Siete artistas españoles que han hablado abiertamente de ansiedad y depresión
"Me costó verbalizarlo, pero en el momento en que terminé el disco, supe que quería ver a una psicóloga".
Salud mental. No es tan difícil pronunciarlo. Y, sin embargo, muchas veces cuesta hablar de ello, por el tabú, por el estigma o por el qué dirán.
"Me costó verbalizarlo, pero en el momento en que terminé el disco, supe que quería ver a una psicóloga. Decidí hacer de influencer, esa malsonada palabra, y me sinceré", contaba el cantante Rayden en una entrevista para El HuffPost. En esa misma charla reconoció que tuvo ataques de ansiedad recurrentes durante la grabación de su último disco, Sinónimo, y que sintió que necesitaba "recolocarlo todo" con ayuda de una psicoterapeuta. "Creo que es sano decirlo, que tiene que ver con la gestión emocional", alegaba.
Por suerte, Rayden no es el único artista español que ha alzado la voz últimamente para reivindicar la importancia de normalizar los problemas de salud mental. Angy, Iván Ferreiro, Alfonso Bassave, Andrés Iniesta, Kiko Rivera o Pastora Soler son otras de las personalidades que se han abierto a hablar sobre el tema.
Iván Ferreiro contó en 2017 a El País que sufría TDA (Trastorno de Déficit de Atención) y al poco tiempo se sinceró sobre su depresión en otra entrevista con el mismo diario. Entonces desveló que le había costado admitir que tenía una enfermedad, así como plantarle cara. El músico se empeñó durante mucho tiempo en no tomar pastillas, hasta que su médico le hizo ver que realmente lo necesitaba: "En las depresiones es muy importante el lenguaje. Y que alguien sepa explicarte con palabras lo que te está pasando y que te des cuenta de que en el fondo es como una puta gripe, una gripe de pesimismo y de falta de ganas. Pero te curas".
Más adelante, el gallego relató con más detalle su pesadilla en un programa especial de Salvados en el que Jordi Évole entrevistó a personas que habían pasado por períodos de depresión, ansiedad y pensamientos suicidas. "No podía ver a nadie a los ojos, no podía hablar con nadie", confesó el cantante sobre su época más dura. "Como un machote me lo comía con patatas, pero el día que me dijeron que tenía TDA lloré de felicidad", contó en el programa, al tiempo que denunció la falta de atención y medios en la Seguridad Social de cara a los problemas de salud mental: "Mi médico me decía que si venía por mi seguro privado me atendía 15 minutos, pero si lo hacía por la Seguridad Social me atendía seis".
El actor madrileño, que se dio a conocer en Un paso adelante, es quizás el último rostro conocido que ha puesto nombre a su problema. En una entrevista con ICON, Bassave desveló que llevaba 20 años en terapia por sus inseguridades. "La terapia te descodifica como persona y te muestra el lugar que ocupas en el mundo. Nos enseñan matemáticas en el colegio, cuando en tu puta vida vas a hacer una raíz cuadrada, pero no a escucharnos a nivel emocional o físico", criticaba en la entrevista.
El intérprete reconoce que antes se "machacaba" mucho más cuando le asaltaban los miedos o los períodos de paro, pero ahora "ya no me siento culpable". "Aprovecho para irme de viaje, tocarme el higo o ver cuatro series enteras. Antes lo llevaba peor. Antes observaba, analizaba y me machacaba. Ahora solo observo, proceso y suelto", comenta.
Cuando el último día de 2018 se puso a hacer balance del año, la cantante y protagonista de Física o Química quiso confesar en Instagram que llevaba años con depresión y que por fin sentía que estaba "saliendo del agujero".
"La depresión está, aunque en tu vida estén pasando cosas buenas [...]. Al final son traumas que se enquistan y si no se curan, permanecen. Aunque sientas a ratos que sí, pero cuando menos te lo esperas, vuelve a salir todo eso", decía en su publicación. La artista acababa con un mensaje de esperanza y ánimo: "Un porcentaje muy alto de gente la sufre. Se dan cuenta antes o después. Si tú eres una de esas personas , y me estás leyendo, mañana es un nuevo día, un nuevo año. Busca ayuda, cosas que te motiven. DA UN GOLPE EN LA MESA Y PALANTE".
El futbolista manchego se sinceró con Risto Mejide en una emisión del programa Chester en mayo de 2018, pero la depresión le llegó mucho antes. 2009 fue un año fatídico para el deportista, que se vio muy afectado por la muerte del futbolista Daniel Jarque y por una serie de lesiones que se le metieron "mucho en la cabeza".
"Caí en un pozo sin salida. Viví situaciones muy malas que creo que son difíciles de entender por la gente que piensa que lo tenemos todo. Fue muy difícil, pero salió todo bien gracias a varios especialistas. Salí muy reforzado de ahí", afirmó en el programa. Allí habló de su psicóloga Inma Puig y de los psiquiatras Bruguera y Navarro: "Sin ellos no hubiera podido superarlo. Un día estaba en casa con mis padres y mi mujer, que por entonces era mi novia, y les dije que necesitaba a alguien. O hacía algo o no sé a dónde iba a ir a parar".
Meses después, Iniesta marcó el gol que dio la victoria a España en el Mundial de Sudáfrica.
Todo empezó el pasado mayo cuando Kiko Rivera tuvo que cancelar por "problemas de salud" sus conciertos para el verano. Días después, el DJ sorprendió a todos sus seguidores al contar en Instagram la causa real de esos "problemas": tenía depresión. "Por causa de una depresión y con el fin de evitar cualquier daño adicional, he decidido retirarme de los escenarios", comunicaba el hijo de Isabel Pantoja.
En esa misma publicación daba las gracias a su familia por soportar los malos momentos y esperaba "poder reunir las fuerzas necesarias para volver".
Meses después, Rivera confesaba en directo en GH DÚO su adicción a las drogas y la relación de estas con la depresión. "En determinado momento de mi vida, y de ahí viene en gran parte mi depresión, estuve con adicción a las drogas. Lo pasé muy mal", aseguró el DJ. "Gracias a Dios lo he superado, a base de médicos, de psicólogos, de lucha, a base de amor", reveló.
El caso de la sevillana es distinto pero en parte similar. Pastora Soler sufrió ataques de pánico escénico en varios conciertos, que le hicieron decir "basta" en un momento dado.
"Quería desaparecer y lo único que pensaba era que por qué no había algo que me quitara del medio. Había demasiado dolor. Cerré los ojos, me vistieron, me metí en el coche y no abrí los ojos hasta que llegué al hotel. Esa noche no dormí y ya lo había pensado, que ya, que se acabó, que ya no podía más", relató a Bertín Osborne en el programa Mi casa es la tuya.
La cantante se retiró en 2014 y, dos años después, volvió a los escenarios.
El primer ataque de ansiedad que sufrió el cantante le ocurrió delante de las miles de personas que acudían al concierto de Vetusta Morla en Madrid el pasado verano. En mitad del calor y del agobio, Rayden empezó a marearse y se cayó al suelo ante la atenta mirada de la gente que, en lugar de ayudarlo, se pusieron a grabarlo. Un día después, el cantante aclaró en redes que "no iba pedo ni drogado", que lo que tuvo fue un ataque de ansiedad.
"Nunca había tenido uno hasta esta semana y es muy difícil explicar la necesidad de huir de un sitio (a veces de uno mismo) y sólo querer hacerse un ovillo mientras gira todo muy rápido y tu cuerpo viaja del sudor más frío a la taquicardia más bestia. Querer correr pero tener la sensación de no poder coordinar el paso. Si os lo pongo aquí es para visibilizar también a un enemigo que la mayoría ha sufrido en algún momento de su vida", explicó en Instagram.
Meses después, Rayden ha sacado disco y ha querido profundizar en el tema de la ansiedad con la canción Los dioses también sangran. "La gente evita totalmente decir 'no lo sé' y 'me pasa algo'. Si tenemos que ir al psicólogo o a una psicoterapeuta, parece que somos peligrosos", criticaba en una entrevista con El HuffPost. Por suerte, él decidió contarlo, pedir ayuda, "decelerar un poco". "Y ahora estoy perfectamente, estoy guay, se puede salir".