La sangre del bote del padre de las niñas desaparecidas en Tenerife es de él
Tomás Gimeno hizo un movimiento bancario de 55.000 euros. La principal línea investigación baraja que él las secuestró y que no actuó sólo.
Continúa la búsqueda de las dos menores Anna y Olivia, de uno y seis años, desaparecidas en Tenerife. Esta vez con nuevos datos que han permitido avanzar en las líneas de una investigación que dirigen los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Segundo medios como la Cadena Ser y Efe los análisis forenses han determinado que la sangre que había aparecido en la embarcación del padre de la niñas, Tomás Gimeno, no es de ellas, sino de él.
Este dato ha reavivado la esperanza de hallar con vida a las pequeñas, unas tareas que se están realizando en el marco de un dispositivo de búsqueda por tierra, mar y aire. Además, tras analizar las cuentas bancarias de Gimeno, se ha detectado un movimiento bancario de 55.000 euros en las 24 horas previas a a la desaparición. Eso sí, que no fueron retirados.
Este lunes, los agentes regresaron al domicilio del progenitor para realizar una segunda inspección en la que la policía científica tomó muestras. Todos estos movimientos han sido el preludio de que el juez haya imputado al padre un delito de secuestro y de que se haya activado una orden de búsqueda internacional.
De hecho, la hipótesis principal que manejan los investigadores, tal y como ha podido confirmar la Cadena Ser, se corresponde con el de que Gimeno habría, presuntamente, secuestrado a las menores y que, además, podría no haber actuado sólo.
Los movimientos de la embarcación al coche
El último rastro de Gimeno le sitúa en el Puerto Deportivo Marina Tenerife de Santa Cruz, donde las cámaras de vigilancia le grabaron llegando a las 21.30 horas. Allí comenzó a sacar varios bolsos que trasladó hasta la embarcación. El vigilante del puerto que realizaba la guardia de noche se lo topó de frente, pero no pudo ver a las dos pequeñas. Cuestión que tampoco ha sido registrada por las videocámaras.