Una Semana Santa "casi" igual a la de siempre: "Más vale poner una mascarilla que la nada otro año"
Decenas de miles de penitentes ultiman los preparativos para volver a recorrer las calles en procesión tres años después, con algunas restricciones.
“Más vale interponer una mascarilla o un metro más de distancia que la nada otro año”. El sentir de los cofrades es casi unánime ante una Semana Santa que, esta vez sí, volverá a celebrarse. El covid no se ha ido, pero la situación nada tiene que ver con la emergencia de 2020 y 2021. Entre el Viernes de Dolores (8 de abril) y el Domingo de Resurrección (17 de abril), centenares de pasos recorrerán España. No será lo mismo que años atrás, pero “casi”, como explican a El HuffPost responsables de varias hermandades.
La pandemia sorprendió con las túnicas y los capirotes prácticamente listos en 2020. La sucesión frenética de noticias, contagios y muertes obligó a la única decisión posible: la suspensión de los festejos religiosos, que se extendió a 2021, cuando la vacuna apenas había alcanzado a una parte de la población. “Ahora ya sí es el momento”, confiesa Ricardo Cobo, hermano mayor (el responsable máximo) de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de Jaén, popularmente conocida como “El Abuelo”.
Como él, se manifiesta Alejandro López, portavoz de la Hermandad de La Macarena, la imagen más icónica de la Semana Santa española y foco de miradas de todo el mundo. Sus cerca de 4.000 nazarenos volverán a procesionar por Sevilla cuatro años después, ya que en 2019 no lo hicieron por lluvia. Se notan las ganas, pero siempre con la palabra “cautela” en la boca y “en contacto constante con las autoridades” por si cambian las circunstancias, añade. Es una frase que todos tienen presente.
A ojos de los espectadores no habrá variación con respecto a los tiempos prepandémicos. Penitentes con sus túnicas y capirotes, incienso, costaleros y bandas. “No habrá reducción de aforo, porque ni siquiera se planteó ni podemos ampliar la distancia entre hermanos porque eso alargaría mucho el horario y es una cuestión regulada por las autoridades”, explica el portavoz de La Macarena. Precisa que los penitentes harán el recorrido sin mascarillas “ya que llevan la propia protección del antifaz más la distancia entre penitentes”, pero sí que tendrán que llevarla “cuando estén bajo techo o en aquellos sitios en los que estén descubiertos”. Igual que en el resto de ciudades.
La idea, como expone el hermano mayor de El Abuelo es “que no nos puedan decir ‘la que habéis liado’”, confiesa entre risas. El responsable de la gran procesión de Jaén y otra de las más conocidas en toda España sabe de lo que habla porque es médico de profesión. Por ello insiste en “limitar los riesgos” como premisa fundamental, ante una incidencia que sigue por encima de 400 a nivel nacional.
Pone el foco en la protección de sus costaleros, llamados en su caso ‘promitentes’. “Para ir debajo de los pasos deberán presentar su certificado covid. Ellos son los más vulnerables y por ello tendrán que hacer la procesión con mascarilla FFP2. Además, este año hemos eliminado los ensayos y de cara a la procesión dispondrán de botellas de agua individuales. Cuanta menos opción de contagio, mejor”, afirma, llevando un paso más allá los consejos planteados por la Junta de Andalucía. En el caso de La Macarena piden un test de antígenos antes de acudir a los últimos ensayos.
Pero no es una cuestión exclusiva del sur. En la Comunidad Valenciana, la protección de los costaleros lleva a reducir al mínimo los ensayos, además de evitar determinados elementos de decoración de los tronos que limiten la ventilación, como los faldones. Además, en el territorio levantino se impone la figura de un ‘coordinador covid’, como la asociada a centros escolares.
A falta de una normativa unitaria, cada hermandad puede ampliar las recomendaciones lanzadas por las autoridades. En Jaén, explica su responsable, tampoco habrá mascarillas para los nazarenos durante su ‘ruta’, pero sí para los monaguillos. En el caso de la banda plantean que la lleven cuando no estén tocando la marcha Nuestro Padre Jesús que suena repetidamente durante ‘La Madrugá’.
Aquí tampoco se reducirá el número de participantes, pero sí se controlará la aglomeración en algunos puntos de la ciudad, especialmente estrechos o propensos a masificaciones en años anteriores. “Más vale poner una mascarilla o un metro de distancia que la nada, como los dos últimos años. Que no nos puedan decir nada”, remata Cobo.
Lejos de Andalucía, la Semana Santa tiene en Valladolid otro de sus grandes núcleos. La Junta de Cofradías de la ciudad castellana, entidad que engloba a todas las procesiones, afirma a El HuffPost que “no habrá una normativa específica de restricciones”, aunque permanecen atentos a las posibles indicaciones del Gobierno regional.
Como en Andalucía, no habrá reducción de aforo ni necesidad de mascarillas al aire libre, “salvo bajo techo y en aquellos lugares donde haya aglomeraciones”, como marca la ley actual, explican desde la Junta. “Se va a celebrar con normalidad”.
Esa última palabra resuena especialmente. Al sur, al norte y en cualquier punto de la península, después de dos interminables años de pandemia. Ahora, la situación ha cambiado y toca llevar la vista al cielo, entre amenazas de lluvia para los días clave, otro signo de haber vuelto a esa “normalidad” tan deseada.