Sara Khadem, la ajedrecista que reta al régimen iraní al jugar sin velo se instalará en España
Atusa Pourkashian, que compite en la selección estadounidense, acude también sin yihab al campeonato internacional de ajedrez rápido en la ciudad de Almaty.
La iraní Sarasadat Jademalsharieh, también conocida como Sara Khadem, tiene 25 años, posee dos títulos mundiales de ajedrez y es una de las jugadoras más prometedoras de un deporte que se ha hecho más popular estos años gracias a la serie Gambito de Dama de Netflix.
Sin embargo, su hasta ahora desconocido rostro ha ocupado estos días portadas y titulares de periódicos después de competir sin velo en un campeonato internacional de ajedrez rápido en Kazajistán, al que también se presentó la iraní Atusa Pourkashian, quien compite en la selección estadounidense.
Un gesto que se suma a las protestas contra el régimen iraní, la imposición de esta prenda en Irán y la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, por violar el estricto código de vestimenta impuesto a las mujeres.
Una acción que ha pillado con el pie cambiado a la Federación de Ajedrez de Irán: “No esperábamos que esta ajedrecista hiciera esto porque había participado en los torneos anteriores en cumplimiento de las normas”, ha expresado su presidente, Hasan Tamini, al portal de noticias Iran International.
La ajedrecista, tal como informa El País, se instalará en España para evitar las represalias del régimen iraní. Ella, casada con el popular director de cine iraní Ardeshir Ahmadi, tienen un piso en propiedad aunque se desconoce si ha obtenido un permiso de residencia gracias a esta propiedad o si tiene intención de pedir asilo político al Gobierno.
No es la primera vez que una ajedrecista decide competir sin el velo obligatorio. Ya en 2020 la Federación iraní expulsó a la veterana Mitra Hejazipour por asistir al campeonato de ajedrez rápido en Moscú sin el hiyab.
La escaladora iraní Elnaz Rekabi, que fue detenida por las autoridades iraníes después de competir en Corea del Sur sin velo, fue una de las primeras deportistas que, en el marco de las protestas, se quitó el hiyab para competir.
El del futbolista Amir Nasr-Azadani es, quizá, el caso más conocido de un deportista iraní perseguido por la República Islámica de Irán. Defensor de los derechos de la mujer, el régimen le acusa de participar en el asesinato de tres agentes y depende de un último recurso para evitar ser ejecutado.