Surimi: origen, beneficios y falsos mitos
Las primeras referencias escritas de este alimento hay que buscarlas en el siglo XII en Japón.
Al igual que otros muchos alimentos que han llegado hasta nuestros tiempos, el surimi surgió mucho antes de la llegada de la industria alimentaria. Las primeras referencias escritas sobre esta comida datan del siglo XII y en la misma época la literatura japonesa habla del surimi como método de conservación del pescado. Por lo tanto, el surimi forma parte de la dieta de los japoneses desde hace miles de años y no solo ha sobrevivido al paso del tiempo, sino que también ha traspasado fronteras llegando a formar parte de la alimentación de otros países del mundo. Es el caso de nuestra dieta mediterránea en la que se ha introducido este alimento de origen japonés.
Con su irrupción surgen algunas preguntas como si nuestra alimentación es mejor ahora que antes o si todo responde a las modas que también han llegado al mundo gastronómico. En este momento en el que los deseos de cuidarnos más son prioritarios, sometemos a criterio la bondad de los alimentos de hoy y de siempre. Por eso, te contamos cuál es el origen del surimi, sus propiedades y algunos mitos que surgen alrededor de él.
Circula el mito de que las barritas de surimi son como una salchicha de mar. Resulta tentador compararlo con un embutido, bien porque su forma es cilíndrica o por un desconocimiento absoluto del producto en sí. Pero sin ánimo de comparar, el surimi no tiene nada que ver con ninguna salchicha ni por su elaboración ni por la parte de la materia prima que se selecciona para ello. Si tomamos el caso concreto de las barritasde surimi Krissia®, éstas están elaboradas única y exclusivamente lomos de pescado fresco. No están hechas de restos de pescado y crustáceos, como se suele atribuir al surimi, sino de lo mejor del pescado: sus filetes. Pero tan desconocido es el método de elaboración de estas barritas como el origen milenario del surimi en la cocina japonesa.
Cuando optas por comprar barritas Krissia®, llevas a casa surimi de calidad elaborado con pescado recién capturado. En este caso se emplea abadejo, especie de la familia del bacalao que se pesca en las aguas cristalinas de Alaska. Es allí en alta mar donde se extrae la proteína de sus filetes para garantizar todas sus cualidades. No hay nada artificial en la composición de las barritas, pues las proteínas del pescado se mezclan con ingredientes naturales como clara de huevo, aceite de girasol, almidón de maíz, sal y pimentón para darle color. Al igual que el requisito de la frescura, estos ingredientes son necesarios para lograr la textura carnosa de las barritas Krissia®, pero su presencia es mínima porque su base es el pescado. Siguiendo esta línea de ofrecer lo mejor de ese alimento, no contienen conservantes ni colorantes artificiales.
Todos estos motivos hacen que estas barritas sean una magnífica forma de incorporar proteína de pescado a tu rutina alimentaria porque gracias a que para su elaboración se utilizan filetes del abadejo, aportan proteínas de gran biodisponibilidad. Esto significa que contienen todos los aminoácidos esenciales, además de ser de fácil asimilación y digestión. Igualmente, aportan otros beneficios saludables: omega 3, procedente del pescado, y vitamina B12, presente en su forma más activa únicamente en alimentos de origen animal. Minerales como el selenio, son otros de los nutrientes de estas barritas que pueden tomarse en platos tan variados como pastas, arroces, cremas, ceviches, ensaladas, sándwiches y mucho más.
Además de ser un alimento de la cocina tradicional japonesa cuyos métodos de elaboración no han cambiado, el surimi puede ser un aliado más en el mantenimiento de una alimentación saludable. Por su parte, las barritas Krissia® incorporan este saber milenario junto a una materia prima de calidad y las técnicas más avanzadas. Con todo ello, es posible disfrutar hoy de un producto de siempre, fresco y con todas las garantías de salud alimentaria.