Ser vegetariano, ¿es tan bueno para el planeta como lo pintan?
Ser vegetariano o no es una elección personal de cada individuo. Sin embargo, en ocasiones los vegetarianos esgrimen una serie de argumentos sobre los beneficios de llevar ese tipo de alimentación en comparación con una dieta carnívora que no son ciertos. Por ejemplo, algunos vegetarianos comen ocasionalmente pescado porque consideran que los peces no sufren cuando son capturados, pero esto se ha demostrado que es falso. Muchos vegetarianos afirman que basando su dieta en frutas y vegetales contribuyen a conservar el planeta, porque su coste ambiental es bajo. Hasta hace poco tiempo se creía que tenían razón, pero un estudio recientemente publicado cuestiona este argumento.
Estos autores analizaron el impacto global de las principales fuentes de producción de comida a través de un análisis comparativo de diferentes variables como la energía que necesitan, emisiones producidas, uso de pesticidas y antibióticos, entre otros. Encontraron que la producción de carne de vacuno y el cultivo de bagre, un pez de agua dulce, son los que demandan mayor cantidad de fertilizantes, combustibles y agua, pero estudios anteriores habían llegado a estas conclusiones. Sin embargo, los resultados más sorprendentes correspondieron a las fuentes con menor impacto ambiental, que se creía previamente que correspondían a una dieta vegetariana, compuesta principalmente por frutas y hortalizas, pero en este estudio se demostró que las fuentes de producción de comida con menor impacto ambiental corresponden a las pesquerías de pequeños peces, como las anchoas y las sardinas, y los cultivos de moluscos, como las ostras, almejas o mejillones.
Ahora ya lo sabemos y en nuestras manos tenemos la oportunidad de realizar buenas o malas elecciones de comida a la hora de ir al mercado y el supermercado.
¿Empezamos por cambiar un producto ambientalmente insostenible por otro más sostenible?