'The Economist' se moja: le bastan tres palabras para definir la relación entre Sánchez e Iglesias
Dedica un artículo a analizar la situación política de España.
El prestigioso semanario británico The Economist ha dedicado un amplio artículo a analizar el primer año de funcionamiento del Gobierno de coalición en España y ha sido rotundo al definir la relación entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias como un “turbulento matrimonio político”.
La línea del texto se intuye desde su mismo epígrafe, en el que se puede leer “Frenemies of the left”, algo que traducido sería algo así como “amigos-enemigos en la izquierda”. En el titular, la publicación se pregunta si el líder de la izquierda de España tiene realmente “bajo control” a sus aliados de “extrema izquierda”.
The Economist subraya que “en un país donde la política está profundamente polarizada, la coalición no tendrá un camino fácil”, pero recuerda que ya ha sobrevivido a una pandemia que estalló un mes después de que el Gobierno echara andar. Además, destaca que el Ejecutivo ya ha logrado la aprobación de los presupuestos, por lo que Sánchez tiene ahora “la posibilidad de cumplir su mandato”, que dura hasta 2023.
En ese punto, The Economist señala que los críticos atacan a Sánchez argumentando que si ha sobrevivido es porque se ha alejado de la corriente principal de su partido. Como ejemplo pone las negociaciones de los presupuestos, cuando Iglesias “presionó al gobierno para que buscara los votos de los cinco parlamentarios de Bildu, sucesor político de ETA, el grupo terrorista vasco”.
“Para obtener los 13 votos de Esquerra, un partido separatista catalán, el gobierno también omitió de su nueva ley de educación una vieja estipulación de que la enseñanza debería ser al menos en parte en castellano en las regiones con una segunda lengua oficial (aunque esto ha sido ignorado durante mucho tiempo en Cataluña)”, dice el artículo.
The Economist se muestra muy rotundo sobre Bildu, del que dice que “en la mayoría de las democracias europeas sería rechazado” porque “sus líderes aún tienen que condenar plenamente la larga campaña terrorista de ETA por la independencia vasca, que terminó hace sólo nueve años”.
“La aceptación de Bildu por parte del gobierno provocó críticas incluso de algunos líderes regionales socialistas, algo poco común en un partido dominado por Sánchez”, dice el texto.
El semanario también habla de la oposición, de la que dice que ve a la monarquía, al poder judicial y a Europa como “baluartes” contra la izquierda. Por contra, apunta que Podemos quiere “deshacerse de la monarquía” y se “ha abalanzado sobre los escándalos financieros que rodean a Juan Carlos I”.
Además, dice que las alianzas de Sánchez han hecho saltar a la extrema derecha y recuerda que más de 100 militares retirados firmaron cartas abiertas al rey quejándose de que el “gobierno socialcomunista, apoyado por los partidarios de ETA separatistas” amenaza la unidad nacional: “El Ministerio de Defensa insiste en que los descontentos son solo una pequeña minoría que se han sentido alentados por el surgimiento de Vox, un partido de extrema derecha”.
The Economist recoge el sentir del PP sobre que Podemos “se come al PSOE”, que está cada vez “más influenciado” por su socio. Pero también da voz a fuentes socialistas que aseguran que Sánchez “ha domesticado a Podemos”.
“Su propia gente dirige la política económica y exterior, mientras que las carteras de Podemos, con la excepción del Ministerio de Trabajo, son decorativas. Pero Iglesias y su equipo, por temor a la irrelevancia, hacen mucho ruido en los medios”, asegura el semanario.
“Con el presupuesto aprobado, el valor de Iglesias para Sánchez ha disminuido. Pero no ha desaparecido. Es poco probable que el primer ministro quiera volver a enfrentarse a los votantes hasta que sientan la recuperación económica. Si es así, puede ser condenado a su turbulento matrimonio político durante al menos otro año”, concluye.