Rocío Carrasco: "¿Estás segura de que te vas a separar? Pues te vas a cagar"
Segundo asalto de la docuserie 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'. .
El estreno de Rocío, contar la verdad para seguir viva, la docuserie sobre Rocío Carrasco, hizo convulsionar al mundo del corazón y sus efectos se extendieron a la esfera política y social.
El desgarrador testimonio de la hija de Rocío Jurado en el primer capítulo, acusando a su marido de malos tratos continuados, de haberle arrancado a sus hijos y de haberle hecho la vida imposible, reabrió el debate sobre una de las lacras de la sociedad: la violencia machista. Políticas como Irene Montero o Adriana Lastra se posicionaron junto a Carrasco. También lo hizo la actriz Paz Vega. Y diarios de información general, informativos de radio y televisión, y tertulias se llenaron de titulares sobre el testimonio de la la hija de La más grande.
La emisión de los capítulos 2 y 3 este domingo se esperaba con la misma expectación, aunque ya había sido desvelado mucho de ese contenido y la pista más evidente la daban los títulos elegidos para estas dos entregas: Se nos rompió el amor y Ese hombre, que se corresponden con dos de los grandes éxitos musicales de su madre.
Antes de dar paso a la emisión del capítulo 2 —el pasado domingo se emitieron el 0 y el 1— de la docuserie, desde el programa han querido compartir un audio de la propia Rocío Carrasco en el que ha asegurado que aunque “desbordada por todo lo acontecido, estoy tranquila y serena”. Además, ha agradecido el apoyo recibido y especialmente “a las mujeres que se hayan sentido reflejadas en mi relato”.
Concluía este mensaje asegurando que está “fuerte para seguir contando” su historia.
La hija de Pedro Carrasco y Rocío Jurado ha comenzado el relato hablando de su primer embarazo. Unos meses después de trasladarse a Argentona (Barcelona) con Antonio David, Rocío Carrasco descubrió que estaba esperando un hijo, noticia que le pilló por sorpresa, pero que se transformó en una gran ilusión: “Fue uno de los días más felices de mi vida. Iba cumplir uno de mis sueños: iba a tener un hijo”. En ese momento, Carrasco descubrió la primera de las traiciones: antes de comunicárselo a sus padres y a sus suegros, su única amiga en Argentona, Cristina Cárdenas, había vendido el predictor a una revista.
Según la protagonista, la familia del exguardia civil recibió con gran algarabía la buena nueva: “Sólo les faltó decir: lo hemos conseguido, Rocío Jurado tiene una nieta”. Al contrario que ellos, La Jurado y Pedro Carrasco no se mostraron emocionados con la noticia. La hija de la cantante de Chipiona ha asegurado que su padre le dio “un bofetón que la cabeza me dio vueltas como la niña del exorcista”.
La boda entre Rocío Carrasco Jurado y Antonio David se preparó rápidamente: el enlace en la finca La Yerbabuena fue uno de los grandes acontecimientos de la prensa del corazón.
También lo fue la luna de miel. La pareja se marchó a isla Mauricio pero no disfrutaron libremente de esos días de descanso. Una revista y un fotógrafo andaban detrás de la exclusiva y los movimientos de los recién casados eran controlados al milímetro para no reventarla.
¿Quién había venido esa exclusiva? Según ha declarado la propia Rocío, fue su tío Amador el que negoció con una revista el reportaje. La misma semana que regresaron, la portada apareció en los quioscos.
El nacimiento de su hija llenó de felicidad a toda la familia. La hija de La más grande ha contado vivir meses de verdadera dicha teniendo a su bebé. “Estaba completa y estaba pletórica. Siempre me he considerado una buena madre”, ha confesado.
Antonio David también estaba feliz: ”Él con la niña era locura”. Además, ha explicado que durante ese tiempo cambió “para bien” y ella pensó “que sería así para los restos”.
Los problemas de Antonio David con la Guardia Civil terminaron con él abandonando el cuerpo y la pareja regresó a Madrid. El matrimonio y su hija se instalaron en la casa de la madre, en la urbanización de La Moraleja. Semanas después Rocío supo que estaba embarazada de su segundo hijo. Un embarazo buscado y deseado por ambos.
En el verano de 1998, Antonio David y Rocío pasaron sus vacaciones en Chipiona. Ella, embarazada de cuatro meses de su segundo hijo, descubrió una noche la infidelidad de su marido con una chica de la pandilla: “Se estaba comiendo la boca con la chica de la barra”. “Las hormonas te están volviendo loca de celos”, era la defensa de su marido. “Tú estás loca, estás enferma. Tú vas a malparir a mi hijo”, amenazaba él.
A partir de esa noche, contracciones adelantadas, dolores y crisis de pánico convirtieron ese verano en un infierno para la hija de Pedro Carrasco. Una deslealtad, que según ha relatado la propia Rocío, todo el mundo sabía: sus amigos, la prensa y hasta su prima, pues la tercera en cuestión era amiga de Chayo Mohedano. “Lo sabía todo el pueblo. Amigos, mis primos, periodistas... Pasaban por mi ventana y me llamaban cierva embarazada”, ha asegurado.
En aquel momento, Rocío tomó la decisión: se quería separar.
El tercer capítulo de la docuserie ha comenzado abordando uno de los hechos más polémicos entre la pareja. Una madrugada del verano de 1998, en Chipiona, Antonio David y Rocío Carrasco se enzarzaron en una fuerte discusión por las sospechas —confirmadas— de la infidelidad de Antonio David. Según ha relatado la propia Rocío, en un momento dado, él la cogió del camisón y la sacó por una ventana.
“Procura que cuando llegue abajo, me haya matado”, le desafió ella. Él la soltó.
Las continuas negaciones del exguardia civil de ese episodio, argumentando que las ventanas de la planta superior de esa casa tenían rejas, ha quedado desmontada con una declaración jurada de quien puso las rejas en 2010, más de diez años después de aquella fatídica noche.
En la semana 22 de gestación, todo se complicó y los médicos recomendaron a Rocío Carrasco reposo absoluto. Pero la infidelidad de su marido marcó el resto de semanas.
Hasta que un día ella descubrió en la factura del teléfono las continuas llamadas de su marido a su amante. Esa tarde, cuando él entró en la sala de la casa de Chipiona, ella cogió una vela y se la lanzó. De nuevo, él arremetía con el “estás loca y vas a malparir”. Hasta que ella le comunicó que se quería separar: “Se puso a llorar, hincado de rodillas. ’Que yo te quiero, que yo te quiero”, ha contado Rocío Carrasco.
Finalmente, David Flores Carrasco nació el 15 de diciembre de 1998. La noticia fue recibida con alegría por toda la familia. Antonio David estaba contento pero quiso puntualizar algo ante los medios: “La niña es más mía. Y el niño es más de ella”. Toda una declaración de intenciones, ha señalado Rocío Carrasco.
“Cuando llegué del hospital con el enano, Rocío —refiriéndose a su hija de dos años— sólo quería cogerlo en brazos”, contaba emocionada Rocío. A partir de ese momento, se creó un fuerte vínculo entre ellos. “Aunque considero que hoy a Rocío le han hecho hacerse responsable de demasiadas cosas de las que no tiene que ser responsable”, ha querido aclarar.
A partir del nacimiento de su segundo hijo, la prensa se hizo eco de los rumores que apuntaban a una gran crisis en el matrimonio: “Somos una pareja que hemos tenido una pequeña discusión”, “Ha sido simplemente un enfado, como cualquier matrimonio”, desmentían ellos una posible separación.
Todo era un teatro, un paripé público, ha confesado la hija de La más grande porque “yo no quería por nada del mundo que se supiesen los motivos reales de esa crisis”. Con toda la familia, llegaron ese año a El Rocío, donde ella declaró públicamente que había pareja “para rato”.
A la vuelta, en junio de 1999, para Rocío llegó el momento de tomar la decisión: se marchaba con los niños a pasar el verano en Chipiona y a la vuelta presentaría la demanda de separación.
Según cuenta Carrasco, cuando él le vio haciendo la maletas, le preguntó y ella le comunicó con firmeza lo que iba a hacer al acabar el verano. ”Él entro en cólera y empezó a gritarme. “Rociíto, ¿estás segura de que te vas a separar? Pues te vas a cagar”, le espetó.
Una amenaza que también escuchó La chipionera, que subió la escaleras llena de ira. “Cuando llegó a la puerta él le dijo: ’Tú te callas Rocío Jurado, tú no conoces a Antonio David Flores”. Él sabía el pánico que mi madre tenía a cualquier tipo de escándalo...