El duelo entre Sánchez y Casado post 4-M: "cara de Rivera" vs. "cara de Zapatero"
El presidente se defiende diciendo que agotará la legislatura y que en la primera semana de junio habrá diez millones de vacunados.
Primera batalla en el Congreso tras el 4-M. Sube la temperatura, y esto va de cara a cara (literalmente). El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acusado a Pablo Casado de que se le ha puesto “cara de Albert Rivera”, a lo que ha respondido el líder popular: “Se le está poniendo cara de Zapatero”.
Un duelo marcado por los resultados en Madrid. Casado ha llegado metiendo el dedo en la herida contra Sánchez: “El peor resultado de la historia de Madrid, su circunscripción, haciendo trampas en el CIS, en el BOE, con amenazas, ocultando el sablazo fiscal”. “Ha sido sorpassado por Errejón, eso no hay primarias andaluzas que lo tapen”, le ha afeado, para reprocharle: “Los españoles están hartos de sus mentiras y arrogancia”.
Además, le ha criticado que hable del estado de alarma como “pasado”: ”¿Son asumibles 99 días más con 200 muertos más? ¿No va a hacer nada para prevenir 20.000 víctimas más?”. Por ello, le ha preguntado que cuándo va a convocar el debate sobre el estado de la nación y no apoya un plan B jurídico.
“Señor Casado, le miro y escucho atentamente, la historia se repite, se le está poniendo cara de Albert Rivera”, le ha contestado Sánchez, quien se ha reafirmado en que quiere “estabilidad” y agotar la legislatura: 32 meses. Su objetivo: “recuperación económica” y “vacunar, vacunar, vacunar”.
Ante esto, en su réplica Casado ha respondido a Sánchez: “Se le está poniendo cara de Zapatero”. “Sólo le importa el poder”, la ha azuzado, para apostillar: “Usted es un pato cojo”. Esta expresión se utiliza en la política anglosajona para referirse a los presidentes que no seguirán en otro mandato. Por ello, le ha pedido que deje de meter la cabeza en el suelo como un avestruz.
Sánchez le ha señalado que las preocupaciones de los españoles no son las del PP. Y ha puesto el foco en la vacunación: señalando que en la primera semana de junio habrá diez millones de personas con la pauta completa. Además, ha remarcado que se ve que la economía está a punto de “relanzarse”, con los datos del consumo privado y de la afiliación entre la Seguridad Social, entre otros.
Luego ha llegado el turno de Santiago Abascal (Vox), que ha insistido en que se trata de un Gobierno que ha llegado al poder “de manera ilegítima con mentiras” y cruzando “todas las líneas de la decencia política”.
El presidente le ha respondido que Vox sí ha cruzado líneas que chocan con el artículo uno de la Constitución española, que consagra valores como la igualdad o el pluralismo político, rechazando que la ultraderecha ataque a los menores inmigrantes y llame “enfermos” al colectivo LGTBi. “Con la ultraderecha, el mundo es al revés”, ha arremetido.
El trío de preguntas a Sánchez se ha cerrado con Gabriel Rufián (ERC), cuyo cara a cara se ha centrado en la situación que se vive en Cataluña con las negociaciones estancadas entre ERC y Junts para formar Govern. El presidente ha reflexionado al hilo: “Se podría pensar en un gobierno de izquierdas liderado por quien ganó las elecciones, el PSC”.
El portavoz independentista le ha pedido a Sánchez que tome nota de lo que pasó en Madrid, donde ganó la izquierda a la izquierda, y le ha recordado el poco peso de Cs, que cabe en el autobús que llevó Edmundo Bal al debate de Telemadrid.