, explica Buil.
Aunque las cuestiones de esta entrevista son similares a las del mencionado test, se recomienda también que participen todos los miembros de la familia y los responsables de la protectora son los encargados de comprobar si se trata de una adopción impulsiva. Siempre se guardarán el derecho a no dar en adopción el animal si no se considera óptima la adopción e incluso pueden visitar la casa.
“Se pregunta si la vivienda es un piso o un chalet, porque hay perros que necesitan más espacio, pero depende más del tiempo y de la actividad de esa persona. Se cuestiona si tiene tiempo para dar paseos, el horario y las rutinas que tiene, cuántas personas pueden repartirse las tareas y, si es una vivienda de alquiler, es indispensable el permiso del casero”, indica Sanz. La experta explica que para alguien que pasa 12 horas fuera de casa es más recomendable un gato porque no necesita salir a la calle y puede estar solo.
En el caso de adoptar un gato se pide que se protejan las ventanas con mosquiteras o rejas para evitar que se caiga. Y si se trata de un cachorro, que se esterilice al animal. Si todo esto es favorable, finaliza con un contrato de compromiso de adopción y cuidados.
La mayoría de las protectoras exigen una tasa de adopción con la que se cubran los gastos del animal durante su tiempo en la protectora, ya que se entrega generalmente vacunado, con microchip y, si es adulto, esterilizado. “Nosotros, en la SPAP, pedimos una cantidad de dinero que cubra los gastos y un donativo que quieran dejar para ayudar a la protectora. La cuantía depende del tipo de animal: un gato es más económico que un perro por la esterilización. También depende de las vacunas que tenga, si ha pasado una enfermedad o ha tenido un tratamiento veterinario especial”, explica Sanz.
La tasa de adopción podría rondar entre los 100 euros en los perros adultos de hasta 7 años y los 180 euros de cachorros menores de 4 meses, según señalan en Purina. En gatos adultos, podría oscilar entre los 212 y los 281 euros, según indican en Miwuki. Estos costes son mucho más baratos si se comparan con los de la compra de un animal: entre 500 y 1.500 euros sin ningún gasto veterinario.
La esterilización persigue acabar con la venta ilegal y el abandono de cachorros. “Tienes un animal y no lo esterilizas y si un día se queda embarazada, tiene ocho crías y es probable que no puedas hacerte cargo de todas. Y si no puedes conseguir una familia para ellas, acabarán en las protectoras”, explica Buil.
Sanz llama la atención especialmente en este punto y señala que “es buena para su salud” y para su comportamiento, especialmente en los machos. “Este control de hormonas evita el marcaje de territorio o peleas con otros animales”, detalla.
Actualmente, la esterilización no es un requisito a nivel nacional pero sí se practica en la mayoría de protectoras. La única comunidad autónoma en la que es obligatorio es La Rioja, según recoge en el artículo 11 de su Ley de protección animal.
La idea de que el perro o el gato de la protectora se adapte perfectamente a casa en unos días es totalmente idílica. “Quizás hay gente a la que se le descuadran las expectativas con los primeros problemas. Hay quien piensa que un perro adoptado va a ser todo amor desde el primer día, y no es así. Toda nueva relación requiere un proceso de adaptación importante”, advierte Buil, quien avisa a los posibles dueños de “estar preparado a lo que pueda pasar”.
Si surgen problemas de comportamiento en casa, agresividad o tristeza, propias de una experiencia traumática, las protectoras pueden asesorarlos con un etólogo o educador canino. “A veces por desconocimiento actuamos de una manera y en lugar de estar suavizando la situación la empeoramos y se les potencia el miedo”, señala Sanz.
El animal se tiene que adaptar a las costumbres que va a tener en casa y que, por ejemplo, se le vaya dejando solo desde el primer día para que no se acostumbre a que haya siempre alguien en el domicilio. Desde Experto Animal dan otros consejos para esta fase, como dejarle libertad para que olisquee la casa y la zona por dónde va a pasear para que conozca el entorno o no forzarle a interactuar.