Sánchez descarta un estado de alarma en todo el país y reconoce que Madrid le "preocupa"
El presidente defiende que "no se puede excluir a ningún grupo político" de la negociación del PGE en esta situación excepcional
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido entrevistado esta mañana en la Cadena SER y, sin hacer sangre, sí que ha lamentado la situación de Madrid a causa de la pandemia del coronavirus. “Nos preocupa el estado de la epidemia y la salud pública en Madrid”, ha dicho. En cuanto a la posibilidad de volver a aplicar un estado de alarma nacional, queda por ahora descartada, ya que la crisis “no es homogénea territorialmente”.
Ha defendido los 16.000 millones de euros que se han entregado a las regiones para pelear contra la pandemia, un gasto “histórico y sin precedentes para hacer frente a la emergencia”, como un paso importante para frenar su avance. No obstante, reconoce que “los niveles de rastreo de algunas comunidades autónomas tienen que mejorar”, sin querer citar a ninguna en particular.
Sánchez sostiene que, frente al “enemigo común” que es el virus, ofrece “los votos de aquella mayoría parlamentaria para que cualquier presidente autonómico cuente con el respaldo en el Congreso” en el caso de que se requieran medidas como un estado de alarma. Pero ruega que no haya partidismos y se anteponga el interés general, por encima de la guerra política.
En el caso concreto de Madrid, defiende que están aportando dinero, militares como rastreadores... como en las demás regiones. Si Fernando Simón dio un toque ayer sobre esta zona es porque “preocupa” la situación de la pandemia en Madrid. “Los niveles de rastreo y las capacidades estratégicas de algunas comunidades tienen que mejorar”, sostiene.
Simón, ayer, dijo: “Tenemos zonas muy densamente pobladas donde el control no es fácil; la situación en Madrid genera inquietud. Estamos en una situación epidemiológica que no es buena, pero no es catastrófica”.
En esa línea, Sánchez ha resaltado los “matices muy importantes” que diferencian la situación respecto de la de marzo, cuando se decretó el estado de alarma. Sostiene que la limitación de reuniones, el cierre del ocio nocturno o los rastreadores han ayudado, pero hay desigualdades en el territorio. Por eso un estado de alarma “territorializado”. Ahora el presidente no quiere hablar aún de la posibilidad de decretarlo, de nuevo, a nivel nacional. Lo justifican los datos de letalidad y hospitalización, aunque la evolución de la epidemia es “preocupante”, reconoce.
Ayuso responde con ironía
La respuesta de Díaz Ayuso ha llegado varias horas después, por Twitter y con una buena dosis de ironía. La presidenta de la Comunidad de Madrid. “Agradezco la preocupación que siente el presidente Pedro Sánchez por Madrid. Aprovecho para volver a pedirle la reunión que no me ha concedido en 12 meses”.
En las últimas fechas la dirigente autonómica ha reprochado al Gobierno y hasta a Fernando Simón su ensañamiento con Madrid, sobre la que se había planteado la opción de tomar “medidas más drásticas”.
Rotundo, ha respondido: “sí, lo es”, a la pregunta de si es segura la vuelta al cole. Asume que riesgo cero no existe, pero que es peor la exclusión social por no volver a las aulas. Aplaude el esfuerzo de coordinación con las regiones para establecer recomendaciones y defiende que la comunidad educativa y sus padres pueden “estar seguros” de que los niños estarán mejor “en la escuela que en otro sitio”.
Sánchez dice que si se dan casos entre los niños, los padres podrán cogerse una baja por incapacidad, como ya se reconoció en marzo. Incluso se puede flexibilizar en un 100% la jornada laboral si eso ocurre. “Los padres y madres pueden acogerse a bajas por eventualidad y, según el decreto 8/20 del programa ‘Me Cuida’, que está vigente hasta el 22 de septiembre, los padres pueden flexibilizar su jornada laboral hasta un 100%”. “Estamos en la negociación con el diálogo social”, insiste.
“No ha habido veto”
Sobre los presupuestos, sostiene que Unidas Podemos no ha hecho veto alguno a Ciudadanos. “No ha habido veto”, ha repetido. “arrastramos unos presupuestos de 2018 que nada tenían que ver con esta emergencia sanitaria y que fueron aprobados por un partido conservador como el PP”, ha dicho, explicando que ahora sí habrá fondos sociales y partidas especiales para la cohesión territorial, la transición ecológica y todo lo que impulse la creación de empleo. Si las cuentas actuales no pueden responder a las necesidades de hoy necesitamos otros que “ratifiquen” los compromisos del PSOE con sus socios de Gobierno. La base de los presupuestos van a ser el acuerdo con UP, señala.
En el socio de Gobierno (UP) y el PSOE somos conscientes de que tenemos que aprobar unos presupuestos que tienen que ser progresistas y no excluyentes, y no podemos excluir de esa interlocución a ningún grupo político, porque son urgentes, imprescindibles (...). No es momento de vetos, es momento de máxima unidad. Hay que superar el enfrentamiento que plantean otras fuerzas. Unidad no significa unanimidad y ya sabemos que hay grupos políticos que se van a autoexcluir, hay grupos que plantean mociones de censura cuando ciudadanía plantea la unidad, pero hay circunstancias que explican que se trascienda la aritmética parlamentaria clásica para abordar la tarea ingente”, dice. Sobre si confía aún en ERC, ha dicho que sí, que la mesa de diálogo sigue en pie y hay “interlocución” con todos los grupos, sin vetos.
Al ser un Ejecutivo bicolor, todos los interlocutores tienen que “reconocer” eso, ha dicho como un aviso a Cs. “Hay que adecuar la ideología de cada cual al momento que estamos viviendo”, señala. Pone el ejemplo de las negociaciones en Europa, donde Sánchez ve una enorme distancia con posturas como la del húngaro Viktor Orban, pero donde al final se llegó a un acuerdo. Justo las ayudas europeas, ha recordado, dependen de que haya un presupuesto, por lo que su importancia es mayúscula.
Esa unidad de acción, también, para la renovación del gobierno de los jueces, el CGPJ, o el defensor del pueblo, el Constitucional o la RTVE. Anima a Pablo Casado, el líder del PP, a que se sume, que no diga “no a todo”, porque ahora toca “arrimar el hombro”. Aún así, dice que está dispuesto a “enmendarse” y a reconocer errores si la comunicación con la oposición no ha sido la mejor, como denuncia Casado, pero sostiene que “dos no bailan si uno no quiere”. Es “inédito” el momento y por eso la ciudadanía pide otra cosa a los políticos. “Unidad”, en suma.
“A Zapatero también le bloqueó el PP la renovación del CGPJ. Y Felipe González tuvo una oposición despiadada. Pero ahora el momento es inédito. Los ciudadanos piden a los políticos que se pongan en su piel: una personas que no sabe qué va a pasar con su negocio o tiene un familiar enfermo”, señala.
Confianza y lealtad, pese a la diferencia
Sobre la unidad del Gobierno, remarca que tienen todos los ministros su “confianza” y que está satisfecho de la “lealtad” entre los socialistas y los socios de UP. En un contexto, además, complejo por culpa del Covid-19. “El funcionamiento del Gobierno de coalición está siendo óptimo (...) La estabilidad está garantizada, pero necesitamos también que esta sea una legislatura fructífera”, ha replicado, pese a desajustes como las críticas de Pablo Iglesias, el vicepresidente, a la ministra de Educación, Isabel Celaá.
“Es evidente que tenemos una cultura política distinta”, ha afirmado, pero el pacto constitucional “no se trocea” en nada, incluyendo la polémica del rey emérito, Juan Carlos de Borbón. Es decir, la monarquía parlamentaria por ahora no se toca. “Lo único que puedo hacer es respetar la confidencialidad de mis conversaciones con el rey y respetar la decisión”, ha dicho Sánchez, sin ahondar más. No obstante, ha enfatizado que “evidentemente [los ciudadanos deberían conocer los gastos de la marcha del rey emérito]. Cualquier gesto de ejemplaridad y transparencia es bueno”.
Buena previsión
El presidente socialista, sin lanzar las campanas al vuelo, también ha dicho en la SER que “la evolución de agosto ha sido muy positiva” en el plano económico, sobre todo comparado con la terrible primavera. “La reactivación de los trabajadores que están acogidos a ERTE está siendo positiva”, ha defendido, aunque no ha hablado de ampliar esta figura.
“Estamos viendo un rebrote de la economía en el tercer trimestre por encima del 10% intertrimestral. La resiliencia y la flexibilidad que están demostrando las empresas y los trabajadores nos llevan a un moderado optimismo”, concluye.