Sentir desconfianza extrema: Trastorno paranoide de la personalidad
Este trastorno afecta entre el 0,5 y 4,4% de la población y es causante del 10% de las consultas psiquiátricas.
Un trastorno de personalidad implica una forma de patrón de pensamiento, desempeño emocional y comportamiento poco saludable. Las personas van empeorando la manera de interactuar y la actitud ante la vida de forma tal que interfiere significativamente en las diferentes áreas de su vida. De tal modo que el deterioro es percibido por su entorno y afecta el bienestar psicológico y en general la vida de las personas afectadas. La mayoría padecen trastornos de personalidad y no lo saben debido a que la forma de comportarse la perciben como natural.
¿Qué es un trastorno de personalidad paranoide?
El trastorno de personalidad paranoide se caracteriza por un sentimiento generalizado de desconfianza injustificada donde las personas constantemente sospechan de los demás, interpretando las intenciones y motivos de quienes les rodean como maliciosos.
Los pacientes con este trastorno generalmente son referidos por sus entornos sociales (familiares, amigos, compañeros de trabajo…) para ser tratados. No suelen acudir voluntariamente a consulta. A su entorno le resulta alarmante la forma de relacionarse ya que suelen actuar de forma agresiva, responder de forma evitativa a las demandas externas.
Trasladar a los demás nuestros problemas como mecanismo de defensa es relativamente normal en todas las personas. En el caso del trastorno paranoide se maneja con el objetivo de evadir sus sentimientos y pensamientos que resultan inaceptables para él o ella. Y lo hacen con una negación extrema de su realidad.
Este trastorno afecta entre el 0,5 y 4,4% de la población y es causante del 10% de las consultas psiquiátricas, con más prevalencia en hombres que en mujeres.
Episodio paranoide
El trastorno paranoide de la personalidad es una alteración de la personalidad con episodios denominados paranoides comprendidos por crisis agudas donde la persona presenta:
- Suspicacia respecto a los demás.
- Desconfiando de las intenciones de los otros.
- Recelo y pensamiento acerca de que los demás actúan de forma perjudicial con él o ella.
- Todo ello viene acompañado de pensamientos como “me están engañando”, “me quieren estafar”, “me quieren perjudicar”.
Las personas con trastorno paranoide no siempre manifiestan una forma alterada de pensamiento, sino que se presentan en momentos específicos y circunstancias que alteran la normalidad y percepción del entorno que se denominan episodios o crisis paranoides. Estos episodios pueden presentarse inclusive a cualquier individuo sin cumplir con un criterio diagnóstico para este trastorno, es posible que alguien tenga un episodio de este tipo sin que represente un problema para la vida diaria.
Los rasgos
Las características de personalidad que se encuentran en el trastorno paranoide de la personalidad son: la desconfianza extrema, dificultad para establecer vínculos con los otros y demostrar las emociones, escasa conciencia de enfermedad, proyección de culpa y agresividad, irritabilidad, violencia, rencor intenso y duradero, hipervigilancia en estado de alerta con intención de detectar daños y engaños de los demás, introversión, aislamiento, hipersensibilidad, rigidez de pensamiento.
Los síntomas
- La persona afectada se siente amenazado y perseguido con un exceso de preocupación acerca de los sentimientos e intenciones de lealtad de las personas incluso de sus allegados y compañeros más cercanos.
- Anticipan erróneamente a los hechos predisponiéndose a que le harán algún daño sin que exista algún motivo real.
- Evitan dar información o difundirla porque piensan que se pude utilizar en su contra o como objeto de traición y burlas.
- Sobreestiman los riesgos y amenazas existentes maximizando los problemas.
- Tienen una tendencia a recordar palabras y gestos de terceros que le resulten ofensivos que provoca un sentimiento de rencor.
- Suelen ser personas ensimismadas y egocéntricas que se sienten más importantes que el resto.
- A menudo presentan una hiper-susceptibilidad ante los comentarios de terceros, considerándolos un ataque personal que compromete su reputación.
Las crisis paranoides son el síntoma principal para el diagnóstico de esta enfermedad; en ellas se experimentan preocupaciones frecuentes.
Las casusas
El Trastorno paranoide tiene origen en el marco biopsicosocial, que comprende una mezcla de variables biológicas, genéticas, de aprendizaje y sociales. Determinadas causas psicológicas interfieren en su aparición, en la infancia o adolescencia donde se forman los caracteres y se desarrolla la personalidad. Así, por ejemplo, no contar con un aprendizaje temprano en estilos de afrontamiento como factor preventivo que puede prevenir el desarrollo de diferentes trastornos mentales y ayudar a lidiar con el estrés de situaciones cotidianas.
Hay cierta evidencia de incremento de la prevalencia en las familias. Existen pruebas que sugieren una relación entre este trastorno, el maltrato emocional y/o físico en la infancia.
El tratamiento
Se basa en la terapia psicológica clínica y con acompañamiento de psicofármacos en caso de ser necesario. La psicoterapia es el método más efectivo y menos invasivo para tratar los diferentes trastornos de la personalidad. Tanto la psicoterapia individual como la grupal son eficaces para este trastorno si la persona afectada quiere hacer un tratamiento y está motivada a cambiar.
Objetivos del tratamiento
- Disminuir el malestar que siente.
- Ayudar a los pacientes a entender que la mayoría de sus problemas son internos.
- Minimizar significativamente los comportamientos inadaptados y socialmente perjudiciales.
- Cambiar o modular los rasgos de personalidad que producen problemas
Específicamente en el trastorno paranoide el objetivo principal es recuperar la confianza de la persona afectada. El terapeuta tiene el reto de establecer un vínculo de trabajo con el mejor escenario de comunicación posible y que pueda percibir el paciente como positivo para él. Hay que tener en cuenta que se trata de una persona que percibe con facilidad que el entorno está en su contra. Resulta por tanto que el terapeuta debe trabajar por una sintonía inicial y buena relación ya que es fundamental para la continuidad de la intervención psicológica eficaz.