Rodrigo Sorogoyen: "El sistema te empuja a quedarte en casa, a consumir desde casa"
'As bestas', el nuevo 'thriller' rural del director, llega a las salas este viernes.
Desde que se proyectó por primera vez en Cannes, As bestas no ha dejado de cosechar halagos. La nueva película de Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña llega este viernes a las salas de cine dispuesta a conquistar a los espectadores a través de un asfixiante thriller rural.
¿La premisa? Una pareja francesa se muda a una recóndita aldea gallega en el medio de la montaña y la convivencia con algunos de sus vecinos salta por los aires hasta llegar a un punto de no retorno. A la vez que se construye la acción, Sorogoyen y Peña reflexionan sobre la despoblación o la violencia sin dejar de lado la intriga que caracteriza su cine.
La idea de la historia no es nueva, sino que lleva años rondando en las cabezas de Peña y Sorogoyen, que leyeron en las páginas de un periódico la noticia de la desaparición de un hombre holandés en una aldea gallega. “Se podía sentir la violencia, los conflictos... el thriller rural ya estaba ahí llamándonos a gritos. Pero sobre todo se hablaba de una mujer que se había quedado ahí, que estaba prácticamente abandonada la aldea porque esos habitantes iban desapareciendo y ella continuaba allí”, explica Isabel Peña. Desde entonces, intentaron comprender qué pasaba por la cabeza de esa mujer: “Nos pareció que en ese comportamiento había algo que por algún motivo era ilógico pero que necesitábamos entender y que al mismo tiempo transmitía una dignidad que nos obligaba a rellenar esos huecos”.
“Lo que queríamos contar era la historia de este personaje que viene de una persona real e intentar entender su comportamiento”, señala por su parte Rodrigo Sorogoyen. “Te pones a escribir y te das cuenta de que quieres hablar de muchos temas y que de repente a veces tienes que renunciar a ellos o mejorarlos de guión para que estén articulados y tengan sentido dentro de la película”, explica el director, que cuenta que para ellos lo principal era no alejarse del thriller. “No creemos que el espectador no pueda vivir sin conocer esta historia, pero creemos que puede vivir una experiencia cinematográfica muy emocionante, que es lo que nos gusta a nosotros como películas”, sentencia.
En As Bestas la pareja formada por Antoine y Olga, Denis Ménochet y Marina Foïs, comparte protagonismo con sus antagonistas Lorenzo y Xan, interpretados por Diego Anido y Luis Zahera. En el caso de los actores gallegos, su manera de llegar al proyecto no pudo ser más diferente. “En mi caso entré en el rodaje un día antes de empezar, eso suena difícil pero en realidad no lo fue tanto”, bromea Diego Anido. ”Tuve mucha suerte porque el personaje no era muy ajeno a mi universo mental y tuve una acogida increíble de todo el equipo y en especial de Luis, que es como un hermano real, un primo, como si estuviera en un libro de familia. Hizo fácil lo difícil”, añade el intérprete.
Para Zahera este es su tercer trabajo con Sorogoyen, por lo que, en sus propias palabras, partía con ventaja: “Ya hay una empatía, ya sabes cómo respira, ya sabe por dónde cojeo yo, entonces sinceramente no me pareció nada difícil el rodaje. Somos gallegos, conocemos la idiosincrasia, esas tabernas, ese mundo…”, reflexiona el actor.
Peña y Sorogoyen han presentado As bestas como su proyecto más ambicioso, un reto en el que han sufrido “quebraderos de cabeza” como rodar en la montaña. “Adecuar una aldea que está en la montaña, sola, con unas carreteras que no son las mejores del mundo y ver cómo podemos llegar con un equipo allí y hacer la vida más fácil a ese equipo para que haga lo que tiene que hacer que es rodar una película...”, señala el director como la mayor dificultad del rodaje. Peña, además, explica que tenían claro que querían “contar el invierno, el otoño, la primera y el verano”, pero era necesario adaptarse a las semanas de grabación, lo que supuso un esfuerzo. “Creo que se traslada a la pantalla y ha merecido la pena”, confiesa la guionista.
Despoblación, abandono y violencia
As bestas reflexiona sobre la despoblación, el odio al diferente, los prejuicios pero también sobre cómo hombres y mujeres reaccionan ante la violencia. ¿Si Olga —la protagonista— hubiera sido un hombre la historia habría sido diferente? “Supongo que sí, no puedes generalizar entre todos los hombres pero generalizando supongo que sí”, afirma Sorogoyen.
Para Peña, “uno de los temas fundamentales sin duda es la violencia desde lo femenino y lo masculino” y la cinta habría sido muy distinta. “Hace poco leí un artículo que hablaba sobre nuestra peli y hablaba de la escena de madre e hija, de la conversación, y decía que las mujeres también pueden ser feroces. Y obviamente también pueden ser feroces, pero desde otro lugar, y ese es uno de los grandes temas de la película. Es que para empezar en esta película no hay venganza y quizás si hubiera habido un cambio de roles quizás sí habría sido una peli de venganza y eso no nos interesaba”, explica la guionista. ”Clint Eastwood habría hecho otra cosa”, añade el director bromeando.
En la cinta se eliminan los clichés sobre la idealización del rural y se plasman en la pantalla todas sus dificultades y el abandono que sufren las personas que viven allí. ¿Ayudará la película a que los espectadores tomen algo de conciencia sobre el abandono del monte? “Pues es una esperanza que tenemos”, confiesa Luis Zahera. “Se está despoblando, ahora entras las eólicas... No sé el impacto ni juzgar cómo les va a afectar eso. Sorogoyen hace un cine que es muy particular y que aborda desde lo pequeñito lo universal, y creo que es muy interesante y ojalá sea de esa manera”, añade el actor.
Su compañero Diego Anido es menos optimista sobre el impacto de la cinta: “Hacer una peli no te cambia casi nada, a veces te da un toque, a alguna persona le podrá remover la conciencia, pero el arte no funciona así en general”.
Empatizar con los ‘malos de la película’
Zahera y Anido interpretan a los villanos de la historia, aunque la cinta intenta que el espectador comprenda de dónde viene su actitud, algo que los actores también hicieron para abordar el trabajo con sus personajes. ”¿Empatizar con ellos? Por completo. No sé si es porque cuando haces un personaje es fundamental empatizar, pero no me ha costado mucho la verdad, me parece muy razonable lo que dicen”, defiende rotundo Anido.
“La gente sale del cine y dice ‘vaya dos desgraciaos’ pero realmente es desde un punto de vista urbano, pero desde un punto de vista rural o de alguien que conozca un poco el entorno es muy razonable”, insiste el actor. Para Zahera es importante “no juzgarlos”. “Yo creo que son personajes poliédricos y esto de poliédrico lo decía Sorogoyen, que tienen su punto de vista, lo defienden, eso que dicen de ‘olemos a mierda’, creo que puede llegar a ser entendible. Pero sí que son unos personajes primitivos, duros… es una cuestión complicada”, reflexiona el intérprete.
El drama de las salas de cine
El estreno de As bestas se suma a la larga lista de aplaudidas cintas como Alcarràs, Cinco lobitos, Un año, una noche o Modelo 77 que hacen que este sea uno de los mejores años que se recuerdan para el cine español. Pero los aplausos, reconocimientos y premios no se están traduciendo en espectadores en las salas. ¿Por qué?
“La gente no va al cine por muchos motivos. Las plataformas, no las plataformas en sí pero el cine en casa, la posibilidad de ver tanta ficción en el sofá de tu casa tiene mucho que ver. No digo que sea malo, pero tiene muchísimo que ver por supuesto. También la propia sociedad y el propio sistema te empuja a quedarte en casa, a consumir desde casa, a hacer cada vez vida menos vecinal, menos barrial, menos en la calle”, defiende Sorogoyen, que denuncia que cada vez hay menos salas de cine. “Igual hay ciudades que quieren ver As bestas y no tienen un cine para verla. Nosotros lo consideramos trágico y bastante lamentable. Cualquier año, pero este año hay muchas películas muy buenas que yo creo que la gente se va a perder, pero bueno. Hay un componente educacional y cultural desde hace ya muchos años y durante muchos años que nos ha llevado hasta aquí y es una pena”, se lamente el director.
Para Zahera, “esto no es una época de cambios es un cambio de época” y la forma de consumir ficción ha cambiado totalmente. “No hay un duro, la pandemia… yo qué sé, lo están teniendo complicado. Yo no sé si la situación de los cines viene para quedarse. Ojalá que no. También hay teorías de que vienen las salas de ultralujo y van a quedar las pequeñas”, opina el actor sobre la incertidumbre. Una incertidumbre que Anido comparte aunque se muestra más optimista.
“Con lo maravilloso que es. Una sala con todo lleno de gente pero a la vez estás tú solo viendo una experiencia que es brutal. Es un espectáculo que es barato en el fondo. Por ocho euros, siete euros tienes un espectáculo, una historia. ¿Va a desaparecer en serio? ¿somos tan estúpidos? Creo que no”, señala el actor.
Ambos creen que, a pesar de la situación complicada que vivimos, habría que ayudar al sector del cine. “Es un momento que... ¡mi madre! Que vale una patata 15.000 euros, pues yo qué sé, creo que hay que apoyar a la cultura, que es fundamental. No sé si es prioritario pero me gustaría”, reconoce Zahera.
“Igual hay que estrujarse un poco el cerebro. Hay miles de campañas de motivación para la población para que haga cosas que llegan a funcionar y que son horrorosas, seguramente se puede hacer algo aunque no sea directamente apoyar a las pantallas, que sea subliminal, engañar a la gente para que vaya al cine”, bromea Anido.
Mientras el equipo anima a los espectadores a acudir a las salas y saborea la buena acogida de As bestas, Sorogoyen y Peña siguen trabajando en sus próximos proyectos, entre los que está su serie sobre la Guerra Civil. Inicialmente iba a tener el respaldo de Movistar+ pero la plataforma decidió bajarse del proyecto. El dúo no se da por vencido y quiere intentar sacar adelante la producción cueste lo que cueste.
“Gracias por no darnos por muertos porque hay gente que piensa que el proyecto ha muerto y no, estamos vivos”, señala Peña. “Estamos buscando financiación y confiamos y somos positivos en que lo haremos, aunque sea dentro de dos, dentro de tres años, bienvenido sea”, confirma Sorogoyen.