SOS de un padre desesperado en busca de su hijo con un trastorno mental
"Queremos recuperar a nuestro hijo, que necesita ayuda inminente".
El caso de Aitor Rivero es el de tantas personas con necesidad de atención psiquiátrica que un día colapsan y desaparecen sin que las instituciones públicas entiendan que son enfermos que precisan atención médica urgente. Su padre, Boris, ha seguido sus pasos hasta Lisboa, en un viaje desesperado en su busca, antes de que sea demasiado tarde. Las enfermedades mentales que la pandemia ha profundizado son una dramática realidad cada día más frecuente.
“Nuestro hijo, Aitor Rivero Muñoz, de 27 años, lleva desaparecido desde el pasado 7 de junio en la zona de Lisboa. Empezó a tener crisis de ansiedad y confusión mental el pasado mes de mayo. Decidió entonces iniciar un viaje estando ya bastante colapsado y con un preocupante estado de incoherencia.
Aitor, aunque licenciado en historia, había destacado desde pequeño por sus conocimientos autodidactas en informática, ámbito en el era un demandado consultor desde muy jovencito.
Durante este año de pandemia, le fichó la compañía Indra y estuvo teletrabajando para ellos hasta el pasado mes de abril, en que se despidió sin más. Aitor llevaba una vida normal en Coin (Málaga), donde vivía hasta que todo se torció.
Fue justo entonces cuando comenzó a referir ideas que tratábamos de quitarle de la cabeza, con síntomas preocupantes, cada día más encerrado en su mundo. Tratamos sin éxito de que un profesional le tratara pero solo sirvió para que desconfiará de nosotros y pensará que queríamos tutelarle.
Su último whatsapps lo recibió su madre el 5 de junio, le decía que estaba en Sevilla y volvería en 3 días. Tratamos de denunciar en Coin su desaparición y la urgencia en encontrarle porque se trataba de un enfermo mental que requería tratamiento urgente. Pero no nos creyeron. La denuncia la logramos poner el día 29 en el cuartel de guardia civil de Fuengirola, no sin trabas porque se trata de un mayor de edad y no había forma demostrar la importancia de su rápida localización ante las autoridades.
La familia hemos estado aproximadamente un mes sin conocer su paradero, hasta que pudimos verificar su destino en Portugal por los movimientos bancarios. Llegó allí el 7 de junio y el día 22, la grúa municipal remolco su coche hasta un depósito municipal, donde Aitor en vano intentó sacarlo en varias ocasiones, la última el día 25 escalando la verja de espino y arrancando el motor, pero los vigilantes le echaron a la fuerza y no dieron parte.
Entre la documentación que hemos encontrado, había búsquedas de datos del consulado español en Lisboa, donde creemos que acudió sin éxito, y direcciones de ayuda psicológica, por sus obsesiones mentales. En esta fecha precisamente se quedó sin dinero en las tarjetas y debido a su confusión ya no fue capaz de realizar traspasos desde donde tenía saldo suficiente.
La coordinación con el grupo policial portugués está siendo muy lenta, una vez ya se dieron las alertas de Interpol y en la zona Schengen. Nuestro hijo lleva viviendo en la calle desde el día 22, sin ninguna ayuda y sin que la policía portuguesa haya creado ningún operativo de bússqueda.
Hemos tenido sendas reuniones con el Consulado español y con la policía Judiciaria portuguesa y todo va en la línea antes indicada, de gestión “pasiva”, sin ninguna estrategia para localizarlo.
El pasado día 11 de julio fue retenido por la policía, en un supermercado de Cascais, donde estaba comiendo sin pagar. Esta información ha sido facilitada muy tarde por la policía, hace solo dos días y no se cruzaron datos pues habría saltado la orden de búsqueda.
Tenemos varios testimonios de mendigos que dicen haberlo visto, pero no ha sido posible contrastarlo. Siempre mencionan que anda rápido y abstraído
La familia está desesperada y en Portugal carece de apoyo, salvo el que nos brinda la guardia civil de Málaga y un equipo de psicólogos amigos de la familia. Queremos recuperar a nuestro hijo, que necesita ayuda inminente”.