Rocío Carrasco: "Puedo estar hundida, deprimida o frustrada, pero yo loca no estoy"

Rocío Carrasco: "Puedo estar hundida, deprimida o frustrada, pero yo loca no estoy"

Lo mejor del episodio final de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'.

Rocío Carrasco en el capítulo 12 de su docuserie.MEDIASET

En Mediaset lo anunciaron como la entrevista que llegaba “para desmontar la gran mentira de la prensa rosa”. Y la predicción no se ha equivocado. La docuserie protagonizada por Rocío Carrasco ha supuesto un antes y un después en la crónica del corazón, pero también ha abierto nuevas brechas en el debate sobre violencia de género en nuestra sociedad.

Desde el pasado 21 de marzo, el largo y detallado relato de la protagonista, unas veces desgarrador y otras contundente, no ha dejado indiferente a nadie. Dos meses después, el documental concluye con la entrega titulada En el punto de partida. Y lo ha hecho así.

Mismo escenario, mismo traje, mismo maquillaje. En el último episodio de la docuserie, Rocío Carrasco ha mantenido intacta su imagen para comenzar explicando por qué decidió contar la verdad y por qué para seguir viva.

“Se llama así porque necesito contar la verdad de 20 años, pese a costarme la vida porque nunca he querido hacerlo. Necesito quitarme mucho peso de una mochila y, sobre todo, necesito empezar a vivir y no seguir malviviendo como he hecho hasta ahora”, ha comenzado explicando.

La segunda parte del título tiene otra razón: lo acontecido el 5 de agosto de 2019, el día que decidió quitarse la vida. Como ya contó en el episodio 0, en esos días le habían contado que su hija, Rocío Flores, iba a ir a defender a su padre al plató del reality Gran Hermano Vip del que era concursante.

“Yo vengo de estar hundida durante mucho tiempo, de tener que hacer un ejercicio descomunal cada vez que salía a la calle, de no poder desarrollar mi vida normal, de no querer tener nada que ver con nada ni con nadie. Cuando me llega esa noticia, por mi cabeza empiezan a pasar todos los 20 años anteriores y todo lo que se me venía encima. Pero ya con un elemento mayor, que era mi hija en un plató defendiendo a su padre”, ha contado. 

Carrasco ha reconocido que no estaba preparada para ver a su hija en la televisión después de siete años sin tener ningún contacto con ella y de lo que había pasado, “pero mucho menos para ver lo que iba a defender”. “No quería volver a sentir miedo, no quería volver a sentir vergüenza, no quería volver a sentirme cuestionada por todo el mundo. Y no quería vivir en esas circunstancias”, ha confesado desolada. Por eso decidió que no quería seguir viviendo: “Había llegado el momento de que todo se terminara y la única manera de que se terminara era quitándome de en medio”. 

Rocío Carrasco, impotente, veía imposible que todo ese sufrimiento terminara: “Yo no le veía el final a esto. Yo no veo que nadie haga nada. Yo sólo pedía que no pudiera volver a seguir maltratándome”.

Cuando comenzó a tener conciencia de lo sucedido, de lo que había hecho, estaba ingresada en un hospital especializado y ahí supo que lo que pretendía “era una soberana putada para los míos”. Pero insiste: lo hizo porque no quería volver a sentirse mala madre y  no quería sentir el dolor de haber perdido las dos cosas más importantes de su vida. “Es una acción cobarde, egoísta y de la que me avergüenzo, pero es la puta realidad”, ha concluido.

Se marchó del hospital porque le avisaron de que había alguien de prensa merodeando por el parking. “Mi casa era el único sitio donde me sentía segura y quería irme. Y no me esperé a que me dieran el alta, me fui”.

Ante el juzgado se presentó ese informe médico para intentar reabrir el procedimiento por lesiones psicológicas interpuesto en 2017. Y así, puesto en sede judicial, ese informe llegó a manos de Antonio David Flores. “En ese momento, él está dentro de la casa y coincide con la visita de su hija a la casa. Ella entonces le dice a su padre: ’No te preocupes, está todo mejor de lo que lo dejaste”, ha narrado dolida. Esas palabras de su hija le hicieron un especial daño, pensando que se refería a que su intento de suicidio no había sido recibido con preocupación por el entorno e incluso lo habían interpretado como una buena noticia.

Meses después, a oídos de la hija de La más grande llegó la información de que su exmarido había ofrecido ese informe a dos revistas. Ambas publicaciones lo rechazaron.

“Fue entones cuando empecé a madurar la idea de que ya había tocado fondo y nada ni nadie se merecía darle el gusto de quitarme de en medio”. En ese momento cambió su actitud: esto no tenía que haber sucedido ni podía volver a suceder.

“¿Viste a tu hija defender a su padre en GH VIP?”, le pregunta la directora del programa, Ana Isabel  Peces. “Mentiría si dijese que no he visto alguna imagen”, ha reconocido. Pero también ha querido dejar claro que ella ya no veía a su hija en esas imágenes: “Dejé de reconocerla el 27 de julio de 2012”.

  Rocio Flores Carrasco y Jorge Javier Vazquez en una de las galas de 'Gran Hermano VIP'.Jesus BrionesGTRES

Con esas primeras apariciones televisivas, Rocío Flores se convirtió en uno de los personajes más mimados y queridos del universo Mediaset. “Al final es para lo que la ha educado”, ha sentenciado Carrasco. Fueron muchos los que llegaron a comparar a Rocío Flores con su abuela, Rocío Jurado, por su actitud ante el público y su desparpajo. ”¿Se parecen en algo tu hija y tu madre?”, le preguntan a la protagonista.  “No, ojalá, si se hubiese parecido la historia hubiese sido completamente diferente”, ha contestado.  “¿Sigues viendo los ojos de tu padre cuando la miras?”. “ No, esos ojos los veía cuando era peque. Te vuelvo a repetir que yo dejé de reconocerla el 27 de julio de 2012”, ha insistido Rocío Carrasco.

En mayo de 2020, el portal Vanitatis publicó íntegramente la sentencia que condenó a Rocío Flores por malos tratos a su madre. Carrasco asegura que ella no fue quien la filtró. “Y cuando digo yo, digo mi casa”, puntualiza. Según la protagonista ella sí que intentó en ese momento protegerla de las consecuencias de que eso se hiciera público. “Es mi obligación. Yo soy su madre, por mucho que ella diga que su madre es Olga”.

Conocida la sentencia, las redes sociales arremetieron contra la joven, considerándola una niña que bien podría haber protagonizado el programa Hermano Mayor. “No sé si a la sentencia del Tribunal de Menores se le puede llamar así”, ha afirmado duramente Rocío Carrasco.

“A su padre no le ha importado exponerla públicamente, sabiendo lo que tenía detrás. Sabiendo que esa información, por H o por B iba a salir. Sin importarle las consecuencias que eso le iba a traer a su hija”, ha arremetido contra su exmarido.  “Un buen padre eso no lo hace con un hijo y lo expone ahí públicamente, sabiendo lo que sabe”, ha increpado a Antonio David Flores. “No le importa nadie en el mundo, nadie más que él y el dinero. Esa inmundicia de ser es Antonio David Flores”, le ha sentenciado.

Después de debutar en la pequeña pantalla defendiendo a su padre, se anunció la participación de Rocío Flores en otro de los realities de la cadena: Supervivientes. “¿Lo echan en Netflix?”, contestó la hija de Pedro Carrasco al periodista que le preguntó si iba a seguir a su hija en el programa. Una declaración que hizo correr ríos de tinta en todos los programas y que fue muy criticada. “Yo no considero que sea un comentario desafortunado. Fue un arma mía para poder abordar lo más tranquila y lo más serenamente posible esa pregunta”, ha querido explicar.

Al inicio de la segunda parte del episodio, Rocío Carrasco se enfrenta a las declaraciones de su hija durante su participación en Supervivientes. La protagonista explica que no la vio llorar acordándose de ella, pero que lo que sí vio fue cómo Rocío le dijo a otra de las concursantes que si hubiese vivido el calvario que ella y su hermano vivieron no tendrían una buena opinión de su madre.

“Ahí es verdugo porque antes ha sido víctima. Al final, te das cuenta de que habla igual que su padre”, relata Carrasco. ”¿Tú viviste un calvario los últimos años que compartiste con ella?”, le pregunta la directora sentada enfrente.  “Yo viví un horror durante los últimos años que compartí con ella. Yo viví una pesadilla continua”, han sido las duras palabras de Carrasco hacia su hija.

“Necesito saber cómo está mi madre. Me parece superinjusto”, pedía Rocío Flores entre lágrimas en Supervivientes el día que les comunicaron que se había decretado el estado de alarma por la llegada del coronavirus. “No me hace bien verlo porque sé que no es verdad, muy a mi pesar. Lo digo porque no es real esa reacción. Cuando está aquí, los siete años, su madre es Olga y cuando se va a Supervivientes su madre soy yo”, ha sido el comentario de la protagonista cuando le han puesto esas imágenes.

  Rocío Flores y Olga Moreno en Málaga días después de llegar de 'Supervivientes'.KMJGTRES

Además, ha querido dejar claras las veces que su hija le ha llamado por teléfono para intentar un acercamiento, cuestión que también ha sido muy comentada en platós y revistas: no lo hizo cuando llegó a Madrid después del concurso, como así se creía, y solo la ha llamado una vez en estos siete años, el 3 de diciembre de 2020. “No le cogí el teléfono porque esa llamada se produce muy pocos días después de que a la mujer de su padre le llegara la denuncia penal por revelación de secretos. Yo sé que esa llamada era para eso, para nada bueno”.

Incrédula ante las lágrimas de su hija cuando delante de las cámaras de televisión le felicita el día de su cumpleaños, Rocío Carrasco se ha mostrado tajante contando que nunca antes lo había hecho. “Si hubiese querido hacerlo en privado lo habría hecho. Eso no es verdad”, ha respondido a esa felicitación de su hija que nunca había querido escuchar.

“No tengo nada que decirle a mi hija públicamente. No tengo nada que decirle porque eso que han visto durante mucho tiempo no es real. Hay muchos intereses creados”, ha afirmado sin lugar a dudas. “Ella sabía lo que tenía que decir y cómo lo tenía que decir para obtener lo que obtuvo”, clama advirtiendo de que la culpa de todo la tiene su padre, no ella.

“Es el primer día que me pongo por delante de mis hijos, lo hago cuando ya está todo perdido. Muy a mi pesar. No sé en un futuro, pero en un presente lejano está perdido”, ha asegurado tras reflexionar sobre las imágenes que ha visto.

Y así han llegado las preguntas y las confesiones finales.

“Me hubiera encantado tener más hijos pero yo no hubiese podido tener un embarazo normal y tranquilo”, ha respondido cuando se le ha peguntado por qué no tuvo más hijos. Pero ahora sí que cree que puede ser el momento, cuando ya empieza a salir del túnel que era su vida, cuando ya ha tomado conciencia de lo que ha pasado y cuando cree que puede dejar atrás la enfermedad y la depresión.

“Puedo estar hundida, deprimida, frustrada... pero yo loca no estoy”, se ha defendido ante todos aquellos que la han tachado de ello.

″¿Por qué has hecho esto con La Fábrica de la Tele, que tenían contratado a Antonio David y han participado de todo esto?”, han querido saber desde la dirección del programa. “Porque creo que eran los primeros que tenían que saber la verdad”, ha contestado sincera.

“A mí no me han dejado estar sola, como él ha pretendido. Que no se vaya a creer nadie que yo no tengo a gente que me quiere”, ha querido gritarle a todos. Se ha referido así a su marido, que no se ha apartado de ella, y a su suegra, “que ha sido la persona más maravillosa”.

En los últimos minutos del episodio —y de la docuserie— hemos descubierto  a la Rocío más empoderada, a otra Carrasco: “Ahora a intentar dejar de malvivir. A intentar vivir, a hacer una vida medianamente normal, a intentar seguir para adelante, a intentar curarme. Porque yo de esta me tengo que curar, porque yo puedo”.

″¿Preparada para algún ataque?”, terminaban preguntándole. “Estoy aquí. Ahora que venga quien quiera. Que haga cada uno lo que quiera, que aquí estoy”, han sido sus últimas palabras.

No ha sido hasta el final del programa cuando la protagonista ha hecho acto de presencia en directo desde su casa, como se había anunciado. “Estoy muy emocionada. Especialmente con esos últimos minutos del programa”, ha dicho entre lágrimas.

“Me ha removido mucho, especialmente el hecho de que no estoy sola. Antes no lo estaba, pero ahora lo estoy mucho menos gracias a vosotros. Gracias por la implicación, por haberme escuchado y por haber subido el altavoz”, ha manifestado.

Fuerte y segura, como la propia Carrasco ha manifestado sentirse, ha expresado su deseo de que a partir de ahora las cosas cambien para todas las mujeres.

El broche final ha sido el anuncio de que la próxima semana estará en plató: “Quería deciros a todos que el próximo miércoles me gustaría ir de nuevo al plató a cerrar el ciclo, con todos vosotros”.

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Mila Fernández es redactora de LIFE en 'El HuffPost' y editora de branded content. Antes, fue redactora de estilo de vida y gente en revistas femeninas —AR, LOVE y SMODA—, dirigió la revista Turismo Rural y trabajó delante del micro en Radio España. Puedes contactar con ella en mila.fernandez@huffpost.es