Sólo Podemos respalda a Irene Montero tras acusar al PP de fomentar "la cultura de la violación"
Miembros del PSOE se desmarcan de las declaraciones de la ministra de Igualdad.
La cara de la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, sentada justo al lado, lo decía todo. Sin apenas modificar su expresión, buscó con la mirada la complicidad de la bancada de enfrente, donde se encontraban los diputados socialistas y otros ministros del Gobierno.
Mientras lo hacía, los parlamentarios del PP vociferaban una fila más arriba, con gritos de “vergüenza” y exigencias a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para que reprendiera a la ministra de Igualdad, Irene Montero, que acababa de acusarles de fomentar “la cultura de la violación”.
″¡Les pido silencio! ¡No se interrumpe una pregunta! ¡Silencio!”, se esforzaba por controlar el Pleno Batet ante el enfado de los diputados populares, que pedían a voces la dimisión de la ministra.
A instancias de la presidenta del Congreso, Montero retomó la palabra para acabar su respuesta. Cuando se sentó, Morant, del PSOE, seguía mirando las reacciones de sus compañeros de partido.
Después, Batet reprendió a la ministra:
Montero negaba con la cabeza mientras escuchaba a la presidenta del Congreso, que permitió la respuesta de la portavoz del PP, Cuca Gamarra, que tildó de “altamente ofensivo” el comentario de la ministra.
“Que esté vertiendo estas afirmaciones contra un partido que ha luchado y va a seguir luchando por la igualdad en este país y por que se acabe con la violencia de género. Lo que tiene que hacer es asumir sus responsabilidades y ser un poquito más responsable, por respeto a las víctimas”, ha dicho la secretaria general del PP.
Montero se ha negado a rectificar su frase y ha contestado así: “No sé cómo llaman ustedes a decirle a una mujer que vigile su copa en lugar de poner el foco en el agresor como han hecho usted en la campaña en Galicia. Pónganle ustedes el nombre”.
La ministra hacía referencia a la campaña con motivo del 25-N de la Xunta de Galicia, gobernada por el PP, con el siguiente lema: “Te vistes con mallas de deporte. Vas a correr por la noche. ¿Qué sucede ahora? No debería pasar, pero pasa”.
Esa ha sido la razón por la que Montero ha acusado al PP de fomentar “la cultura de la violación”, una expresión que no es una ocurrencia de la ministra, sino un concepto feminista y sociológico con más de medio siglo de vigencia que hace referencia a la forma en la que la sociedad culpa a las víctimas y normaliza la violencia sexual. El término trata de definir lo que se considera un problema social y cultural, que acepta como normales comportamientos y actitudes que cosifican a las mujeres y culpabilizan a las víctimas, negando y trivializando las violaciones.
Sin embargo, el respaldo que ha recibido la ministra tras la bronca en el Congreso sólo ha llegado de parte de su partido, Podemos.
Sus socios de coalición, el PSOE, han preferido desmarcarse e incluso criticar abiertamente las declaraciones de Montero.
“No me han parecido las mejores palabras después de todo lo que hemos vivido en este Congreso. Precisamente ella, que ha sufrido esta agresividad verbal, no debería jugar con esto”, ha dicho en los pasillos del Congreso Patxi López, portavoz socialista en la Cámara Baja.
A pocos metros de allí, la ministra de Justicia, Pilar Llop, era cuestionada por los periodistas sobre las declaraciones de Montero. Ni una palabra sobre la bronca política ni sobre las declaraciones de su compañera de Gobierno.
“Creo que todas las fuerzas políticas que votaron a favor de la ley integral contra la violencia de género, como el PP, y que luego votaron el Pacto de Estado, son partidos que están a la altura de las circunstancias y que tienen ahora que apoyar y ser conscientes que tenemos que seguir luchando contra la violencia machista”, se ha limitado a decir Llop, quien apenas 24 horas antes había defendido con contundencia la ley del ‘sólo sí es sí’.
Era el tema en los pasillos del Congreso y Gabriel Rufián, portavoz de ERC, defensor en muchas ocasiones de Montero desde su escaño, ha preferido no añadir más ruido al ruido. “Si siguen su comparecencia, ha citado una serie de eslóganes de campañas públicas de sitios donde gobierna el PP y ha dicho eso. No soy nadie para entrar en el contenido y no voy a fomentar la violencia verbal y la cacería que hay contra una ley necesaria y el clasismo que hay contra Irene Montero”, ha afirmado.
Rufián cree que no se puede equiparar “lo que puede llegar a decir Vox” y lo que dicen el resto de grupos. “Todo el mundo tiene días desafortunados, yo los he tenido mil veces. Todos los que tenemos un micrófono delante nos podemos equivocar. Pero lo que hace Vox no es mala educación o un mal día, es pura violencia y no es equiparable a que se le llame a alguien de ultraderecha”, ha agregado el diputado republicano, que se ha negado a valorar el fondo de las declaraciones y a “fomentar la equiparación” que no comparte.
El apoyo más explícito a Montero ha llegado desde su propia formación. Aina Vidal, portavoz de En Comú Podem, también desde el Congreso ha recordado que hasta la ONU utiliza la expresión “cultura de la violación” y se ha quejado de que Batet haya vetado “un término que es sociológico”.
El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, también ha respaldado a la ministra, afirmando que por “lógica aristotélica”, si el PP realiza campañas como la de Galicia, es “verdad” que fomentan esas actitudes y ha calificado de “inaudito” que Batet “no sepa este concepto” y lo haya retirado del diario de sesiones del Congreso.
A través de Twitter, la también ministra, Ione Belarra, líder de Podemos, ha dado la razón a Montero: “Sí, cuando culpas a la víctima de la agresión sexual porque llevaba mallas e iba a correr por la noche, estás promoviendo la cultura de la violación. Lo hace el PP y bien claro se lo ha dicho la ministra de Igualdad. Muy bien, Irene Montero”.
Han sido de los pocos apoyos que ha recibido la ministra, cuya dimisión han pedido insistentemente desde el PP. La primera, Cuca Gamarra, que a la salida del Pleno ha asegurado que Montero “no puede estar ni un minuto más” en el Consejo de Ministros y ha señalado al presidente del Ejecutivo, a quien ha pedido que cese a la titular de Igualdad.
Lo mismo ha hecho el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien ha instado a Montero a “recoger su despacho”. “No se ponga nerviosa”, ha pedido el dirigente popular, quien cree que la ministra debe asumir “su responsabilidad” y dejar de “embarrar la política española”.
Las críticas se han repetido en toda la derecha española y también entre algunos responsables regionales.
Sorprendente ha sido la crítica de la consejera de Igualdad de Castilla-La Mancha, la socialista Blanca Fernández, quien cree que “decir que el PP fomenta la cultura de la violación es una barbaridad”. “Creo que es muy injusto”, ha aseverado.