Todavías
Procurar (que no "procurad" porque yo no soy nadie para dar órdenes) no olvidar que estamos llenos de "todavías".
Para ello basta con visitar un asilo de ancianos y cruzarnos con todas las miradas que buscan, desorientadas, un recuerdo de lo que fueron y de todo lo que hicieron. Es suficiente observar sus rictus de ausencia como último recurso para renegar de un cuerpo que, en realidad, ya no les pertenece, simplemente porque hace algún tiempo que no les responde.
Lo sé, da mucho bajón pensar en la vejez. Pero también uno siente alivio cuando toma conciencia de todos los todavías que nos quedan. Ley de Vida.
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