La sequía, ¿una nueva amenaza para la cesta de la compra?

La sequía, ¿una nueva amenaza para la cesta de la compra?

Una fotografía de cómo está ahora mismo el campo español y cómo podría traducirse en los productos del día a día.

Una cesta de la compra.Peter Dazeley via Getty Images

Desde hace meses los consumidores están más que familiarizados con la inflación desbocada, que céntimo aquí, céntimo allá, ha ido encareciendo su cesta de la compra, algo agravado además por la invasión de Ucrania, que produjo alzas en los precios del aceite de girasol —recordemos que hace nada volaba de los comercios— y, de rebote, en el de oliva y en muchos productos derivados.

A esto hay que sumar un nuevo elemento en discordia cuyos efectos empiezan a verse y que a corto-medio plazo puede reflejarse en la cesta de la compra: la sequía. Porque lo que ocurre en el campo ahora, antes o después tendrá su traducción, en mayor o menor medida, en los precios y en el origen de los alimentos que luego encontramos en supermercados y otros establecimientos.

La escasez de precipitaciones se une a las preocupantes cifras de agua embalsada: los pantanos nunca habían tenido menos agua guardada al comienzo de agosto desde 1990. Es decir, en 32 años.

Asomémonos al campo español para comprobar de primera mano los estragos que provoca. “La cosecha en España tiene una reducción respecto a un año normal entre un 30 y un 35%”, resume José Roales, cerealista, presidente de la Cámara Agraria Provincial de Zamora y responsable nacional de cultivos herbáceos de COAG. “Hay zonas como Zamora, por ejemplo, con una bajada del 40%. Incluso en alguna zona como es la mía, del 70%. Es debido a la falta de agua y al excesivo calor”, añade. Para él, la causa está clarísima: “El cambio climático, de manera rotunda y categórica”.

“Cíclicamente, en el campo cada a lo mejor cinco, seis, siete años suele ocurrir que haya una época de sequía, y puede ser que haya coincidido, pero venimos observando que los inviernos son cada vez más cortos y más suaves y los veranos son mucho más largos. Están ocupando parte de la primavera y parte del otoño y vamos camino de dos estaciones”, explica. E, inevitablemente, esto influye en las cosechas.

Los veranos son mucho más largos. Están ocupando parte de la primavera y parte del otoño y vamos camino de dos estaciones
José Roales, cerealista y presidente de la Cámara Agraria Provincial de Zamora

En concreto, él ha recogido un 70% menos de cereal que en un año normal: “Tengo cebada, trigo, guisantes para pienso animal y girasol, que tengo sembrado para recoger en teoría a finales de septiembre, pero con el tiempo que está haciendo me temo que no voy a sacar producción”. Como cuenta, el girasol debería estar ahora llenando la pepita, pero por el calor no puede hacerlo. “Como la pipa no está llenada, pues no vamos a coger nada, para remate de fiesta. Ahora mismo , según están, voy a tener un 90% menos, por ser generoso”, lamenta.

La radiografía que hace Juan Metidieri, presidente de Apag Extremadura Asaja, que atiende a El HuffPost desde su tractor, va en la misma línea. “Venimos de una campaña de riego que ha sido un verdadero drama. El 80-85% del arroz no se ha podido sembrar: de las 21.500 hectáreas de arroz se han quedado sin sembrar 19.000 porque no había dotación de agua”.

El tomate se ha podido sembrar un 80% pero la campaña “está siendo malísima, con producciones muy a la baja y con una pérdida del 40%” y “se van a sembrar menos de la mitad de las hectáreas de maíz que hay en Extremadura”, cuenta.

El año pasado se pasaron por primera vez las 100.000 toneladas de aceite en Extremadura y este año creo que no va a haber ni un 20% de lo que hubo el año pasado
Juan Metidieri, presidente de Apag Asaja Extremadura

Sin embargo, donde más está afectando el estrés hídrico es tanto a la viña como al olivo, porque en este último “no ha cuajado el fruto y mucho de lo que cuajó lo está soltando”.

“En el olivar aquí hemos pasado de que el año pasado fuera el año histórico al alza, a ser este año casi con toda seguridad ya el año histórico a la baja. El año pasado se pasaron por primera vez las 100.000 toneladas de aceite en Extremadura y este año creo que no va a haber ni un 20% de lo que hubo el año pasado”, estima.

En la vecina Andalucía, el panorama no difiere demasiado. “Estamos en plena campaña de recolección del girasol y estamos teniendo las producciones más bajas que se recuerdan. Ha habido zonas en las que, por la sequía que arrastramos desde el mes de mayo, no se ha criado el girasol. En muchas fincas directamente no han ido las cosechadoras. Los que sí están cosechando están recogiendo muy pocos kilos por hectárea, de media 200, cuando lo normal es coger mil”, pone como ejemplo Tomás Jurado, ingeniero del departamento técnico de Asaja Córdoba.

En los olivares del Valle del Guadiana, de los Pedroches, va a haber producción cero en muchos sitios. Hay gente que no va a recoger ni un kilo de aceituna
Tomás Jurado, Asaja Córdoba

Las pérdidas en el cultivo de almendra se calculan de un 40% también debido a la sequía y el olivo, “como no llueva pronto, va a perder casi toda la aceituna”, señala. “Provincias como Jaén estiman unas pérdidas como del 40% y aquí en Córdoba va por zonas, pero también son muy importantes. En el norte de la provincia, en los olivares del Valle del Guadiana, de los Pedroches, va a haber producción cero en muchos sitios. Hay gente que no va a recoger ni un kilo de aceituna”, señala.

Jurado también apunta que en “toda la vega del Guadalquivir, la zona de Hornachuelos, Palma del Río, Posadas... hay citricultores que tienen problemas con el regadío porque no hay concesión de agua y han tenido que racionar o incluso suprimirla”.

  Una rama emerge de la tierra parcheada debido a la sequía en Villarta de los Montes, Badajoz, el 6 de agosto.SUSANA VERA via REUTERS

“Quizá hubiera sido un año de más kilos, pero en principio no vamos a tener mermas”, señala por su parte Domingo Medina, presidente de la Asociación Española de Tropicales, sobre el mango cultivado en la Axarquía, en Málaga. El aguacate, en cambio, sí se va a ver más afectado por la sequía en la zona, algo que se equilibrará con la producción de otras zonas como Valencia, Huelva o Cádiz, “con lo cual ésta no va a bajar mucho en general, un 10, un 15% a nivel nacional”.

Algunos precios tensionados, pero no todos

No hay lluvia pero sí una tormenta perfecta de factores, entre los que Roales cita el precio del gasóleo que utilizan para los tractores, “que se ha triplicado en un año” o los abonos minerales, que lo han hecho en un “60%”. “Si los precios de los inputs que necesitamos para producir siguen subiendo y si los precios de los cereales siguen bajando —algo que asocia con cierta especulación en los mercados—, se van a cerrar más explotaciones. Si se cierran más explotaciones, se producen menos materias primas, menos alimentos y más caros”, argumenta. Y remata: “Los alimentos baratos se han acabado ya”.

El presidente de la Cámara Agraria Provincial de Zamora cree que “al haber escasez de productos, va a aumentar el precio”, por lo que “vamos a tener que importarlos más caros”. Y por otro lado, debido a la sequía, “no sabemos si la calidad y la seguridad alimentaria de los productos van a cumplir los parámetros que nos exigen”, algo que le parece estupendo que se pida para garantizar alimentos buenos y saludables.

“Va a ser difícil conocer el grado de repercusión que en los costes va a tener la sequía frente al incremento de otros costes como los de la electricidad, el carburante o los fertilizantes”, admite la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). “Es evidente que la sequía va a reducir la producción y que esa menor oferta puede provocar, y de hecho va a provocar con seguridad, el incremento del precio de algunos productos”, resumen.

Es evidente que la sequía va a reducir la producción y que esa menor oferta puede provocar, y de hecho va a provocar con seguridad, el incremento del precio de algunos productos
Organización de Consumidores y Usuarios

Desde la OCU también señalan que, por ejemplo, el precio del cereal “no se marca por al producción en España sino por la oferta y demandas mundiales” y que, respecto al regadío, “es difícil prever qué productos van a subir y si estos pueden ser sustituidos por cultivos en invernaderos o por cultivos con un alto grado de eficiencia hídrica, donde las producciones no se vean alteradas”.

El presidente de Apag Asaja Extremadura sí ve evidente que “con la cosecha que hay de aceituna, ya no solo a nivel autonómico sino a nivel nacional, va a haber tensiones al alza en el aceite de oliva casi con toda seguridad. En el vino también está empezando a haberlas ya. Se esperaba una cosecha media-alta y nos vamos a quedar en una media-baja”.

  El presidente de la Asociación Española de Tropicales, Domingo Medina, revisa una de sus plantaciones de frutas tropicales, aguacates y mangos, en las que ha arrancado gran parte de los arboles de aguacates debido a la escasez de a...Daniel PérezEFE

Tomás Jurado, de Asaja Córdoba, coincide en pensar que se va a notar un alza en el precio del aceite de oliva: “El aceite es uno de los productos que más ha subido y si miramos en el corto-medio plazo todo parece indicar que va a seguir subiendo, no mucho pero va a ser un producto que se va a encarecer”. El de girasol piensa que no tanto, porque dependerá más de que Ucrania pueda exportarlo. “El tema de la globalización lo altera todo un poco”, afirma sobre el precio de otros productos que se pueden importar, como naranjas o cereal.

Por ese mismo motivo, Domingo Medina indica que los precios que se esperan del mango son “muy similares a los del año pasado”: “Hay otros países que en estas fechas envían fruta a Europa, tanto sudafricanos como latinoamericanos, tenemos una competencia que nos limita el techo del precio”. En cuanto al aguacate, recuerda que el año pasado hubo una cosecha muy fuerte, pero este año no solo España, sino países como Israel o Marruecos también van a tener menos cosecha: “Ahí sí puede ser que el aguacate tenga algo de repunte de precios”.

A falta de ver una evolución más concreta de los precios, la OCU recuerda que “las opciones para el consumido pasan por la compra de productos de temporada, que serán más baratos, o la búsqueda de productos que se pueden abaratar porque suban menos”.

Metidieri aporta algo de optimismo, pero más a futuro; en su opinión, si a partir del 15 de septiembre llueve “puede mejorar mucho la situación tanto en dotaciones de riego como de cultivo, pero ya para el año que viene”.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Responsable de Life