Torreznos y seis razones más para hacer de Soria un destino de moda
Que sea una de las provincias más despobladas de España no es sinónimo de tierra yerma, sin pasado y sin atractivos.
Soria comparte con Cuenca y Teruel el dudoso honor de formar parte del pódium de provincias más deshabitadas de España: de sus 183 municipios, más de la mitad son localidades con menos de 100 habitantes —sólo Almazán, Burgo de Osma y Soria tienen más de 5.000—.
Ahora bien, esa despoblación no es sinónimo de tierra yerma, sin pasado, recursos ni atractivos. Los que no la conocen —ya están tardando— se sorprenderán de la riqueza arquitectónica, natural, cultural y gastronómica que atesora.
Una Laguna Negra, torreznos, rastros de Machado, legado románico, pueblos medievales... Estos son sólo algunos de los atractivos con los que sorprende al visitante que decide hacer un alto en el camino al llegar a la capital camino de un destino más popular y masificado, seduce al turista de interior que se recrea en la esencia de estos pueblos y hace feliz al que ansía alejarse de su vida en la ciudad durante unos días.
Por ellos había que empezar porque están indisolublemente unidos a Soria y son una de las tapas de moda —en 2021 se degustaron más de 15 millones de torreznos en España—. La tira fina de panceta de cerdo frita en una sartén o asada en una parrilla es el plato más típico de la gastronomía soriana y se puede degustar en cualquier rincón de la provincia en todo su esplendor.
“Se trata de una pieza compuesta de crujiente y dorada corteza por un lado y tierno magro y tocino por otro”, describen desde la Marca de Garantía Torrezno de Soria. Además de una especial materia prima, en Soria presumen de saber freírlos de manera especial, para que queden jugosos y al tiempo crujientes y nada grasientos.
Antonio Machado, el más joven poeta de la Generación del 98, nació en Sevilla y vivió en Madrid y París antes de ocupar su plaza como profesor de lengua francesa en Soria en 1907. Sus años en la capital soriana, además de suponer un giro radical en su obra, marcaron su vida personal para siempre. Allí conoció a Leonor Izquierdo, con la que se casó cuando ésta solo tenía 15 años y él 34 y, al contrario de lo que todo el mundo vaticinaba, fueron un matrimonio unido y cómplice hasta que ella falleció sólo cinco años después.
A cada paso por la ciudad se descubren las huellas del autor de Campos de Castilla: en el Instituto Antonio Machado, donde se ha reproducido el aula en el que impartía clase; en la ribera del Duero, rememorando los largos paseos hasta la ermita de San Saturio de los que el poeta disfrutaba en soledad o en compañía de su mujer; la iglesia Mayor, situada en la plaza Mayor, donde se casó con Leonor y se celebró su funeral...
El Cañón del Río Lobos es uno de los espacios naturales más espectaculares y visitados de la provincia de Soria. Aunque son varias las alternativas de senderismo que se ofrecen en este paraje, es el sendero de tres kilómetros que llega a la ermita de San Bartolomé el más caminado.
El pequeño templo románico en el que concluye el camino fue levantado en el siglo XIII sobre un meandro del río. La imagen al llegar resulta espectacular y especialmente mágica, de ahí que su construcción se haya atribuido de la Orden del Temple, sin que existan evidencias documentales para ello.
En el límite con la provincia de Guadalajara se levanta Barahona, un pequeño pueblo que ha crecido envuelto entre leyendas de brujería y aquelarres. Leyendas que no parecen serlo tanto, pues según el Tribunal de la Inquisición esta localidad era considerada un foco de brujería.
El emblema de este pasado de artes oscuras es el mojón de las brujas, que recibe al visitante nada más llegar. Se trata de una gran piedra caliza con un agujero en el centro que era el punto de reunión de estas mujeres. Dicen que un relato fantástico situado en este punto sirvió de inspiración a Goya para pintar su tenebroso El aquelarre.
A las afueras de la ciudad de Soria se encuentra uno de las construcciones románicas más valoradas de la provincia: el monasterio de San Juan de Duero. Del todo el conjunto se conservan la iglesia y el que, sin duda, es el centro de todas las miradas, el claustro.
“Para ti, San Juan mío, sólo quiero / mi lateral, oblicua, alta mirada / de pájaro. Tu enigma, tu cruzada / te dejó puro, oh claustro, oh flor del Duero” son los versos con los que comienza el soneto que Gerardo Diego dedicó a los arcos que conforman el bello claustro.
La Laguna Negra es uno de los hitos naturales de visita obligada. De origen glaciar y situada a 1.753 metros de altura en los Picos de Urbión, esta laguna oscura, misteriosa y rodeada de leyendas es un idílico lugar en el que pasear y disfrutar de un imponente paisaje de roca, agua y pinares.
Pero el Parque Natural Laguna Negra y Circos Glaciares de Urbión, el espacio natural en el que se enclava la Laguna Negra, acoge otras lagunas más pequeñas con el mismo origen y no menos encantadoras: la Laguna Larga, Laguna Helada, Laguna del Hornillo y Laguna Mansegosa.
Medinaceli es un asiduo de la lista de pueblos más bonitos de España y, según el portal turístico Musement, el pueblo más popular de Soria, por el número de búsquedas realizadas en Internet.
Situado en lo alto de una colina y de origen romano, presume del buen estado en el que se conserva su trazado y arquitectura medieval. Un paseo por la villa nos llevará desde el arco romano —el único son tres vanos de España—, hasta la plaza Mayor, porticada y rectangular, el palacio Ducal, la puerta Árabe y la colegiata de Santa María de la Asunción.