De encumbrar a Rosalía a cuestionarla: qué ha pasado de 'El Mal Querer' a 'Hentai'
La letra de la última canción de la catalana ha hecho que muchos pongan en entredich un giro en su carrera.
“Te quiero ride como a mi bike”. Con este verso empieza el último adelanto de Rosalía, Hentai, presentado en TikTok el pasado lunes. Y, aunque por ahora, de este nuevo tema solo se conocen 15 segundos, han bastado para levantar toda una oleada de críticas, memes y bromas.
La canción ha provocado que algunos critiquen a la catalana por “traicionar” a su esencia flamenca o que algunos aseguren que la letra es muy simple o muy obscena. Al tratarse del primer adelanto de su futuro disco Motomami —además de la bachata La Fama con The Weeknd— muchos han hecho paralelismos con su anterior trabajo, El Mal Querer, su primer gran éxito publicado en 2018.
Sin embargo, la Rosalía de entonces poco tiene que ver con la de 2021. Desde entonces, la catalana se ha ido acercando cada vez más a los sonidos urbanos y latinos como el reguetón, el trap o la bachata. Muestra de ello han sido sus éxitos Con Altura junto a J Balvin, Yo x Ti Tu x Mi con Ozuna o La noche de anoche con Bad Bunny.
En un repaso a sus canciones, tratamos de explicar con expertos en la industria musical qué ha cambiado en su carrera.
“En El Mal Querer ya dejaba claro que lo urbano nacía de dentro de Rosalía también. Tenemos que entender que Rosalía es un animal como pocas veces se da en el panorama musical y artístico, de 28 años, con sus inquietudes, su hambre de evolucionar que siempre demuestra, ganas de progresar, de mejorar, de sorprender y sorprenderse a sí misma”, apunta Javier Llano, director de las emisoras Rock FM, Cadena 100 y MegaStar.
Para él, ese cambio que ha dado Rosalía no es ninguna novedad. “Ya lo demostró con El Mal Querer cuando todos empezaban a decir que no era flamenco puro, sino que era un híbrido. Y ella salió en la gala de los Goya haciendo una versión de Los Chunguitos, que dejó a todos alucinados”, apunta recordando su interpretación de Me quedo contigo.
Según Llano, Rosalía “se mueve artísticamente más rápido de lo que se mueve el mercado y, en general, la masa crítica, por eso siempre sorprende”. “Eso lo hacen generalmente los genios, lo hacía Prince, que no sabías con qué te iba a sorprender en el siguiente trabajo o single, siempre iba un pasito por delante marcando tendencia”, recuerda.
El paralelismo de investigar e innovar con Prince lo hace también Iñaki de la Torre, exdirector de Rolling Stone y colaborador de La Ventana (Cadena SER), quien apunta a otros genios de la música que en su momento fueron criticados por “pasarse de innovar”. “Stevie Wonder, que es el tótem de la música negra norteamericana también lo ha hecho y tiene que no salieron bien. Prince también es una persona que investigaba, trasteaba e innovaba y tiene cosas que son inaguantables”, detalla.
“Creo que ella ha hecho la evolución que ella quiere mezclada con la evolución que pide el mercado”, señala De la Torre. Basta con ojear el top 10 de canciones más escuchadas de Spotify en España—en el que se mantiene con su bachata La Fama desde hace más de un mes— para comprobar que el mercado del streaming demanda canciones urbanas de artistas como su pareja Rauw Alejandro, Sebastián Yatra o Morad.
Sin embargo, el periodista apunta a que estas mezclas y cambios de estilos también son válidos en un artista flamenco, como ella misma contó en el programa Caminos del flamenco (La 2), “es una música que nació de la mezcla de culturas y es bonito que siga siendo una música donde se dé la mezcla de estas culturas”.
A pesar de que los sonidos de temas como La Plata, Catalina o Aunque es de noche, versión de la canción de Enrique Morente —todos incluidos en su primer trabajo Los Ángeles (2017)— beben del flamenco más clásico y purista, en El Mal Querer, los samples de artistas como La Paquera de Jerez se mezclan con ruidos de motores, bases de trap o incluso samples de Justin Timberlake.
“Eso lo hacen todos los artistas de todos los géneros. Empiezan copiando lo clásico que es lo que han aprendido porque se ha estudiado y, cuando lo tienen dominado el género que hacen, empiezan a moldearlo a su punto. Ella va en ese camino”, explica De la Torre, quien señala que esa evolución es más rápida que otros artistas, pero que es “su propia voluntad”. “Tiene mucho desparpajo y mucho arte para cantar”, detalla.
Llano tampoco ve nada anormal en esta evolución. “Va marcando tendencia desde hace prácticamente cinco años, esto lo enmarco en un paso más en el crecimiento natural de un animal como ella. Va dando pasos en el crecimiento artístico. Por supuesto es una artista poliédrica, que tiene varias caras de estilo, no se puede enmarcar en uno solo”, señala.
Para él, la culpa de haberla “encumbrado” es principalmente de la prensa y las redes sociales, las mismas que han apuntado a otra revolución del flamenco con El Madrileño (2020) de C. Tangana. “Tenemos que resumir todo, pero creo que cualquiera que se acerque un poco a la obra y la personalidad de Rosalía ve perfectamente que sí, efectivamente, tiene unas raíces del flamenco muy claras, pero tiene referencias del urbano, del flamenco, del jazz, de tantas cosas… que depende de qué lado la mires y por dónde la mires”, recuerda.
“La Rosalía de hoy en día no tiene nada que ver con la de 2016. Hoy ella es otra cosa, porque todo influye en la obra del artista el contexto que lleva al pretexto y de ahí surge la obra. Lo que influye en la obra de Rosalía no es lo mismo que en 2018, está escuchando otras cosas, otros músicos, otras referencias”, sentencia.
De la Torre no descarta la influencia de las discográficas, también que Rosalía trabaje con Sony en Estados Unidos y no en España, donde empezó inicialmente. “Está descubriendo otras músicas, la música de gente de su edad y también en Hispanoamérica, el reguetón, el trap y todo lo demás. Aunque eso ya estaba en El Mal Querer”, señala.
Ninguno de los dos especialistas niega que Rosalía es ya parte del mainstream, con lo que ello conlleva. Para De la Torre esta parte pesa más que la flamenca, pero no se atreve a vaticinar un abandono del género de la cantante. “Eso hasta que no veamos disco no sabemos nada. Lo que le pasa es que es una tía de muy poca edad, que le gusta mucho investigar y está investigando y pensando. A veces nos parecerá mejor y otras veces peor, lo cual es muy legítimo”, recuerda.
La oleada de críticas de Hentai ha hecho que muchos se planteen que su letra —con frases como “lo segundo chingarte, lo primero es Dios”— reciba más comentarios negativos por ser escrita por una mujer que por un hombre, ya que en el reguetón y el trap artistas como Bad Bunny o J Balvin incluyen referencias similares en sus temas.
“Creo que es en parte machista, que si lo hubiera hecho un tío hubiéramos dicho ‘¡joder, cómo se pasa este!’. Lo que sí tiene es un componente de que es una selección desafortunada, han dejado una frase que la deja en ridículo, no van a ser tan tontos de que todo el tema sea así”, apunta De La Torre, quien ve desafortunado mezclar su marketing profesional con su relación personal con Rauw Alejandro.
Para él, la letra no es especialmente buena, pero tampoco quiere decir que el disco entero de Motomami sea así ni que ni siquiera la canción entera se corresponda con ese fragmento. “Tampoco es mucho peor que decir ‘mu mal mu mal siete veces seguidas’ y con eso se hizo conocida. Muchas veces la letra no está buscando decir una cosa sino una aliteración o algo así. Luego una cosa que me repatea, 15 segundos es como si enseñas en un cuadro la parte superior derecha. Mal hacemos los periodistas si nos dedicamos a comentarlo, no sabemos realmente qué hay ahí”, explica el periodista.
Llano, por el contrario, cree que la rima encaja perfectamente en el género urbano y que las críticas se deben al impacto que tiene una estrella como ella. “Una artista con los millones de followers que tiene Rosalía tiene comentarios negativos por cualquier polémica porque siempre va a haber alguien que opine de esta manera”, recuerda. ”También hay gente que no le gusta el jamón ibérico. Es el peaje a pagar por la popularidad que tiene Rosalía”, señala.
Rosalía es un icono global. Portada de la revista de The New York Times, codeándose con la élite de la farándula de Los Ángeles —se ha convertido en una Kardashian más— y paseándose por la alfombra de la gala MET, pocos logros le quedan por cumplir en lo que a referentes estadounidenses respecta. Eso sin tener en cuenta su clara influencia en la moda.
Detrás de ello, una elaborada estrategia de marketing que ha ido moldeándose de una cantautora alternativa que hacía las delicias de los oyentes de Radio 3 a una influencer tanto en el mundo de la moda como en el musical.
Para Llano, esto es totalmente normal. “Todo aquel que hace una canción o pinta un cuadro quiere que sea difundida, quien diga que no está mintiendo. A partir de ahí se utilizan herramientas para comunicarlo, si se busca hacer negocio con ello para un público determinado, ahí entra el marketing. La música, al fin y al cabo, es una industria”, recuerda.
Rosalía ha pasado de icono indie a ser una diva de la industria musical y eso ha generado rechazo de muchos sectores de la música, pero le ha abierto otros en otros países también al colaborar con artistas anglosajones primer nivel como Billie Eilish, Travis Scott, James Blake o The Weenknd.
“El riesgo de etiquetar es ese. Creo que nos va a seguir sorprendiendo y es un icono totalmente global que tiene poco de alternativo y es mainstream. Lo bueno es que marca tendencia, no repite clichés de otros artistas, crea estilos, moldes y crea nuevas formas de componer y de refabricarse. Eso es lo fascinante, la capacidad de Rosalía”, detalla Llano.