Tercer fallecido por picadura de avispa en Galicia en ocho días
Todas las víctimas eran alérgicas al veneno de estos insectos.
Un hombre de 65 años ha fallecido este sábado en San Cristovo de Cea (Orense) por la picadura de una avispa, insecto al que era alérgico, con lo que se convierte en la tercera víctima mortal en Galicia por un suceso similar en menos de diez días.
El suceso tuvo lugar a las 18.00 horas. La víctima se encontraba trabajando en una finca próxima a su vivienda cuando recibió la picadura de este insecto. Fue la propia familia la que le inyectó adrenalina antes de avisar urgencias.
Cuando llegaron los sanitarios (que se habían desplazado en una ambulancia asistencial, una UVI móvil y un helicóptero) no pudieron hacer nada por salvar su vida, han señalado a Efe. Se desconoce si fue picado por una avispa asiática o Velutina, que causa gran preocupación este año.
El 14 de julio falleció un hombre en Viveiro (Lugo) tras recibir la picadura de una avispa autóctona y cuatro días después murió un anciano en O Porriño (Pontevedra) tras la picadura de una avispa velutina mientras desbrozaba su finca. Los tres muertos eran alérgicos al insecto.
La avispa asiática (Vespa velutina), responsable según los expertos del 90% de las picaduras que se producen en áreas donde habita, puede producir la muerte en pocas horas a personas alérgicas o, en caso de ataque masivo, a aquellas que no lo son y cuya salud es precaria.
Nidos más pequeños y escondidos
Marcos Negrete, expresidente de la Asociación Española de Apicultores (AEA), ha explicado a Efe que "el año pasado, de cada cien nidos, resultaban atacadas unas 15 personas; este año, uno de cada dos nidos que retiro es porque las avispas han picado a alguien".
"No es que sean más agresivas, sino que los nidos son más pequeños y están más escondidos", ha detallado el experto, que en 2017 retiró hasta 200 avisperos en una ciudad de 50.000 habitantes.
Este año, sin embargo, recibe desde que comenzó la temporada entre uno y tres avisos diarios y sólo ha retirado de 30 a 40 nidos. "La primavera ha sido bastante mala y ha retrasado casi dos meses la aparición de las avispas", considera.
El investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales José Luis Nieves Aldrey ha señalado que este año, "más frío de lo normal", las reinas han puesto los huevos cuando la climatología ha sido propicia y ha habido más mortandad de hembras invernantes.
La picadura no es mortal en personas no alérgicas excepto si atacan muchas
La picadura de esta avispa, de tamaño similar al avispón europeo pero mucho más numerosa, "puede ser más dolorosa y sus efectos, como el malestar o la hinchazón, más prolongados, pero no mortal en personas no alérgicas".
Sin embargo, "si esa persona sufriera un ataque masivo, podría enfermar de gravedad e, incluso, morir", ha matizado Aldrey, que ha transmitido un mensaje de "tranquilidad" porque esta avispa "sólo ataca si se siente amenazada".
En este sentido, ha recomendado evitar los lugares donde anidan y avisar a las autoridades para que pongan en marcha el protocolo de lucha contra esta especie. "Ahora es el momento de actuar, pues en invierno no tienen actividad y no se detectan", apunta.
Además, "no conviene hacer aspavientos, intentar matarlas o agredirlas, porque en ese caso lanzan una feromona al aire que captan otros individuos de la colmena y se puede producir un ataque en grupo".
No tiene depredadores y es peligrosa para otras avispas y abejas
Esta especie exótica invasora se comporta "de igual manera" que el resto de avispas autóctonas, pero "preocupa que no tenga depredadores ni competencia con otras especies, lo que ha favorecido su adaptación", ha explicado Aldrey.
"Tiene preferencia por el clima atlántico, húmedo y templado, sin condiciones invernales muy rigurosas", ha añadido, y por eso tiene mayor incidencia en Galicia, Cantabria, País Vasco y Cataluña y se ha detectado en Navarra, La Rioja, Castilla y León, norte de Extremadura y Baleares.
Negrete ha pedido "especial cuidado en esta época, fijarse bien en los arbustos, al mover la leña, el material de jardinería o levantar una arqueta". Y ha destacado la amenaza que supone para las colmenas, a las que ataca para capturar abejas y alimentar a sus larvas en su fase carnívora.
Ha lamentado la falta de medios para hacer frente a esta plaga y la "nula preocupación" de la administración estatal, ya que "lo que estamos haciendo sólo sirve para que no piquen, pero no para controlarlas de manera global".
