La edición en la que 'Supervivientes' se ha pasado las normas por...
El propio programa de Telecinco y Cuatro ha pisoteado sus reglas.
Primera regla de los realities: no filtrar información del exterior. No es que los concursantes de Supervivientes 2021 y sus familiares hayan sido tan sibilinos como para burlar a la organización, es que el propio programa ha permitido lo nunca visto en el formato a ojos de todos. Porque no han sido ni una, ni dos, ni tres veces las que se han quebrantado las normas del concurso —que emitirá su gran final este viernes 23 de julio—, han sido varias y sin disimular.
Sandra Pica
Para empezar, Supervivientes decidió que la visita de Tom sería Sandra Pica, la pareja con la que salió de La isla de las tentaciones, para que la audiencia presenciara en directo su ruptura (con Melyssa sentada en la arena, a su lado, con la apariencia de un Buda). La extentadora se quedó en Honduras los suficientes días como para poner a toda la isla al tanto de todo lo que pasaba en España. ¿Sanción? No. Invitaciones al Deluxe para hacer caja. Otra manera de sacar rentabilidad al quebrantamiento de las normas por parte de la cadena.
Anabel Pantoja
Anabel Pantoja visitó a ‘su negro’, o lo que es lo mismo, a Omar (su exfamiliar Montes no, su novio Sánchez). En esos momentos el concursante compartía isla en el destierro con Lola (y con Sara Sajén después). Más ancha que larga, la sobrinísima decidió contarles a ambos —delante de las cámaras, como si nada— todos los apoyos que tenían fuera, lo que se había dicho en los platós de televisión, quiénes eran los más y menos queridos... Les faltó contarles que Pablo Iglesias había dejado la política, pero claro, eso...
El programa jugó varios días sobre la supuesta sanción económica que le iba a caer a Anabel. Finalmente quedó en nada. Desde entonces, sólo se menciona ‘que Pantoja tiene la lengua larga’ para hacer chistes en galas y debates. Y ella, a reír. Y eso que gracias a su comportamiento los familiares que han ido después no han tenido los mismos privilegios, y no se han podido quedar a pasar la noche.
La organización del programa
Hasta la propia organización del programa ha pasado información del exterior a los concursantes de una forma que bien se podría interpretar como sorna. En uno de los juegos, los participantes debían adivinar qué compañero había pronunciado ciertas frases que los robinsones iban leyendo, o si sencillamente nadie las había pronunciado.
En el turno de Olga Moreno, la malagueña tuvo que leer “no tiene coño”. ¿Les suena? Efectivamente, es la frase con la que Rocío Carrasco se refirió a ella en Rocío, contar la verdad para seguir viva. Días después, Olga recibió una carta de su familia en la que se decía “a ti te sobra lo que a otras le falta”. Y desde entonces, los programas de Telecinco se convirtieron en un debate. ¿En esa carta se referían a Rocío Carrasco? Independientemente de la respuesta a esa cuestión, la veda la abrió... el programa.
Carlos Alba
En otra de las galas, una de las recompensas de los juegos era recibir la llamada y el consejo de un excompañero del reality. Tom eligió a Carlos Alba y el cocinero empezó a rajar sobre las alianzas de las que el francés debía prescindir para llegar lejos en Supervivientes. El presentador tuvo que interrumpir la conversación para advertir a Carlos de que no continuase por ese camino. Y nada más. La información le llegó a Tom sin problema.
El robo... y la reincidente
Lola, aislada en playa destierro con Palito y pasando menos hambre que el resto de compañeros (teniendo que hacer menos esfuerzo físico y recibiendo recompensas por pruebas mucho menos duras), decidió entrar en la caseta del equipo para robar galletas. La pillaron y... le gastaron una broma fingiendo que estaba expulsada. Un sustito de nada.
La exconcursante de La isla de las tentaciones reincidió. Total, la sanción había sido un chiste, literalmente. Junto a Omar fue robando paquetes de galletas y escondiéndolas tras la letrina. La pillada fue monumental, mucho más que el castigo para alguien que burla las normas por segunda vez: pasar dos días en el corralito (en el que otros compañeros habían pasado semanas) y sin pescar.
Conclusión, esta es la edición de Supervivientes en las que la organización se ha pasado más que nunca sus propias normas por el... Todo a favor del show, pero con una lectura clara: los concursantes son los más contaminados por la información que conocen del exterior de la historia del reality y su respeto a las normas no tiene porqué salir reforzado cuando las sanciones son de risa. Luchar por los 200.000 euros este año no ha sido tan complicado en este sentido.