El duro artículo del 'The New York Times' sobre España: así de mal ve la situación
El periódico ha puesto el foco especialmente en un asunto.
El prestigioso diario estadounidense The New York Times ha vuelto a reflejar la situación en la que se encuentra España. Desde que empezara el mes de julio, los rebrotes fueron aflorando por toda la geografía, pero en los últimos días ha sido cuando varios de ellos han estallado dejando territorios, especialmente de Cataluña y Aragón, contra las cuerdas.
La noticia comienza describiendo lo que sucedió en una discoteca de Córdoba. En ella casi un centenar de jóvenes dieron positivo siendo el brote más grande de Andalucía.
The New York Times explica que, una vez se concluyó el estado de alarma, Pedro Sánchez dejó la responsabilidad en manos de las comunidades autónomas.
“Ha convertido a España en un mosaico de nuevas reglas, algunas menos estrictas y otras más. Un mosaico desigual de éxitos mezclados con fallos alarmantes”, detalla.
Como contraste sitúa a otros países europeos como Alemania o Portugal: “Se han enfrentado a brotes locales importantes después de salir del bloqueo, pero la mayoría de ellos tenían una escala más limitada y se extinguieron con relativa rapidez. Las autoridades aislaron focos de casos nuevos y rastrearon a los que pudieron haber estado expuestos”.
El periódico destaca sobre todo que España necesita de más vigilancia de contactos, así como rastreo de los mismos y un mayor apoyo en pruebas de diagnóstico. “Sigue estando mal equipada”, lo califica. Todo ello ha llevado a los confinamientos recomendados de Cataluña, aunque subraya que la tolerancia pública a estas medidas puede ser menor que en marzo o abril.
Además, vuelve al tema de los jóvenes. The New York Times habla que tiene un doble significado: al haber más casos asintomáticos el sistema sanitario se resiente menos, pero también es más difícil de controlar. De ahí la importancia del rastreo y de hacer test masivos.
“España debería diseñar una estrategia específica para identificar pacientes asintomáticos. La capacidad de prueba y el seguimiento de contactos podrían mejorarse mucho”, asegura Helena Legido-Quigley, profesora de la universidad de Singapur.