¿Tenemos que cambiar la rutina de ejercicio durante la regla?
Es un problema sólo si tú quieres.
Los días más molestos de la regla no tienen por qué ser una excusa para dejar un plan de entrenamiento, pero hay que extremar precauciones.
Durante años la menstruación ha estado rodeada de todo tipo de leyendas urbanas, la mayoría de ellas, falsas. Y en este sentido el deporte durante los días del periodo ha sido gran protagonista; pero expertos médicos y entrenadores son claros al respecto: se trata de adaptar el esfuerzo y las rutinas a la condición de cada una, teniendo en cuenta el dolor y su contexto. Es decir, con sentido común y sin excusas.
"Simplemente, cada mujer debe hacer lo que le haga sentir más cómoda. Si por alguna razón sus menstruaciones son dolorosas, es preferible que no realice ejercicio extenuante o en exceso. Puede tomarse algún analgésico como ibuprofeno o naproxeno antes del ejercicio, preferiblemente previo al comienzo de la menstruación. Al mismo tiempo, si sus menstruaciones son muy abundantes, es preferible que encuentre la mejor opción para compatibilizarlo con el ejercicio, ya sea tampones o compresas especiales", explica el doctor Israel Carmona, ginecólogo del Institut Màrques.
"Es normal que, cuando aparecen los dolores, a muchas mujeres no les apetezca realizar ejercicio. Sin embargo, siempre las animo a hacer ese esfuerzo y llevarlo a cabo, porque el mismo entrenamiento les ayudará a aliviar dolores y calambres, así como mejorará su estado de ánimo y de humor", dice Juan Ruiz López, entrenador y responsable del Centro de Entrenamiento Personal JRL.
El porqué lo encontramos en las hormonas. "Aunque no a todas les afecta por igual, durante la fase crítica de la menstruación se da un descenso de progesterona que incide directamente sobre la serotonina, el neurotransmisor que interviene sobre el estado de ánimo. El ejercicio crea el efecto contrario y, aunque en esa etapa te encuentres peor y con menos ganas, entrenar a una intensidad más baja ayuda tanto al estado de ánimo como a tener una menor retención de líquidos", continúa.
¿Qué ocurre si, a pesar de los antiinflamatorios, el dolor persiste? Según los expertos, es ahí cuando hay que bajar la intensidad hasta el nivel que no moleste absolutamente nada. Incluso reposo llegado el caso. "El ejercicio se debe disfrutar, no hay que sufrir por ello", concluye el doctor Carmona.
Incluso podemos aprovechar directamente en nuestro beneficio los cambios hormonales. Durante la fase de la menstruación en la que el óvulo pasa al útero "aumenta el metabolismo, por lo que también mejora el rendimiento. Se debería aprovechar para entrenar con más intensidad ya que durante esos días se puede mejorar aun más", explica Ruiz López.
La regla se convierte entonces en una aliada. Adiós excusas y falsos mitos.
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