Sidecars: "Pese a la apariencia que tenemos, somos tipos sensibles"
La banda madrileña presenta su quinto disco 'Cuestión de gravedad' después de haber vendido entradas para llenar dos noches la Riviera.
Escuchar Cuestión de Gravedad, el último disco del madrileño grupo Sidecars, es entrar de lleno en la historia sentimental de Juancho (guitarra y voz). El cantante se abre en canal en este quinto trabajo y canción tras canción va desgranando una historia de (des)amor que había presentado a sus fans en La tormenta (Contra las cuerdas).
"Es un disco escrito a corazón abierto, quitándome de fronteras, de paranoias", cuenta a El HuffPost sólo unas semanas después de su salida al mercado. "Las paranoias me vienen ahora porque me siento demasiado expuesto. Quizás he contado demasiado, pero es lo que quería contar. He narrado una historia desde diferentes ángulos, era lo que me salía escribir".
Ha contado una historia, su historia, a golpe de frases llenas de intención y romanticismo —'me lanzo por ti a la Costa da Morte', 'pierdo medio kilo en cada beso, te ruego que me dejes en los huesos' —. "Más que romántico, sensible", apunta Ruly (batería). "Pese a la apariencia que tenemos, en general somos tipos sensibles", añade, poco después de comparar la grabadora que se pasan de uno a otro con un litro [de cerveza]. "Estamos acostumbrados", ríe.
Cuestión de Gravedad se ha coronado en pocas semanas. El trabajo se presentó el 13 de octubre (antes habían salido las canciones Tu peor pesadilla, Cuando caigas en shock y Locos de atar) y desde entonces no ha parado de acumular éxitos y buenas críticas. Entró directo al número 3 en la lista de discos más vendidos, cuatro canciones se colaron en los 50 virales de Spotify y ha sido número 1 en iTunes. Antes de su presentación, Sidecars había agotado entradas para un primer concierto en La Riviera (Madrid), así que el 7 de septiembre puso a la venta entradas para una segunda fecha, que se agotaron el 20 de octubre. A estas alturas han superado la mitad del aforo del tercer concierto en la sala.
Madrid será la séptima parada de un gira que arranca el 12 de enero en Murcia y para la que apuestan por tres temas como principales bazas. "Tenemos sensaciones. Olvídame es una canción que gusta, a Amasijo de huesos le están dando bastante bola y también Costa da Morte. Creo que son de las que más feedback estoy recibiendo. Pero repito, me lo invento", insiste Juancho. "Son el cimiento gordo de Cuestión de gravedad", añade Gerbass (bajo).
Desde la parte de atrás del escenario, Ruly lo ve con otros ojos y cree que será en gira cuando se sepa cómo respira el público. "Es un disco conceptual, que haya una tensión continua hace que sea más difícil elegir un tema. Creo que la gente lo está consumiendo entero, más que canciones sueltas", asegura. Al fin y al cabo se trata de una historia de amor en 13 capítulos, con un episodio familiar. Amasijo de Huesos es un regalo de Juancho a su hermano (y compañero de piso desde hace 10 años) Leiva, por el que no oculta sentir admiración, para el que toca en la Leiband (nombre que recibe la banda de Leiva) y al que constantemente invita a cantar Contra las cuerdas, como hizo el 31 de octubre en Madrid al compartir escenario la gira Cómplices Mahou.
Esta canción de Fuego Cruzado da nombre a su penúltimo disco, que consideran impulsor de esta época dorada, en la que por segundo año consecutivo viven exclusivamente de la música. "Las entradas de los cuatro conciertos que hicimos en teatro se agotaron muy rápido. Hubo una respuesta que no habíamos tenido hasta la fecha. En ese momento dijimos, 'oye, a lo mejor podemos dejar de trabajar y dormir un poco", asegura Gerbass. Mientras que Juancho centra más el tiro: "AunqueFan de ti es probablemente nuestra canción más conocida, a la que más debemos es probablemente a La Tormenta. Fue nuestra llave a la radio, fue la primera vez que nos prestaron atención, la primera que hizo ruido e hizo que la peña mirara a ver qué había detrás".
"Era cuestión de que nos diésemos cuenta de que podíamos intentarlo y de que era el momento de poner toda la carne en el asador. Si te pasas cuatro días de gira, llegas el domingo a casa y al día siguiente tienes que ir a trabajar, hay un punto en que la paciencia se agota", continúa Ruly. "Decidimos que si arriesgábamos podíamos conseguirlo y a la vista está que nos ha funcionado". "De momento no podemos estar más encantados. A ver cuánto dura. Somos unos pesimistas", añade Gerbass entre risas.
Pesimistas, no entusiastas, temerosos... Llámalos como quieras porque ellos se dibujan así en sus declaraciones. "A medida que crecen las buenas noticias y los buenos momentos, crece la responsabilidad. A medida que aumentas aforos, aumentas los nervios. Multiplicas por dos el aforo y multiplicas por seis los nervios", establece Juancho a modo fórmula.
Aunque en la verdadera ecuación de Sidecars los elementos clave son sus horas de trabajo y tesón y sus dos mánagers, quienes les han ido llenando el vaso que nunca deje de estar medio lleno. "Nos sacan 20 años cada uno y llevan trabajando en esto 20 años más que nosotros. Nos han llevado siempre por el buen camino y nos han dicho 'venga, sí, vamos a intentarlo'. Ahora son los que dicen 'venga vamos a hacer una tercera Riviera porque parece que la podéis llenar'. Y parece que están en lo cierto. Son un poco ángeles [de la guarda]", añade Gerbass.
Esta época dorada de Sidecars coincide conLa segunda edad dorada del pop español, de la que hablaba hace unos días un artículo de El País, que incluía a la banda de Alameda de Osuna entre los responsables de este esplendor, que Juancho achaca al boom de festivales. "España se ha convertido en un país de festivales, hay un montón. Y creo que no ha sido la música la que ha llevado a la gente a los festivales sino al revés. Creo que la gente ha empezado a ver grupos, a interesarse y a coger esa necesidad de ver conciertos y de ver música en directo después de ir a un festival a pasar dos días con sus amigos", apunta. "Y también hemos salido un poco del agujero en el que estábamos y la peña tiene un poquito más de dinero".
"Hemos descubierto que otra manera de pasárselo bien, que puede ser mucho más divertida que ir a una discoteca, que es ir a un concierto. Por eso, más allá de la segunda edad de oro, también es una edad de oro para la música en directo y eso nos ha permitido a muchas bandas darnos a conocer", apunta Ruly.
Es la pescadilla que se muerde la cola. "No sé si hace 10 años esto pasaba porque tenía la cabeza en otras cosas, pero ahora mismo hay muchos grupos muy buenos sacando discos a la vez. Hay muchísima demanda. La gente compra discos, aunque sea por internet, o los escucha en Spotify o se los descarga... Y al final compran entradas", asegura Juancho.
Al vocalista no se le escapa lo que pese a este esplendor sigue pendiente la asignatura de las mujeres y la música —según Ticketea en 2016 sólo un 15,4% de las formaciones con mujeres (solistas, mixtas o bandas femeninas) actuaron en festivales de música— aunque le cuesta encontrar una solución.
"Lo hemos hablado muchas veces en la furgoneta y personalmente no sé muy bien qué es lo que hay que hacer. Me encantaría que hubiese muchas más chicas en la palestra porque no es que no las hayas, las hay a puñados en locales, en los garitos... Lo que no están es en primera fila. Hay que darles más visibilidad e igual que a las chicas, también hay que dar mucha más visibilidad a los grupos emergentes", apunta. "Ahora mismo hay mucha atención a los grupos que están semiconsolidados o consolidados y poca a los grupos emergentes, probablemente es ahí donde hay muchas chicas que hay que sacar para arriba".
Ruly le da un pista para seguir con la reflexión: "Probablemente sea una cuestión casi educacional. Las chicas que ahora mismo están despuntando o algunas de ellas son rara avis, pero quizás dentro de unos años muchas se animen de una manera más fácil". A lo que Juancho añade como conclusión: "Hace falta que tengan más visibilidad para que se animen a intentarlo. Si tú estás viendo que es imposible, habrá muchos talentos que no lo intenten".