¿Cuántos refugiados ucranianos hay en España? ¿Qué pasa cuando llegan? Las claves del sistema
Más de 1.500 familias españolas ya se han ofrecido a acoger a personas que huyen de Ucrania.
Más de un mes después de que Rusia invadiera Ucrania, la población sigue huyendo desesperada de los bombardeos y las ruinas. La Organización de Naciones Unidas calcula que más de 4 millones de ucranianos han escapado del país en este tiempo, en un éxodo tan rápido como masivo.
En España, las iniciativas particulares de los primeros días –familias yendo a recoger niños a la frontera, taxistas trayendo a familias– han dado paso a un amplio sistema de acogida coordinado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Si bien hubo críticas por la tardanza en su implementación, el plan ya funciona (casi) a pleno rendimiento, y las organizaciones especializadas celebran que así sea. “Era necesario canalizar todo esto”, explica María Tejada, portavoz de la ONG Accem. “No se puede ir a recoger a gente en la frontera sin saber si el lugar donde luego la vas a dejar es el adecuado, si en ese centro hay plazas, si esas personas tenían contactos en España…”, ilustra Tejada. “Bajo la buena voluntad o la intención de ayudar, a veces las personas complican más las cosas”, comenta.
Con más de treinta años de experiencia, Accem es la organización encargada de gestionar el Centro de Recepción, Atención y Derivación (CREADE) de refugiados ucranianos de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Es uno de los tres centros españoles puestos en funcionamiento para esta crisis –los otros están en Barcelona y Alicante–, a la espera de que se abra el cuarto en Málaga.
Más de 25.000 ucranianos han obtenido la protección temporal
Según datos del Ministerio de Inclusión, en algo más de dos semanas, más de 25.000 personas afectadas por la guerra en Ucrania han obtenido la protección temporal en España, lo cual las habilita para trabajar y residir en el país durante un año. Casi 35.000 ucranianos más tienen ya cita previa para obtenerla en las próximas semanas, señalan estas fuentes.
Esta es la primera vez que la Unión Europea activa la Directiva de Protección Temporal, que se aprobó en 2001, tras la guerra de Kosovo, pero que no se puso en marcha ni con la guerra de Siria ni con la toma de Afganistán por parte de los talibanes el pasado agosto. Aunque la directiva europea no garantiza que los refugiados de Ucrania no nacionalizados reciban la protección de forma automática, España sí lo aplica, ampliando esta protección a todo aquel que escape de Ucrania, independientemente de su nacionalidad.
“Nos alegra que por fin se haya aplicado [la directiva]”, señala María Tejada. “Es inédito, y un logro, que las personas puedan llegar al centro [de recepción] y salir documentadas a las 24 horas. Es completamente inédito”, reitera.
De alguna manera, esto da la razón a los colectivos antirracistas, que desde hace semanas denuncian una doble vara de medir en la gestión de crisis humanitarias muy parecidas: ¿Por qué ahora sí se implementa la directiva y antes no? ¿Por qué se recibe con los brazos abiertos a refugiados rubios y no a los más morenos?
Diferencias entre unos y otros refugiados
La “gran diferencia con respecto a crisis anteriores”, explica Tejada, es que a los ucranianos que ahora llegan a España “se les da una resolución inmediata” a su solicitud de asilo. “Esto es protección temporal; si fuera protección internacional –el cauce habitual– tendrían que esperar como mínimo tres meses”, cuenta la portavoz de Accem. La actual directiva permite, por tanto, agilizar mucho más los trámites “para proteger a las personas, documentarlas y permitirles que puedan empezar a reiniciar inmediatamente su vida”, afirma Tejada.
Según datos del Ministerio del 29 de marzo, los tres CREADE en funcionamiento han atendido ya a 8.688 personas, de las que el 37% son menores. Más de 14.000 ucranianos están ya dentro de la Red Estatal de Acogida, que tiene presencia en todo el territorio nacional.
A preguntas de El HuffPost, el Ministerio de Inclusión no se atreve a dar datos exactos sobre el número de plazas de las que dispone esa red en total. “El sistema estatal está extendiéndose diariamente en función de las necesidades, por lo que no contamos con una cifra actual de plazas desplegadas”, señalan.
“Estamos aumentando muchísimo nuestra capacidad para poder dar respuesta”, ratifica María Tejada, que destaca: “Tampoco hay que olvidar que el conflicto de Ucrania se suma a la necesidad de protección que ya existía para otras nacionalidades”. “Hay gente que viene huyendo de conflictos enquistados desde hace mucho tiempo: refugiados de Mali, de Afganistán, de Siria, de Centroamérica... Estas personas se encuentran en una situación similar, y siguen llegando”, recuerda.
Documentación exprés y derivación: cómo funciona el centro de Pozuelo
María Tejada explica que los CREADE se encargan de recibir, atender y derivar a las personas recién llegadas del conflicto, por lo que los refugiados no suelen pasar allí más de 24 o 48 horas. El centro de Pozuelo, por ejemplo, cuenta con unas 450 plazas de acogida, y están teniendo “una ocupación que roza el cien por cien cada noche”, explica Tejada. Para la parte de acogida, el centro está abierto 24 horas al día, siete días a la semana.
El principal objetivo, no obstante, es el registro de estas personas, la atención de sus necesidades más inmediatas, que salgan del centro debidamente documentadas y que, en función de sus necesidades, la red nacional de acogida les asigne una plaza apropiada.
En el CREADE de Pozuelo, Accem se encarga de entrevistar a los recién llegados, que después pasan a ser atendidos por la Policía (dentro del mismo centro) para cumplimentar la solicitud de protección temporal y para que el Ministerio de Inclusión les dé un número de la Seguridad Social.
Cuando ya tienen ese primer trámite, vuelven a pasar por Accem y se les hace una segunda entrevista “para detectar vulnerabilidades y saber qué tipo de atención necesitan”, cuenta Tejada.
“Llegan con mucha tensión y con mucha incertidumbre”
La portavoz de Accem señala que “en la primera llegada están siempre muy desorientados”. “Incertidumbre” es la palabra que, para Tejada, mejor define la sensación con la que los refugiados acceden a los Centros de Recepción.
“Estas personas están tomando un camino que no han elegido, y ya sólo eso hace mella en tu persona; no es algo que quieras hacer, sino algo que no te queda más remedio que hacer, porque corre peligro tu vida o la de tus seres queridos”, ilustra. “Llegan con mucha tensión y con mucha incertidumbre, se ven en una situación que jamás podrían haberse imaginado”, prosigue Tejada. “De repente, te ves totalmente dependiente del exterior, lo cual genera muchísima inseguridad e incertidumbre por el futuro, sumada a la que ya sienten por las personas que han dejado en su país”, dice.
Tras esa primera recepción, “luego van saliendo esas heridas que el trauma va generando”, cuenta Tejada. La portavoz de Accem lo sabe porque, “desgraciadamente”, como trabajadora de este sector está acostumbrada a ver a personas que entran a España en las mismas circunstancias que los ucranianos ahora. “Es un cuadro que tiene todas las características de quienes llegaban y llegan de la guerra de Siria o, en general, de las personas refugiadas de otros conflictos”, apunta.
1.500 familias voluntarias: así funciona la acogida por iniciativa particular
Una novedad más en la gestión de esta crisis humanitaria es el Plan Acoge Ucrania, también desplegado por el Ministerio de Inclusión, que permite que familias residentes en España se presenten como voluntarias para acoger a familias que huyen de Ucrania. Desde su puesta en marcha hace apenas una semana, 1.500 familias españolas ya se han registrado, según datos facilitados a El HuffPost por el Ministerio que encabeza José Luis Escrivá.
“El proceso sigue su curso, tal y como se anunció”, apuntan desde este Departamento. “Las familias idóneas para este proyecto van a ser entrevistadas, y se va a ir viendo qué familias ucranianas podrían ser derivadas en función de múltiples criterios para que esta acogida se produzca de la mejor manera posible en cada uno de los casos”, explican.
A través del Plan Acoge Ucrania, que se lleva a cabo en colaboración con la Fundación ”la Caixa”, España contará con una red de familias de acogimiento previamente seleccionadas según criterios como el número de personas a las que están dispuestas a alojar, las características de su domicilio o el plazo durante el que podrán asegurar su compromiso de acogida.
Tal y como anunció el Ministerio la semana pasada, se realizarán proyectos piloto en Madrid, Barcelona, Murcia y Málaga, y el acogimiento durará entre seis meses y un año. Las familias interesadas pueden llamar al teléfono 900 67 09 09, operativo de lunes a domingo en horario de 9 a 22:30 horas.
De nuevo, María Tejada, de Accem, insiste en la importancia de que estas iniciativas de acogimiento se hayan canalizado por la vía institucional. “Sabemos cómo trabajar; por eso abogamos por el trabajo profesional”, dice. “Ya no sólo por logística, sino por el tratamiento a las personas, que vienen con una carga traumática importante”, señala. Y para evitar el "problema real de captación y trata de personas con fines de explotación sexual", en el que mujeres y niños son los más vulnerables, añade Tejada. “Hay que tener muchísimo cuidado. Eso de: ‘Me traigo un niño porque aquí va a estar mucho mejor’… bueno, no es tan sencillo”, recuerda.