"Soy médico": el grito de una penitente en una procesión en Linares que impresiona en Twitter
Un hilo explica todo lo ocurrido.
La Semana Santa siempre deja escenas muy compartidas en redes sociales. Y esta que acaba de terminar, después de dos años sin realizarse procesiones en la calle, ha sido más especial que nunca.
Lo que es curioso es lo que ocurren en algunas de las muchas procesiones que se realizan por toda la geografía española. En ellas se ha visto absolutamente de todo, pero también se dan escenas de solidaridad y ayuda. Eso es lo que ha ocurrido en Linares.
María Camacho, en Twitter @_MIRypoppins, contó una de esas experiencias que se acaban convirtiendo en inolvidables con el paso del tiempo. Ella es médico y esa condición le hizo ser protagonista de un gesto muy aplaudido, ya que se percató del problema de salud que tenía un hombre que se encontraba sentado en el suelo, visiblemente mareado.
Al verle dijo en la calle que era médico, “la primera vez que he tenido que gritarlo en la calle”. El tema es que lo hizo vestida de nazarena, ya que estaba en procesión como hermana de la Cofradía de la Expiración de Linares. Y toda su historia se ha convertido en un fenómeno viral.
“La verdad es que cuando publique el tweet con la foto pensé que mis amigos se reirían un rato y que solo lo vería mi círculo más cercano Cuando desperté al día siguiente y vi que me había respondido tantísima gente no podía creérmelo”, nos cuenta María, que cree que si el hilo se volvió tan viral “más que por la historia en sí por como está contado”.
“Como cada Semana Santa, me encuentro en Linares. Para los que no lo conozcáis, es una ciudad (aunque mis amigos lo llamen pueblo) de Jaén, donde se toman las mejores tapas del mundo, huele a olivo todo el año, y a partir del 15 de abril hay 30ºC. Toda mi familia es de aquí”, comenzó escribiendo María para explicar lo que había sucedido y hacer así un hilo “por petición popular”.
“La Semana Santa en Linares, que puede parecer perdido en Jaén, es una auténtica pasada. Con deciros que esto es solo una banda de cabecera (que va anunciando la procesión) creo que os hacéis una idea”, añadía.
María, natural de Talavera de la Reina (Toledo), explicó detalles de la procesión de Linares, que “es la ciudad donde nacieron y vivieron mis padres”, y explicó que “después de 4 años sin estación de penitencia (2 por la pandemia y otros 2 por lluvia), pudimos salir en procesión” con un recorrido de ocho horas.
“A las 3 de la tarde en Linares empezaba a evaporarse el agua de las fuentes. Llevábamos 1 hora procesionando, pasamos por una calle al sol, y vi a un señor sentado en el suelo. El señor estaba más blanco que la túnica del Resucitao y a su alrededor había un círculo de personas de pie mirándole de reojo y una revista medio doblada que le daba un aire relativo. Todo esto al sol de Linares”, contaba María sobre la situación vivida durante la procesión.
Según fueron avanzando los minutos, esta joven aseguró entrar “en lucha interna porque se supone que procesionando no se debe saber quién eres. Vas haciendo penitencia, y por ello esto no es una fiesta de disfraces”. Pero, eso sí, y como ella mismo escribía “sigo siendo médico, y tengo el deber de intervenir”.
“No sabía si intervenir no porque no quisiera o no identificara que necesitaba ayuda, sino porque es muy frecuente que a la gente le den estos golpes de calor en Semana Santa y siempre suele haber un sanitario cerca que sabe lo que hacer, o incluso gente que no es sanitaria que sabe manejarlo”, cuenta a El HuffPost María.
“Total que el señor ya estaba poniéndose blanco morado verde y de los colores de todas las procesiones de Linares y dije ya. Me acerqué a la capataz, le expliqué en 3 segundos y le di mi cirio. Me salí de la procesión con un soy médico (por fin). La gente flipando”, escribía María en su cuenta de Twitter.
Así, y “con la túnica por el suelo la capa volando y el gorro aún puesto dándole a todo ser humano alrededor, dije de tumbarlo y subirle las piernas y empecé a hablar con él”.
María cumplió con su obligación de médico y “en cuestión de 3 minutos el señor estaba como nuevo. Justo cuando la procesión se ponía en marcha. Me despedí de él y me dispuse a seguir con otras 6 horas de procesión. Se puso de pie y siguió viendo la procesión”.
Y así acabó una gran historia que ha causado un fenómeno viral en Twitter con 17.000 ‘me gusta’ y un gran seguimiento a cada tuit que componía un hilo que bien demuestra por un lado que en la Semana Santa y las procesiones todo puede pasar y por otro que la solidaridad y ayuda se puede dar en cualquier circunstancia.
Desde la Cofradía de la Expiración de Linares han querido “expresar el reconocimiento que merece este comportamiento solidario de esta hermana componente de las filas de tramo. Porque de esta forma, tan precipitada pero tan espontánea, puso de manifiesto un valor como es la solidaridad, que tanta falta hace hoy día en nuestra sociedad”.