'The New York Times' necesita una sola foto para mostrar en el extranjero qué es Vox
Es, como mínimo, llamativa.
El prestigioso diario estadounidense The New York Times ha publicado un amplio reportaje a explicar que varios exmilitares españoles se dedican a criticar al Gobierno y a elogiar a Franco, lo que ha tocado “la fibra sensible en un país que ha sido gobernado por una dictadura militar”.
En el texto se apunta que el Ministerio de Defensa ha subrayado que las declaraciones no representan la opinión de los militares en activo, aunque el Gobierno ha emprendido acciones legales y algunos analistas han expresado su preocupación por el asunto.
The New York Times señala que “la creciente influencia de la extrema derecha dentro de las fuerzas armadas también se ha convertido en un problema en otros países, especialmente en Alemania”, y recuerda que todo ello coincide “con un impulso de los gobiernos para restringir los derechos individuales, como la libertad de movimiento, debido a la pandemia”.
El periódico estadounidense recoge las declaraciones de José Ignacio Domínguez, un exoficial del Ejército del Aire que afirma que las inclinaciones políticas de las fuerzas armadas actuales “son cada vez más próximas a las del partido de extrema derecha de España, Vox”.
“El año pasado, Vox se convirtió en el tercer partido más grande en el Parlamento, logró el 15% de los votos y superó su promedio nacional en provincias con grandes bases militares”, dice The New York Times, que en ese punto incluye una foto que explica muy bien en el extranjero qué es Vox.
La imagen está tomada en noviembre de 2019 en una concentración para conmemorar la muerte de Franco. En ella, junto a varias fotos del dictador, aparecen varios llaveros con la bandera de España y el logo de Vox.
Aquel día se tomaron otras fotos similares, con el logotipo de Vox junto a otros símbolos franquistas:
Domínguez subraya en el New York Times que “después de la muerte de Franco en 1975, la transición de España a la democracia ‘dejó al ejército completamente intacto’, por lo que “no es sorprendente que el nuevo partido de extrema derecha de España haya encontrado fuertes partidarios entre los muchos oficiales que siguen considerando que forman una guardia pretoriana y no parecen entender que deben obedecer a cualquier Gobierno que haya sido elegido democráticamente”.
Como ejemplo pone que España retiró una estatua ecuestre de Franco de su principal academia militar en Zaragoza en 2006, lo que significa que “cada uno de nuestros generales pudo pasar junto a una enorme estatua de nuestro ex dictador durante los dos años de su entrenamiento militar, algo que sería impensable en cualquier otra democracia moderna”.
El periódico también recuerda que el chat filtrado pedía el fusilamiento de “26 millones de hijos de puta”, una “aparente referencia a que más de la mitad de la población española dijeron que no compartía los puntos de vista de la derecha”.