Samuel, perdónanos
Estaremos mejor organizados para pelear por nuestros derechos, para protegernos de la maldita homofobia
Lo siento Samuel, no hemos sabido protegerte, has tenido que morir asesinado para que esta España nuestra empiece a despertar y a decirle a los homófobos que no, que no les tenemos ningún miedo. Que nos van a tener siempre en frente, luchando por el colectivo LGTBIQ+ y por nuestros derechos.
He empezado a escribir este artículo de opinión varias veces, no sabía como enfocarlo, si hacerlo desde la rabia, desde la pena, el rencor, o desde el recuerdo de lo vivido en primera persona. Sigo sin saber cómo hacerlo, así que simplemente comenzaré a escribir.
Lo que tenía claro es que debía empezarlo pidiéndole perdón al propio Samuel tanto como ciudadano, como político y como gay. Y debía hacerlo porque todos y todas nos hemos fallado con este cruel asesinato.
Nos puede parecer increíble que en el año 2021, en España, tengamos que abrir telediarios y periódicos con el asesinato de un joven de 24 años en A Coruña al grito de ‘MARICÓN’. Pero ahora nos pregunto: ¿De verdad nos sorprende? Por supuesto que no.
Llevamos años en una escalada inadmisible de homofobia en nuestro país de la mano de la extrema derecha de VOX, y el silencio y acciones cómplices de las cúpulas del Partido Popular y Ciudadanos.
Ahora, estos dos últimos partidos, vienen condenando este asesinato, pero no podemos olvidar que gobiernan con el partido que lleva años alimentando este odio hacia el diferente, ya sea por raza, religión, o como en este caso, por su orientación sexual.
Para contentar a la extrema derecha, han quitado las banderas arcoíris de los edificios públicos, han negado subvenciones a los colectivos organizadores del Orgullo, han impedido declaraciones institucionales en Administraciones Públicas, o como en el caso de Madrid, para obtener sus votos, van a revisar la ley LGTBIQ+ de la comunidad autónoma.
Estos son solo algunos ejemplos de lo que hacen como sumisos de los votos de los extremistas.
Ahora, te pregunto de nuevo, ¿te sorprende este asesinato?
Hace pocos días, en la mayoría de pueblos españoles, ondeábamos nuestra bandera del arcoíris para luchar por nuestros derechos, en un ambiente de fiesta y reivindicación.
Gritábamos a favor de la futura Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans y para la Garantía de los Derechos LGTBIQ+. Cantábamos y bailábamos con nuestros amigos y amigas, con nuestros familiares. El orgullo es reivindicativo y festivo, es lo que lo hace especial.
Hoy, por desgracia, volvemos a poner el arcoíris en nuestras plazas, pero ahora a media asta por ti, porque te han arrebatado de este mundo un grupo de indeseables asesinos homófobos que pagarán por ello. Ahí no te vamos a fallar, Samuel.
El asesinato de este joven no va a quedar impune, no puede quedar impune, y será el principio de nuestra nueva lucha LGTBIQ+. Tenemos que luchar para que los discursos homófobos se acaben en España. Cada vez que los oigamos sacaremos nuestras banderas para acallarlos y usaremos todas las acciones legales para que sean juzgados y condenados. Debemos acabar con los chascarrillos de mal gusto sobre la homosexualidad, usar la palabra “maricón” como un insulto, y un largo etcétera de acciones que hacen daño a muchas personas.
Tenemos que educar a nuestros niños y niñas en respetar. Es imprescindible que desde el colegio aprendan que el amor va mucho más allá del sexo biológico o el genero de cada persona, que el amor es tan grande que ningún adjetivo lo puede encadenar, que es tan grande, que cabemos todos y todas.
Nuestra lucha será pacífica, como lo ha sido siempre, no somos como estos asesinos. Tenemos la mejor de todas las armas, que no es otra que nuestra palabra, y la vamos a usar hasta quedarnos afónicos si es necesario, pero no vamos a permitir dar ni un paso atrás. Eesta vez no, vamos a estar todas y todos juntos. ¡Nos necesitamos!
Samuel, esta nueva lucha va por ti, por mí, por nosotros y nosotras.
Perdónanos, de todo corazón, por no haber sabido protegerte. Desde que tu asesinato nos rasgó el alma, somos muchos más. Se han unido muchas personas a nuestra lucha pacífica. Estaremos mejor organizados para pelear por nuestros derechos, para protegernos de la maldita homofobia. Esta vez no vamos a fallarnos, no más.
Lo siento Samuel, no pudimos protegerte. Perdónanos.