Suspenso en feminismo
Adelante Andalucía no es la herramienta feminista que el cambio necesita.
Adelante Andalucía ha anunciado esta semana que el puesto en la Cámara de Cuentas de Andalucía que le corresponde como grupo parlamentario en el Parlamento Andaluz sería ocupado por un hombre ajeno a Andalucía. Esta elección, junto con la de otro hombre por Vox, ha provocado un bloqueo en los nombramientos de los futuros consejeros. La causa es que no se cumple con el criterio de paridad en la institución que desde 2007 exige una ley aprobada en el seno del Parlamento para que ninguna institución dependiente de este tenga un mayor número de miembros hombres que mujeres.
Que Vox proponga un hombre como consejero para la Cámara no sorprende, es un partido machista, misógino, que pretende relegarnos a los fogones, a la esfera privada, donde cualquier denuncia de desigualdad entre hombres y mujeres merece ser sancionada. Sin embargo, Adelante Andalucía también ha designado a un hombre, doctor en Sociología, de Madrid, sin anclaje en Andalucía, repitiendo las malas y denunciadas costumbres de la vieja política centralista y a pesar de que la que fuese secretaria de Economía y portavoz en la materia en el Parlamento Andaluz por Podemos Andalucía, Carmen Lizárraga, propusiese a una economista andaluza con experiencia en auditoría de cuentas que colaboraba en el Círculo de Economía de la formación morada. La elección también ha sorprendido de manera poco grata a personas de reconocido prestigio, como el economista Juan Torres López, que en su blog ha reflexionado sobre la desacertada decisión.
El cambio, el paso al frente de Andalucía, solo puede hacerse desde el feminismo. La falta de apuesta por una mujer economista y/o experta en auditoria de cuentas publicas como Consejera de la Cámara de Cuentas, con lazos reales con Andalucía -no se trata de mostrar el carnet de nacimiento, estamos con esta tierra y nos sentimos parte de ella- ha puesto de manifiesto que la confluencia Adelante Andalucía no es la herramienta feminista que el cambio necesita. La oportunidad era única para evidenciar que el futuro viene de la mano del feminismo, para poner en el centro la promoción de políticas centradas en las personas, en la igualdad, la sostenibilidad y la transparencia. Situar a una mujer en una institución y un sector tradicionalmente masculinizado hubiese sido toda una declaración de intenciones. Sin embargo, se ha optado por repetir los vicios de la vieja política, nombrando a una persona afín ideológicamente, independientemente del puesto, las necesidades y los principios políticos, en este caso el candidato es un viejo conocido miembro de Anticapitalistas próximo a Teresa Rodríguez.
En la actualidad hay dos movimientos de carácter transversal que convergen y que se han mostrado con la capacidad de interpelar e involucrar en el cambio político y social a las mayorías, son, sin duda, el feminismo y el ecologismo. La naturaleza de ambos es intergeneracional, diversa, internacionalista y sin embargo genuina en cada realidad cercana, lo que los convierte en los ingredientes indispensables que quienes tengan sed de cambio deben priorizar y anclar como pilares fundamentales en la construcción de una Andalucía de todas y para todas las personas.
El cambio en esta tierra solo será posible desde un espacio político que ponga por delante el feminismo, con rostros visibles de mujeres, en posiciones de responsabilidad, así como también el feminismo debe estar presente en las propias formas de hacer política, superando los viejos vicios de la política manida en la que los medios para alcanzar los fines no importan. Es evidente que ese amplio y desbordante espacio político que aúna los deseos de una Andalucía donde la igualdad, la justicia social, la sostenibilidad, el respeto a las instituciones y a lo público, a lo común y comunitario, donde quienes quieren y sienten a esta matria han de encontrarse y reconocerse, está aún por ocupar. De momento, suspenso en feminismo.