Una emotiva nota, la música o las flores: todos los símbolos del funeral de Isabel II

Una emotiva nota, la música o las flores: todos los símbolos del funeral de Isabel II

El evento con el que se ha despedido a la monarca ha supuesto todo un despliegue medido al milímetro.

El féretro de Isabel II a su llegada a la abadía de Westminster.WPA Pool via Getty Images

Tras 10 días de luto real, este lunes ha tenido lugar el funeral de Estado por la muerte de Isabel II. En él, han estado presentes numerosos mandatarios y jefes de Estado mundiales, entre ellos se ha producido incluso la reunión de Juan Carlos Carlos, Sofía, Felipe VI y Letizia.

Si por algo ha llamado la atención de todo el mundo el funeral, además de por su emotividad, ha sido por su simbolismo. Se trata de un evento perfectamente planificado y con un despliegue de seguridad y efectivos pocas veces visto antes. Estos son algunos de los elementos que forman parte del funeral.

Las tarjeta de despedida sobre el féretro

Sobre el ataúd llamaba la atención una tarjeta colocada sobre las flores. Se trataba de la cálida despedida de su hijo, el rey Carlos III, quien escribió a mano: “En memoria amorosa y devota”.

Las flores

El rey Carlos III también ha tenido una importante influencia sobre la elección de las flores que se han colocado sobre el féretro. Según han informado desde la casa real británica, se trata de una corona de flores de romero, roble inglés y mirto, de la misma planta con la que se hizo su ramo de novia, y flores, en tonos rosa, dorados y burdeos cortadas de los jardines reales a petición del nuevo monarca.

  Flores sobre el féretro de Isabel II.MARCO BERTORELLO via Getty Images

La música

La composiciones que ha sonado durante el sepelio tampoco han sido elegidas al azar. Tenían un importante significado tanto en su amor por Felipe de Edimburgo como en su fe cristiana. Entre ellos ha destacado la composición El Señor es mi pastor, nada me falta, basado en el Salmo 23, y uno de los himnos que se cantó en su boda.

El coro de la abadía ha interpretado también una pieza compuesta expresamente para el funeral por Judith Weir —maestra de música de la monarca— inspirada en la fuerte fe cristiana de la reina.

El carruaje de armas

El féretro ha sido trasladado por un carruaje de armas, propiedad de la Royal Navy, de 123 años de antigüedad y tirado por 98 marineros, ha cubierto el espacio entre el palacio de Westminster y la abadía de Westminster, muy próximos, y posteriormente hasta el arco de Wellington.

  El féretro de la reina sobre el carruaje de la Royal Navy.STEFAN ROUSSEAU via Getty Images

El estandarte

Sobre el ataúd no se sitúa la Union Jack, la bandera de Reino Unido, sino que se coloca el estandarte real, la bandera personal del monarca en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte y su representación fuera del país como jefe de Estado.

En ella se recogen los símbolos de los territorios de Reino Unido: tres leones dorados de Inglaterra, el león rojo de Escocia y el arpa real de Irlanda.No se cuenta con ninguna representación de Gales que tiene una bandera propia desde 1959, pero puede que se modifique con el reinado de Carlos III. Además, es la única bandera que no ondea a media asta.

La corona imperial

Sobre el féretro descansa también la corona imperial del Estado, fabricada en 1937 y adaptada para la reina Isabel II en 1953. Está adornada con 273 perlas, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 5 rubíes y 2.868 diamantes. Contiene alguna de las joyas más importantes de la casa real británica y ha sido utilizada desde la coronación en otros eventos como las ceremonias de apertura del Parlamento.

  La corona Imperial y el orbe y el cetro sobre el féretro.Chris Jackson via Getty Images

El orbe y el cetro

Los otros dos objetos que acompañan al féretro son el orbe y el cetro de la monarca. El primero es una esfera hueca de oro datada de 1661 con joyas y una cruz engarzada que representa el poder de la monarca como soberana de la Iglesia. El segundo se trata de una vara de oro de 92 centímetros, también de 1661, con una cruz con un diamante en la parte superior. Es el llamado diamante Cullinan I, el segundo más grande del mundo, en este caso simboliza el poder del rey como jefe de Estado.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es