Suecia y Finlandia arrancan el próximo martes su andadura en la OTAN: así será un proceso que puede durar hasta 2023
Turquía pedirá 33 extradiciones a ambos países tras levantar el veto a su entrada en la Alianza Atlántica.
Ha sido la madrugadora y buena noticia de la mañana en la Cumbre de la OTAN en Madrid: Turquía levantó este martes su veto a la candidatura de Suecia y Finlandia para entrar en la Alianza Atlántica, tras meses de intenso debate, y arranca ya el proceso de adhesión. Al fin una buena noticia, tras cuatro meses de guerra, para los funcionarios atlantistas.
El salto de Suecia y Finlandia se acerca ya a ser una realidad. Los aliados van a invitar oficialmente a los dos países nórdicos, que se alejan de una neutralidad histórica, y ahora queda por delante ver las condiciones de su acceso y el calendario. El siguiente punto será que los aliados de la OTAN firmen el protocolo de adhesión de Suecia y Finlandia. Según han confirmado fuentes aliadas a la agencia EFE, la cita se ha programado para el próximo martes en el cuartel general de Bruselas, en el seno del Consejo del Atlántico Norte.
Este documento se firmará “en paralelo” a las negociaciones de adhesión, que se espera que lleven tan solo unas horas puesto que Suecia y Finlandia están muy alineados con los estándares de la OTAN.
Por su parte, Jens Stoltenberg, el secretario general de la Alianza, ha calificado el pacto de “buen acuerdo” para todas las partes, añadiendo que implicará que los dos países nórdicos trabajen de forma “aún más estrecha” con Turquía para combatir el terrorismo, extraditar sospechosos o intercambiar información.
De momento, Suecia y Finlandia participarán en la cumbre de Madrid como socios y no como invitados, esto es miembros de facto, un estatus que tendrían de haberse firmado el protocolo de adhesión antes de la cita. Desde que el pasado 24 de febrero comenzase la invasión de Ucrania por parte de Rusia, ambos estados han participado en las reuniones de la OTAN como oyentes, porque estaban en la diana de las crecientes amenazas de Vladimir Putin.
Qué viene después
Después de la rúbrica en Bruselas, el documento llegará a las 30 capitales para que cada uno de los parlamentos ratifique la adhesión. Está sería la fase más larga debido a los distintos sistemas para avalar al nuevo socio.
Este procedimiento burocrático se demorará meses puesto que cada aliado tiene un sistema de validación diferente, y en muchos casos implica una votación en el Parlamento. Esto hace que el ingreso formal de Suecia y Finlandia no llegue hasta finales de 2022 o principios de 2023, algo que inquieta los candidatos que quieren contar con garantías de seguridad para este periodo ante las amenazas de Rusia.
Una vez todos los miembros de la alianza y los candidatos han aprobado estos protocolos, el siguiente paso será depositar estos documentos en Washington, donde son custodiados por el Gobierno de Estados Unidos.
El coste de la entrada
El levantamiento del veto a Suecia y Finlandia no ha salido gratis. El Ejecutivo de Recep Tayyip Erdoğan ha anunciado este miércoles que ya ha preparado 33 solicitudes de extradición de personas que considera terroristas.
El ministro de Justicia, Bekir Bozdag, ha explicado que hay seis expedientes abiertos sobre personas que Turquía considera miembros de la guerrilla kurda PKK, y otro seis de la secta islamista de Fethullah Gülen, a la que Ankara responsabiliza del fallido golpe de Estado de 2016.
En el caso de Suecia, el ministro ha hecho referencia a diez supuestos miembros de esa cofradía y a 11 de la guerrilla.
Stoltenberg ha insistido en que los ministros de Relaciones Exteriores de los tres países han acabado ideando una fórmula que satisfice a todas las partes, firmando un memorando de entendimiento que garantiza la protección de la seguridad de los demás, logrado con “esfuerzo y persuasión”, indican fuentes de la OTAN en la sala de prensa. Para la Alianza, “la lucha por proporcionar a Ucrania suficientes armas para contener a los rusos que avanzan lentamente, es un gran avance”, señalan.
La respuesta rusa
Con la ampliación estratégica de la OTAN hacia el báltico consigue acercarse aún más a Rusia duplicando su frontera directa. Y esto ha provocado la reacción del Kremlin. En concreto, Rusia ve con malos ojos los dos ingresos en la OTAN, ya que considera la ampliación de la Alianza Atlántica como un factor “particularmente desestabilizador”, según ha declarado el viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov.
“Nuestra posición es conocida, no cambia, consideramos la ampliación de la Alianza Atlántica como un factor particularmente desestabilizador a nivel internacional” y Moscú tiene una actitud “negativa” con respecto a la entrada de Suecia y Finlandia en la organización, ha señalado a medios rusos, según la agencia oficial TASS.
Lo que supone
Finlandia y Suecia traen consigo ejércitos sofisticados, tecnología de punta y extensas costas bálticas que emplear en la defensa de Occidente. Es una uy buena noticia para la OTAN que vayan a estar dentro.
Durante décadas, Finlandia ha reforzado su estatus de neutralidad, sin dejar de invertir en defensa notablemente y manteniendo el servicio militar obligatorio (para todos los hombres de entre 18 y 60 años; las mujeres se pueden alistar voluntariamente). Se puede hablar de realismo, de pragmatismo, porque ha sabido mantenerse fuerte ante hipotéticas amenazas -de Occidente no las espera desde hace décadas- sin enemistarse con Rusia, la segunda potencia defensiva mundial y poseedora de armas nucleares y con la que comparte muchos kilómetros de frontera, 1.300 kilómetros. El giro será importante. Con ella se estará dibujando un nuevo escenario no sólo en la seguridad europea, sino mundial. Sólo tiene seis millones de habitantes, pero una posición geoestratégica de primer orden y 338.440 kilómetros cuadrados de extensión.
Por su parte, el portal especializado en defensa Global Firepower (GFP), que publica listas anuales sobre el potencial militar de más de 140 países, coloca a Suecia en el puesto número 25 a nivel mundial, por encima de otras potencias militares como Corea del Norte o Sudáfrica. Se trata de un indicador estimado que compara la capacidad de combatir de un país en caso de guerra. En cuanto al presupuesto dedicado a Defensa, el Ejército nórdico también se encuentra en puestos altos en la clasificación, concretamente en el 26, con más de 8.600 millones de dólares anuales (unos 8.250 millones de euros). Si entra en el club atlantista, también pondrá al día su inversión en política de defensa, destinando el 2% de su PIB a esta materia en 2028. Es el horizonte ideal de los socios, aunque la media está ahora mismo en el 1,6%.