Se inicia en Reus la exhumación de Cipriano Martos, el último desaparecido del franquismo
Fue detenido por la Guardia Civil, interrogado durante días y forzado a beber el ácido de un cóctel molotov, que le hizo agonizar durante 21 días sin que su familia lo supiera.
El inicio de las tareas de exhumación de los restos del antifranquista Cipriano Martos, muerto en 1973 tras ingerir ácido sulfúrico en el transcurso de un interrogatorio bajo tortura en el cuartel de la Guardia Civil en Reus (Tarragona), será este lunes, 12 de diciembre.
Así lo han explicado a EFE fuentes del Departamento de Justicia, Derechos y Memoria de la Generalitat catalana, tras haber culminado todos los trámites preceptivos para proceder a esta intervención en la fosa común del cementerio de Reus.
Tras fallecer el 17 de septiembre de 1973 en el Hospital de Sant Joan de Reus, las autoridades franquistas enterraron en secreto el cadáver de Martos, sin permitir a la familia asistir a la inhumación -en la fosa número 11, en el sexto piso de la fila 67, lado norte, del cementerio- ni llevarse el cuerpo a su tierra de origen.
Cipriano Martos nació en 1942 en un núcleo rural dentro del municipio de Loja (Granada), en el seno de una familia de campesinos pobres. Empezó a trabajar en el campo a los 11 años. Fue minero, trabajador textil y finalmente se instaló en Reus, donde ejerció de encofrador”, afirma en Twitter la Asociación para la Memoria Histórica (ARMH). Emigró en 1969 a Sabadell (Barcelona), donde se politizó y se enroló en las filas del Partido Comunista de España (marxista-leninista), una escisión del PCE que propugnaba intensificar las acciones contra la dictadura y no renunciaba a la lucha armada.
El partido fundó el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), un conglomerado de organizaciones tuteladas por el PCE (ml), y Martos fue destinado a una célula clandestina en Reus, donde en agosto de 1973 fue detenido por la Guardia Civil, que lo interrogó durante más de dos días, hasta que la ingesta del ácido sulfúrico obligó a ingresarlo urgentemente en el hospital, donde agonizó durante 21 días, sin que su familia supiera dónde estaba. “Por su actividad política y sindical fue detenido, torturado y obligado por la Guardia Civil a beber un cóctel molotov, que de introdujeron en el aparato digestivo como si fuera un suero de la verdad. La corrosión que le produjo en el aparato digestivo le causó la muerte”, describe la ARMH, que añade el cuerpo acabó en una fosa de beneficencia, sin que sus familiares pudieran ver antes los restos.
El caso de Cipriano Martos fue incluido en 2014, a instancias de Antonio Martos, un hermano de la víctima, en la macroquerella presentada ante la justicia argentina por delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen franquista.
El pasado febrero, la entonces consellera de Justicia, Lourdes Ciuró, anunció públicamente que la exhumación tendría lugar en el segundo semestre del año.
Pese a que la salida de JxCat del Govern obligó a Ciuró a abandonar el cargo, la conselleria de Justicia -ahora dirigida por Gemma Ubasart- ha mantenido los planes, que ya estaban muy avanzados antes de romperse la coalición del Gobierno, por lo que los trabajos de excavación arqueológica podrán empezar el 12 de diciembre.
La dirección general de Memoria Democrática advierte de que hallar los restos de Martos puede no ser una tarea “inminente”, ya que se trata de una fosa común en la que los arqueólogos primero deberán acondicionar el terreno, antes de proceder a la excavación con maquinaria para extraer las primeras capas de tierra.