'Sex Education': ni los adolescentes son vírgenes ni quieren hablar de sexo con sus padres
La segunda temporada de la serie británica llega a Netflix el 17 de enero.
Para Asa Butterfield debe ser muy duro pasar de ser el niño huérfano de La invención de Hugo (Martin Scorsese, 2011) a un adolescente que no puede masturbarse ‘con final feliz’ en Sex Education. Y el asunto se le complica aún más: es Otis Milburn, un chico virgen que tiene tanto miedo a la primera vez como ganas de estrenarse. Suma y sigue: es extremadamente tímido y su madre, que es sexóloga, indaga constantemente entre sus sábanas para comprobar si están ‘mojadas’.
Netflix estrena la segunda temporada de la serie el 17 de enero y los protagonistas ya lo dicen en un encuentro con El HuffPost en Londres. “Qué conversación más incómoda. Que nos dejen unos condones y ‘gracias por entenderme’. ¿Qué vamos a hacer? ¿Coger notas? Es lo más vergonzoso del mundo”, asegura Patricia Allison, Ola Nyman en la serie.
Exacto, los adolescentes (los de esta serie) quieren perder la virginidad —y lo hacen— y tienen curiosidades al respecto, pero no quieren hablar de sexo con sus padres. Así que también quieren que ellos dejen de investigar cuál es la mejor forma de abordar el tema.
No quieren ni tomar notas ni pasar el mal trago, solo quieren que los preservativos les salgan gratis. De hecho, la relación entre la doctora Jean F. Milburn (Gillian Anderson) con Otis podría ser perfectamente una parodia de lo que un adolescente no quiere que sus padres hagan. Pero a Gillian le da igual.
Los millennials están a otra cosa: lo primero que hicieron Asa Butterfield y Eric Effiong al entrar en la sala de entrevistas que tuvieron lugar en The Rosewood Hotel fue hacerse un selfie juntos. Sus vidas tienen poco que ver con la que vivieron sus padres, pero ‘la vergüenza’ de hablar de sexo con ellos es común a todas las generaciones.
Les da vergüenza comentarlo, pero no rodar las escenas... “Es que pasamos demasiado tiempo juntos”, justifica Kedar Williams-stirling (Jackson Marchetti).
Tampoco les cuadra que la serie sea taaaaaan revolucionaria, y menos en 2019 (casi 2020). ¡Pero por favor! ¡¿Cómo se van a escandalizar los británicos por ver una serie de adolescentes follando como locos todo el día?! La imagen que se sigue teniendo de los británicos como gente seria que se pasa el día tomando té sentada en un Luis XV no es real.
En España, producciones como Física o Química, en 2008, e incluso Élite, en 2018, sí fueron, para muchos, series en las que ‘los adolescentes se pasaban el día follando’ en escenas que se incluían en la ficción porque sí, sin que estuviesen justificadas dentro del guion. Independientemente de que generaran más o menos shock, ese fue el gran morbo. Pero en Reino Unido están a otra cosa, aseguran los actores.
“No se ha generado tanto alboroto. Es una serie que ha roto barreras que todavía existen. Se ve mucho sexo, pero no habla de sexo. El sexo sirve para introducir otros muchos problemas”, indica Connor Swindells.
Adam, su personaje, no puede eyacular y, desesperado, se toma tres pastillas de Viagra. Hayas visto la serie o no, ya puedes imaginar el resultado. Tocan problemas relacionados con el sexo (especialmente entre los jóvenes) y en otras ocasiones, el sexo solo es la anécdota. Además, en la segunda temporada se ampliarán mucho más las tramas.
Ni Connor Swindells (Adam), ni Kedar Williams-stirling (Jackson), ni Aimee-lou Wood (Aimee), ni Emma Mackey (Maeve), ni Laurie Nunn (creadora de la serie), ni Patricia Allison (Ola), ni Tanya Reynolds (Lily), ni Asa Butterfield (Otis),f ni Ncuti Gatwa (Eric) han sido padres, pero todos han sido adolescentes. De hecho, la gran mayoría de ellos no ha dejado atrás esa etapa hace mucho. Todos saben que “es mucho más didáctico ver una serie así que escuchar ‘los X consejos’ para hablar de sexo con tu hijo”. Y a sus padres les encanta el trabajo que han hecho en esta ficción.
Todos están de acuerdo en que Netflix le ha dado a Sex Education la libertad que no habría encontrado en un canal convencional y aunque se crea que la serie ha jugado con ventaja por estar rodada en inglés, no lo ha hecho. Según Nunn, “el idioma no ha facilitado el éxito porque su tono es muy británico”.
“Es sano ver esta serie”, coinciden. Como siempre, el humor ayuda a romper tabúes y los complejos que muchos adolescentes (y quienes ya no lo son) tienen.