¿Por qué hay gente que usa la sangre menstrual para regar las plantas?
No es tan raro como parece.
“Riego mis plantas con mi menstruación”.
Esta frase dicha por Almudena, una concursante que este miércoles pasó por First Dates (Cuatro), dejó en shock a buena parte de la audiencia. No es para menos. La gran mayoría del público del programa de Carlos Sobera acostumbra a usar el agua para esta actividad.
Sin embargo, la práctica de la madrileña de 30 años no es tan rara como podría parecer a priori. Basta echar un vistazo en Google para darse cuenta de que es una actividad con bastantes adeptas, e incluso adeptos, que defienden que ya es hora de terminar con los tabúes en torno a la regla y aprovecharse de los beneficios de la regla.
Esos beneficios tienen que ver con su composición, que ha empezado a estudiarse a medida que se ha extendido el uso de la copa menstrual. Al poder recogerse este líquido se puede también analizar.
Ahora sabemos que la sangre menstrual contiene tres de los macronutrientes primarios de las plantas: nitrógeno, fósforo y potasio. Estos se usan para producir hojas y mantener el buen color verde (N), ayudar a formar nuevas raíces y producir semillas, frutos y flores (P) y desarrollar tallos fuertes (K).
“Aunque dicho así puede resultar un poco extraño, si lo piensas bien los suplementos que compras para las plantas son exactamente eso, un cóctel de nutrientes, igual que la sangre menstrual. Además el acto de devolver nuestra sangre a la naturaleza y la tierra tiene un efecto muy positivo en la percepción sobre nuestra menstruación”, apuntan en la web Ilovecyclo.com.
A estos nutrientes hay que sumar otros componentes —células muertas del endometrio, lípidos, proteínas y hormonas como la progesterona—, que convierten la sangre menstrual en un perfecto abono orgánico, como señalan en el artículo ¡No tires tu sangre menstrual! Al parecer tiene muchas propiedades de la revista Vice.
“Empecé con un cactus, nunca había dado flor y durante dos ciclos la regué con mi sangre menstrual y floreció. Me acuerdo que en ese momento mi pareja estaba horrorizado, hasta que un día, un amigo bioquímico le confirmó que la sangre tenía muchos nutrientes, pero que la reutilización de la sangre menstrual es un tema tabú”, explica Carolina, de La Copita, en el mismo artículo de Vice, donde también comparte una foto de la planta floreciente.
Para hacer uso de esta sangre hay diferentes fórmulas. Carolina vierte el líquido en una jarrita junto a un litro de agua. “Con eso riego las plantas”, explican. En Ilovecyclo utilizan otro método: verter directamente la sangre en la tierra de las plantas.
El mismo método que Carolina empleó Beca Grimm, autora del artículo Fertilicé mi lechuga con sangre menstrual, durante su experimento. “Para mi Shark Week personal, vacié mis vasitos [copas menstruales] dentro de un frasco. Al final del ciclo le agregué nueve tantos de agua por cada tanto de sangre, para hacer un balance”, escribe Grimm, que usó la sangre con un aloe vera (planta de interior) y una lechuga roma (de exterior). Sólo llegó hasta el final con la segunda, que incluso llevó al plato. “Cuando hice la ensalada corté la cabeza al límite del tallo, una semana después la lechuga había vuelto a crecer al menos siete centímetros”, añade.
La otra forma de obtener este curioso abono es a partir de las compresas de tela (o alguna de sus variantes). En ese caso el proceso es simple. “Lo que hago es ponerlas en remojo y luego con esa agua riego las plantas”, aclara Carolina en Vice.
Quienes defienden esta práctica, como Carolina o Beca Grimm, sostienen su defensa en los resultados. “Conseguimos revivir hasta las plantas más moribundas”, escribe la autora del blog El camino de Rubí en el artículo Por qué recoger nuestra sangre menstrual. ”El tabú menstrual sobre marchitar las plantas no se cumple en absoluto”, añade sobre “esta opción que sale más cómica y que ayuda a tejer otra relación con la menstruación”.
Algo así cuenta el autor del artículo Guía para regar las plantas de marihuana con la sangre menstrual, que probó el sistema por consejo de su novia: ella regaba los cactus; él, la maría. “Si tiene nutrientes para gestar un bebe cuando esta en la panza. ¿Por qué no puede nutrir mis plantas?”, escribe.
Y añade: “Los cactus que tengo en el balcón (que nunca habían sacado flores) florecieron a los pocos meses, las plantas de cannabis salieron espectaculares la cosecha fue un éxito y sus cogollos tuvieron un pegue hermoso como ella ;)”,