Sin quién no estaría aquí… Borja Cobeaga
El vasco Cobeaga quería contar historias desde muy pequeño. Hacía cortos a los ocho años con una cámara doméstica.
¿Quién está en los orígenes de nuestros directores, creadores, guionistas más rumbosos? ¿Qué personas, qué historias, qué momentos contribuyeron a que ellos fueran lo que son hoy, que se dedicaran a lo que se dedican? En esta serie vamos a contar lo importante que es que alguien te abra ventanas. Por resumir, la pregunta que lanzo es: ¿Sin quién no estarían aquí?
Tras Darío Madrona, creador de Élite, Javier Olivares, creador de El ministerio del tiempo, y el celebrado guionista y director Diego San José, vamos con Borja Cobeaga, a quien le debemos carcajadas rotundas en palos de la comedia en los que nadie se había atrevido a entrar.
El vasco Cobeaga quería contar historias desde muy pequeño. Hacía cortos a los ocho años con una cámara doméstica, tal y como deben recordar todos los amigos de sus padres y todos los padres de sus amigos. Un día, a uno de ellos, le compraron una cámara mejor que la suya y se puso más en serio con la cosa esa de querer ser director de cine. Imitaba las películas que les gustaban, a él y a su grupo de cinco o seis niños cinéfilos, estudiantes todos de los Jesuitas de Donosti.
Cumplieron once, doce y trece años, en las ficciones que grababan empezaron a sacar a chicas, los adolescentes empezaron a interesarse más por ellas que por un buen plano, “y los cortos se fueron quedando en cortos inacabados. El único que tenía interés en acabarlos era yo, los demás lo que querían era lo otro. Y yo me dije, esto no es serio”, cuenta Borja, con el mismo sarcasmo de sus comedias.
Además de esta afición, estaba su tío Juan Carlos, una de esas personas que marcan la vida de uno, para bien. Y sin la que, en este caso, Borja Cobeaga no estaría aquí, y nosotros seríamos un poco menos afortunados como espectadores, con menos carcajadas. Vamos pues a la historia de Juan Carlos, (guionista, por cierto, de La última cena, aquel especial de Nochevieja que hizo Gurruchaga al final de los 80, tan polémico en la época).
Juan Carlos, la influencia “más fuerte” que Cobeaga tuvo en su vida, murió hace nueve años.
Y luego, junto a él, está su hermana, Carmen Eguillor, la madre de Borja, que era una apasionada del cine clásico.
Carmen le dedicó su juventud a sus hijos. De joven estudió la carrera de piano, viajó mucho, vivió en Inglaterra. Se casó.
La cuadratura del círculo, diríamos.
Juan Carlos pudo ver que su sobrino se había convertido en cineasta. Que había hecho cortos, películas.
Y empezó lo serio. Llegó su primer corto profesional, La primera vez. En él, nominado a mejor corto de ficción en los Goya del 2002, la actriz Mariví Bilbao encarnaba a una mujer mayor que quería perder la virginidad.
Justo un tiempo después de esa certeza, de que se podía dedicar a la comedia, aparece un productor que se había leído su guion y que le propone dirigir un piloto para un programa nuevo. Nacía Vaya Semanita. Le piden que entreviste a un guionista y aparece Diego San José, en la que sería la única entrevista de trabajo que ha hecho en su vida.
Dato: Entrevisté a San José para esta sección la semana pasada y hay que contar que opina exactamente lo mismo. Y de eso hace ya 17 años. Entretanto, lo nominaron a un Oscar por un corto, Éramos pocos, que yo recomiendo mucho, aunque un poco menos que ese deslumbrante La primera vez. Y como desde niño había querido ser director de cine, como decíamos, y aspiraba desde siempre a hacer un largo, cuando le ofrecieron lo de hacer una peli, lo primero que hizo fue...
Y tras eso, coescriben fructíferas comedias: Ocho apellidos vascos, la película más taquillera del cine español, su secuela, Ocho apellidos catalanes y la adaptación cinematográfica del cómic Superlópez, entre otras tantas cosas, como un capítulo estupendo de El Ministerio del Tiempo. Dirige para Netflix, Fe de etarras, la comedia sobre ETA que coescribe también con San José, dirige capítulos de la comedia Vamos Juan (escrita por San José). Repite con actores, gionistas, directores: En Justo antes de Cristo, la serie de la que ha dirigido varios capítulos, está Julián López, que también está en Fe de etarras, que también esta en Pagafantas, como Gorka Otxoa, por ejemplo.
Y así, con estas fidelidades, llegamos a la pregunta clave. Qué haría el Borja Cobeaga que es hoy, con su reconociendo y su saber hacer si le dejaran:
Antes de acabar, yo no sé si su tío influyó o no en la película Negociador, una de las obras que más me gustan de Borja. Estoy segura de que se sentiría muy orgulloso si hubiera podido verla.