Sin quién no estaría aquí... Darío Madrona, creador de 'Élite'
¿Quién está en los orígenes de nuestros directores, creadores, guionistas más rumbosos?
Cuando murió Antonio Mercero les pregunté a varios creadores españoles qué creían que había supuesto su figura en la ficción española. Quería, además de rendirle un homenaje a Mercero, irme a los principios de las cosas, reivindicar la escritura, la dirección, la creación sincera. ¿Sin Farmacia de guardia tendríamos la ficción española que tenemos? Aquello me dio la idea con la que arrancamos hoy esta serie de conversaciones.
En estos días extraños de consumo masivo de ficciones y relatos, he buceado entre sus responsables buscando una respuesta: ¿Quién está en los orígenes de nuestros directores, creadores, guionistas más rumbosos? ¿Qué personas, qué historias, qué momentos contribuyeron a que ellos fueron lo que son hoy, que se dedicaran a lo que se dedican? Por resumir, les he preguntado a todos: ¿Sin quién no estarían aquí?
Este va a ser un paseo por el alma de nuestros directores y guionistas, para que nos cuenten cómo empezó todo, dónde arranca su pasión por contar historias, sin quién o sin qué, nada de lo suyo habría sido posible. Quiero contar lo importante que es que alguien te abra ventanas. Un montón de creadores lo tuvo jodido para llegar a donde están: escribieron mucho, mucha basura incluso, destinaron horas, meses, años, para poder contar sus ficciones, para que el producto nacional tenga el nivel que tiene, para que podamos decir que ya tenemos una narrativa propia. Les he preguntado también quiénes fueron de niños, qué veían, qué leían, cuándo supieron que esto era lo suyo, que escribir, crear, era a lo que iban a dedicarle la vida.
Un dato: sin la apuesta de las cadenas generalistas, las plataformas tan celebradas no habrían tenido talento del que tirar. Y así también, sin destellos, frases, libros, personas, nuestros creadores habrían tomado rumbos distintos. Una de las cosas que más han repetido los autores en las conversaciones que ya he mantenido con ellos es esta: hubo alguien que me enseñó que se podía vivir de escribir, de contar, que te podían pagar por escribir. Y eso, claro, te cambia de cuajo y para bien la inquietud, la esperanza, la perspectiva…
Arrancamos con Darío Madrona, co-creador de Élite. De la serie lo sabemos casi todo. Pero de cómo empezó todo con su creador no tanto.
Hay una frase que me encanta de su perfil de Twitter: “Soy de Murcia, pero no es culpa mía”, que resume bastante el sentido del humor contenido de Darío Madrona, 42 años, co-creador de Élite, la ficción pelotazo cuya tercera temporada acaba de estrenarse en Netflix.
Antes fue guionista a veces, creador otras, de Génesis, de Acusados, de Víctor Ros, de Los Protegidos, de Vivir sin permiso, entre otras tantas. Lo tuvo clarísimo desde el minuto cero, cuando le lancé la pregunta que encabeza esta serie: sin Carlos Montero, creador con él de Élite, no estaría aquí. Y aquí va su historia de tirón, en primera persona y sin filtros. Franca, sentimental, divertida, irónica y llena de matices, que es como deberían ser todas las historias de ficción. Y vitales incluso. Sin ella, Élite, el fenómeno internacional que ha supuesto, no habría sido posible y yo no habría tenido que ver tanto sexo adolescente acompañada de mi hija de 14 años...
El niño/adolescente Darío
¿Qué pasó en la infancia de Madrona? ¿Qué vio, qué leyó? ¿Quiénes fueron de niños nuestros creadores de ficción? La televisión generalista fue clave en la vida de muchos de ellos y en la de Darío especialmente. Así que, queridos padres, siento deciros que quizá el enganche a las pantallas de vuestros de retoños genere un día genio del audiovisual. Si el padre de Darío no hubiese contratado en su momento Canal+ (y aquí vendría el homenaje a Miguel Salvat, el hombre que nos trajo series como Mad men a esta primera plataforma de pago), quizá Darío estaría ahora mismo dedicándose a otra cosa.
Qué haría ahora mismo si pudiera
Siendo quien es ya, con su currículum, su estatus, sus contactos, su nombre, su capacidad demostrada para crear, ”¿qué te gustaría hacer si le dieran ahora un folio en blanco donde cualquier cosa fuera posible?”, le pregunté. Y Madrona volvió a ser sincero, sin ambages: lo único que no quiere es repetirse.