Rusia tiene prisa: comienza a reclutar tropas en campos de entrenamiento por todo el país
La movilización de 300.000 reservistas decretada por Putin tiene efectos inmediatos, mientras miles de rusos tratan de salir del país y evitar el servicio armado.
La orden de Putin ha tenido efecto inmediato: Rusia ha comenzado a recibir y formar a parte de los 300.000 reservistas llamados a filas en la “movilización parcial” anunciada por el líder. En una carrera contrarreloj para intentar darle la vuelta a la situación en Ucrania, el Kremlin ha multiplicado sus esfuerzos para incorporar más soldados al frente. Y para ello se sirve de la enormidad de su geografía.
Tanto el New York Times como la BBC se hacen eco de diversas publicaciones de medios rusos con información sobre autobuses llenos de tropas y la instalación de centros de entrenamiento en campos y hasta colegios, como el situado en Ulán-Udé, perteneciente a Siberia y cercano a la frontera sur con Mongolia y cuyo horario lectivo se ha visto afectado para atender a las ‘urgencias militares’, apunta el diario local Arig-Us.
Los vídeos y documentos que recorren las redes sociales reportan instalaciones similares en puntos tan diversos como Vladivostok, al este; Bélgorod, cerca de la frontera ucraniana, y Chechenia y Dagestán, suroeste y cercanas al Cáucaso.
Desde la República de Dagestán, frontera en este caso con Azerbayán, una madre que ha perdido a uno de sus hijos en la guerra, explica a The New York Times haber visto cómo hasta tres autocares llenos partían desde su tierra hacia los campos de entrenamiento de Siberia.
Por convencimiento o por decreto
Los llamamientos están siendo masivos y con carácter de urgencia, obligando a movilizarse sin antelación a miles de rusos. Sin embargo, la oenegé OVD-info, que este miércoles dio cuenta detallada de las detenciones de casi 1.500 personas por manifestarse contra la guerra, añade que algunos de los arrestados han sido obligados a alistarse, una información que complementa el medio digital Nexta.
“Las personas detenidas en las concentraciones contra la guerra en Rusia reciben papeles de llamada a filas. Algunos son dejados en los departamentos de policía para ser llevados directamente a la comisaría militar por la mañana”, apunta esta publicación, que muestra en un tuit algunos de los documentos entregados a los manifestantes para obligarles a prestar servicio armado.
La realidad contrasta con el mensaje oficial lanzado por Putin y complementado por su Ministerio de Defensa: solo se llamaría a hombres de hasta 50 años y con formación militar previa. La periodista Yanina Nimayena ha dado cuenta en sus redes de que su marido, padre de cinco niños, ha sido llamado a filas su marido pese a no haber servido nunca en el Ejército. Otras fuentes apuntan a que también se han mandado requerimientos a mujeres.
La administración local también trata de convencer a la movilización con medios algo más pecuniarios. Según la agencia oficial rusa Interfax, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, ha decretado un pago de 50.000 rublos al mes (unos 856 euros, unas cuatro veces el salario mínimo mensual) a cada nuevo soldado, con indemnizaciones especiales por muerte o lesión y el tratamiento legal de militar contratado.
Pero el temor a las llamadas masivas o movilizaciones forzosas ha empujado a miles de rusos a salir del país. Durante el miércoles los servicios de venta de billetes de avión se colapsaron y en internet se dispararon las búsquedas de términos como “incapacidad”, “lesión” o consultas más directas como “cómo lesionarse una mano”, mientras se han vivido escenas de colapso en puntos fronterizos con Finlandia y Georgia, como apunta la BBC.
Ucrania promete “trato digno” a los que se rindan
Putin castiga con severas penas de cárcel la negativa a incorporarse a filas, la deserción y la rendición en el campo de batalla. Pero en contraposición a la política del Kremlin, Ucrania promete “un trato digno” y respeto a la vida de los soldados rusos que entreguen las armas. “A la primera oportunidad, ríndete”, escribe Majail Podoliak, asesor de Zelenski y una de las figuras visibles del Gobierno de Kiev.
Alemania, por su parte, añade ABC, estudia conceder el asilo a los rusos llamados a combatir que se nieguen y huyan del país.