En Sevilla sí te encuentras con tus ex
Primer día del congreso: el viejo Partido Popular entierra la época de Casado.
Pues sí, esto no es Madrid, es Sevilla. Y claro, pasa lo que pasa. Aquí sí te puedes encontrar con tus ex, aunque seas del PP. Te puedes cruzar con tus ex presidentes, te puedes sentar con tu ex mejor amigo, puedes abrazar a tu ex estratega, hacerte fotos con tu ex candidato, tararear el himno con tu ex compañero de lista, competir por la prensa con tu ex conspirador, nombrar a tu ex enemigo, darle las gracias a tu ex pupilo e incluso dejar tu ex escaño.
El PP ha arrancado su congreso exprés este viernes para entronizar a Alberto Núñez Feijóo. No ha faltado de nada (bueno, sí la presencia de José María Aznar que tiene covid, pero el Zoom ha funcionado). El mensaje político que sale del plenario del palacio de congresos es muy claro: unidad, unidad y unidad en torno al presidente de la Xunta. Pero especialmente ha sido el entierro del casadismo (si quedaba algo) por parte del viejo PP. Tiempos vintage, que la fast fashion no salió muy bien en Génova.
Y este viernes ha servido para que Pablo Casado se haya despedido de su liderazgo: “Hasta siempre”. Es el ex más ex del PP en estos momentos. El presidente saliente ha roto su silencio tras, como ha reconocido, pasar un mes “agridulce”, que ha transcurrido desde el “sentimiento de injusticia hasta la profunda gratitud”. Pero: “Todo ha merecido la pena”. Con un dardo a Ayuso: “Siempre he dicho la verdad, costara lo que costara”.
Como su mes, el congreso del PP también ha evolucionado con Casado. De apenas aplaudirle a acabar muchos con lágrimas en los ojos. La parte final del discurso ha sido su epitafio: “Humildemente, he intentado hacer mi parte durante una década de actividad pública y en estos cuatro años como presidente del PP. Nos hemos dejado la piel trabajando para mejorar España, tratando como impostores al triunfo y al desastre por igual, como decía Kipling”.
“Y desde hoy abrimos una nueva etapa en el partido, y yo seré el primero en facilitarla y en respaldar a un buen gestor, un buen político y, para mí, un buen amigo. Querido Alberto, podrás contar conmigo siempre, esté donde esté, para lo que necesites y en lo que pueda ser útil”, ha lanzado ante la atenta mirada de todos, con una primera fila muy expectante.
Llegaba, llegaba ya el gran momento: “Creo que ahora lo mejor es que dé un paso al lado, para dejar mi escaño en el Congreso de los Diputados y cualquier cargo de responsabilidad en el Partido Popular. Me voy pero volveré para todo lo que necesitéis, para ayudar a este gran proyecto donde haga falta, y para apoyar a quien hoy recoge el testigo después de una trayectoria impecable”.
Han removido mucho las referencias familiares: “Tomo esta decisión con la satisfacción del deber cumplido, con la tranquilidad de haber defendido todo en lo que creo. Se lo debo a mi familia, al sacrificio de mis padres, y sobre todo a Isabel, a su apoyo incondicional, a su generosidad infinita, y a Paloma y a Pablo, a los que quiero devolver todo el tiempo que la política les ha quitado”.
Ahora esa política devoradora tendrá a unos nuevos viejos protagonistas. Núñez Feijóo ha aprovechado esta primera jornada para ungir a las dos personas que llevarán el día a día de Génova 13: Cuca Gamarra como secretaria general y Elías Bendodo como nuevo coordinador general. En la cúspide estarán a partir de ahora también José Antonio Monago como presidente del Comité de Derechos y Garantías y Diego Calvo como responsable del Comité Electoral.
La señal es muy clara del gallego, darle un toque más de política autonómica y local, buscar al votante en la calle, dejarse de tanta ideología para materializar votos en las urnas que puedan llegar también desde el centro. Son personas precisamente que siempre estuvieron en la órbita del marianismo. Esos tiempos están de moda: muy felices paseaban desde Alfonso Alonso hasta Fátima Báñez por el congreso.
El propio Rajoy, también disfrutó en primera fila. El pontevedrés ha sido más Rajoy que nunca, pero en su versión mordaz, una ironía que ha despistado incluso hasta el propio Feijóo, cuando ha bromeado que lo apoyaran “no más” que a él… porque más no se podía. Oye, que esto es que va de gallegos. Como decía un exministro en un pasillo: “Si Rajoy es gallego, Feijóo es gallego y medio”.
No se ha presentado a competir al congreso, pero si hay una ganadora en selfies y cariño, es Isabel Díaz Ayuso, la ex mejor amiga y la ex mejor enemiga. Ha sido la que ha tardado más tiempo por popularidad en hacer el paseíllo eufórico y sobre el escenario se ha referido a esa herida: “Este congreso es la respuesta a una crisis que nunca debió existir. Debemos salir fortalecidos”. Y mirando más allá, hacia su por ahora “querido Alberto”: “No nos hemos reunido para ganar un congreso, sino para ganar unas elecciones. Confiamos en Feijóo”.
Aznar se ha perdido Sevilla por el covid, un lugar que ha sido muy rememorado por otro congreso, en el que Fraga le cedió el testigo con el “ni tutelas ni tutías”. En su afónica intervención en cuarentena también ha reclamado unidad y apoyo al gallego y ha dejado una extraña despedida a Casado: “Donde quiera que esté, gracias”. No estaba muy lejos, en la zona de invitados del palacio de congresos antes de entrar en el plenario. Cosas de su ex jefe en Faes.
Feijóo pasa a ser ex presidente gallego para ser presidente del PP (y algún día ex nacional). Durante su discurso no ha desmenuzado medidas concretas, dando la lista de la Junta de la Directiva Nacional. Pero, sobre todo, lo que quería era mandar la idea de una victoria: “¿Para qué he venido? Yo he venido para ganar y para gobernar, para ganar y para gobernar. Si no, no hubiera venido. Lo vamos a intentar hasta el último aliento. Lo vamos a trabajar todos los días. Y vamos a ser capaces si nos comprometemos a hacerlo. Mi compromiso no tiene fecha de caducidad”. Una promesa: mayorías absolutas como las de Aznar y Rajoy.
Fin del primer día. Y sepan ustedes: en Sevilla sí te encuentras a tus ex.