Suspenso en septiembre
No ha aprobado nadie: exámenes en blanco, exámenes con solo una pregunta (y mal) resuelta... El espectáculo era dantesco. Y ahora, ¿qué?
Puse los exámenes de recuperación de septiembre inusitadamente fáciles para la ESO. Es más, reutilicé los que, unos meses antes, había usado para recuperar la materia pendiente de 1º de ESO. Hablamos de Lengua castellana y Literatura.
Las preguntas no podían ser más simples: que si define qué es un texto narrativo, que si escribe uno de unas siete líneas, que si dime sus partes, que si esta palabra es aguda, llana o esdrújula (y, ya que estamos, por qué), que si me buscas un diptongo o me dices qué es un pareado. O sea, un compendio de lo básico de lo básico tanto para primero como segundo de ESO.
No ha aprobado nadie: exámenes en blanco, exámenes con solo una pregunta (y mal) resuelta, exámenes con varias preguntas en blanco... El espectáculo era dantesco. Y ahora, ¿qué?
Algunos de esos alumnos de los exámenes en blanco son “PIL”, es decir, que, como ya han repetido curso el año anterior, aunque suspendan todas, promocionan de curso “por imperativo legal”. En román paladino: si repites un curso durante la ESO, para el próximo tienes carta blanca. Había otros que solo tenían la Lengua suspensa. Total, qué más da pasar de curso con una pendiente, ya se encargarán los profesores de ponernos fichitas o examencitos para recuperarla el curso próximo. También los había que se jugaban el repetir o no por primera vez, pero el examen no variaba mucho de los otros casos que acabo de describir.
¿Qué hacemos con estas generaciones? Estos son los niños de las mayores tasas de obesidad y los dolores de espalda y cuello por la adicción que tienen al móvil y a las redes sociales. Estos son los pobrecitos que no pueden, cuando en realidad no quieren, a los que este sistema educativo les acolcha el camino hasta que salgan del instituto y que ya se estrellen entonces (total, ya han salido del sistema, las responsabilidades, a otro). Estos son los desmotivados que tampoco se dejan motivar (recordemos que la motivación no es maná que cae del cielo, sino algo que unos siembran y otros tienen que recoger).
En definitiva, las generaciones del persigue tus sueños, del cree en ti, del no dejes de soñar. Pero, oiga, ¿y el esfuerzo? No lo veo por ninguna parte.