Siete formas en que el porno puede ser sano y terapéutico
Todos sabemos que el porno puede ser un modo divertido para fantasear y sentirnos atractivos, pero también tiene muchos beneficios terapéuticos. Independientemente de si estás descubriendo tus intereses sexuales, buscando nuevas ideas para llevar a cabo con otra persona o tratando de sentirte a gusto y con confianza con tus preferencias, el porno puede ser un recurso sano y seguro para aprender y expresar tu sexualidad.
Las siguientes son algunas de las formas en que puedes usar el porno para mejorar tu salud sexual, tanto física como emocionalmente.
Si nunca has estado expuesto a prácticas sexuales más allá de los estándares heteronormativos, es más difícil que te sientas a gusto con unas preferencias que no encajan en ese restrictivo modelo. Así como la educación sexual instruye sobre la mecánica del sexo, la pornografía es el reflejo de cómo muchas personas imaginan que deben relacionarse con su sexualidad. Evidentemente, el porno no es el sustituto idóneo de la educación sexual, pero es un estupendo recurso para descubrir diferentes prácticas sexuales. Para las personas cuya sexualidad suele ridiculizarse o marginarse (las mujeres, el colectivo LGTBQ, las personas con determinadas parafilias, etc.) ver sus deseos representados en el porno y, por tanto, normalizado, puede ser verdaderamente inspirador.
¿No tienes claro qué es lo que te excita? El porno es un recurso genial para descubrirlo. Existe un tipo de porno para cada preferencia o fetiche que te puedas imaginar. El porno es un lugar seguro para aprender sobre tu sexualidad de un modo mucho menos emocional y sin consecuencias en tu salud ni en la de los demás. Para quienes no tienen la ocasión de mantener contacto sexual con otras personas por los motivos que sean (personas con alguna discapacidad o con enfermedades crónicas, ancianos, adolescentes, alguien del colectivo LGTBQ en una ciudad pequeña, etc.), el porno puede ser su única fuente de información o de placer sexual.
La masturbación es una de las claves para una vida sexual sana, independientemente de si se practica sexo con otras personas o no. Reafirma la autonomía sexual de cada uno para no olvidar que tu placer es tuyo, no de una pareja.
El porno puede ser una gran fuente de sexualidad para los solteros, pero también sirve para aumentar la excitación en pareja y mostrar más alternativas. Puede ayudar a las parejas a descubrir nuevas prácticas sexuales y les ofrece un modo de mostrarse mutuamente sus fetiches. En el caso de parejas monógamas con distintos niveles de apetito sexual, puede servir para excitar al miembro con menor deseo.
El porno puede ser una herramienta inspiradora para que las víctimas de agresión sexual redescubran su sexualidad y definan su propio placer en un ambiente más seguro y controlado. Aunque ciertas clases de porno pueden resultar contraproducentes para estas víctimas, las adecuadas pueden ayudar a reconstruir su confianza e identidad sexual después de una situación traumática. El porno puede ser una vía para que las víctimas de agresión sexual sientan placer de forma independiente y exploren sus deseos de una forma menos intensa de lo que sería mantener sexo con otra persona.
Existe porno para todo, lo cual incluye diferentes identidades sexuales, razas, cualidades y clases de cuerpos. Al presentar de forma erótica tipos de cuerpos que no se corresponden con los estándares, el porno demuestra que todo el mundo puede tener deseos y sentirse deseado. Estas clases de porno sirven para desaprender el discurso dominante que la sociedad nos inculca sobre qué tipos de cuerpos tienen permiso para ser sexuales.
Aunque al porno, como a la mayoría de los medios de comunicación dominantes, se le critica por mostrar unas representaciones muy homogéneas (personas blancas, con un físico determinado, cisgénero y sin discapacidades), cada día se añaden nuevas perspectivas más diversas por todo el mundo.
Puedes ser feminista y que te guste (te encante, de hecho) el porno. De hecho, el porno puede ser feminista. ¿Por qué? Porque el porno también afirma la existencia del deseo sexual de las mujeres, ofreciendo así un contrapeso para equilibrar una cultura que reprime y ningunea la sexualidad femenina.
Ver porno puede ser una forma estupenda de mejorar la comodidad en el plano sexual y formarse una visión positiva sobre la sexualidad.
Está demostrado que la masturbación es un reductor del estrés, y el porno tiene unas propiedades similares en ese sentido. Al ver contenido sexual, se dispara la producción de las hormonas de la felicidad, esas mismas hormonas que segrega el cuerpo al masturbarse, lo que alivia la tensión física y permite que te relajes. Además, el porno puede incorporarse a la masturbación, intensificando así la excitación y ayudando a centrarte en el momento.
Este artículo fue publicado originalmente en Bellesa, apareció posteriormente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.