¿Le queda grande el traje de 'The Batman' a Robert Pattinson?
El actor da vida al superhéroe en la nueva película del personaje, con la presión de la buena fama de 'El caballero oscuro', con Christian Bale.
De esa descripción, sin duda, nace The Batman, la película dirigida por Matt Reeves (Déjame entrar, El amanecer del planeta de los simios) y en la que esta vez es Robert Pattinson el que se enfunda la armadura del protagonista. El film, que llega a las salas este viernes 4 de marzo, es el más fiel al cómic original, el del personaje creado por el dibujante Bob Kane y el guionista Bill Finger a finales de 1939. De hecho, el cineasta nunca ha negado ser fan de las viñetas de Batman: Año Uno (Frank Miller y David Mazzucchelli) o Batman: Ego (Darwyn Cooke).
Cualquier película de tres horas, como esta, se enfrenta habitualmente a la misma queja: es una historia que se podría haber contado en 90 minutos. Cierto (como en casi todas), lo que no quiere decir que a The Batman le sobre un minuto de metraje, porque todo encaja. La extensión de la película ni se siente. Aunque este podría ser el gran pero para espectadores acostumbrados al consumo rápido de las plataformas de streaming.
Son muchos los críticos que coinciden en que The Batman es ya la mejor película del personaje y también una de las mejores del género, y que Robert Pattinson luce el traje como nadie.
Independientemente de los gustos, ni Michael Keaton, ni Ben Affleck, ni George Clooney, ni Christian Bale logran ensombrecer al actor que dejó las franquicias (Harry Potter y Crepúsculo) para embarcarse en proyectos más independientes y, paradójicamente, acabar encarnando el papel del superhéroe, aunque sin haber dejado de lado por el camino las superproducciones como Tenet, curiosamente dirigida por Christopher Nolan, director de El Caballero Oscuro.
“Es la joya de la corona, el personaje más interesante al que puedes aspirar como actor”, explica el actor británico de 35 años en el número de Fotogramas de marzo.
Esta vez, The Batman se centra en el segundo año de la lucha contra el crimen del ‘hombre murciélago’. Una época en la que tendrá que darse de bruces contra la corrupción en Gotham City, la relación de la misma con su familia y la persecución de un asesino que se hace llamar Enigma, con un modus operandi que recuerda mucho a películas como Zodiac o Seven, de ahí que se insista tanto en la influencia de David Fincher en el trabajo del realizador.
En esta ocasión, Reeves ofrece algo más que la historia del personaje o la indagación en sus orígenes. Cualquiera que haya seguido la historia de Batman sabe que cuando salía de ver La marca del Zorro del cine, fue testigo de cómo sus padres eran tiroteados por un ladrón, y que de ahí nació El Caballero Oscuro, El mejor detective del mundo, El guardián de Gotham City. Un muchacho multimillonario, Bruce Wayne, que quiere acabar con el crimen en la ciudad tras el trauma de perder a sus progenitores. Es entonces cuando comienza a entrenarse: criminología, química, manejo de coches en situaciones cotrarreloj, artes marciales…
Esta no es una película sobre un superhéroe, que también. Es una historia de detectives que pretende evitar ser etiquetada como un film puramente de acción. De hecho, Matt Reeves se inspiró parcialmente en la historia real de un policía estadounidense que patrullaba de noche y escribía en un blog sobre cómo impactaba en su vida su trabajo. Una base más humana que heroica.
Si alguien va a la sala dispuesto a ver al mayor enemigo de todos los tiempos de Batman, el Joker, que espere sentado. Ni aparece. Tampoco tiene porqué hacerlo en esta trama. Eso sí, como ya se hizo en la versión de Tim Burton, The Batman incluye a otros dos personajes de peso, más allá de todos sus enemigos de Arkham: El Pingüino y Catwoman. Y de qué manera. El primero, un Colin Farrell irreconocible; la segunda, una Zoë Kravitz que desprende química en cada escena compartida con Pattinson.
El director ha comprendido que Batman no es un superhéroe al uso, y Pattinson se ha entendido a la perfección con lo que Reeves esperaba de él: un personaje oscuro, tenebroso, como la propia película que ha resultado de este trabajo con un equipo que desprende sintonía. El cineasta quería un film noir, tenía claro que veía en Batman “un Kurt Cobain, una estrella del rock multimillonaria con una personalidad torturada que ha emprendido un camino de autodestrucción”, confesó en Cinemanía.
Puede que por eso no se olvide de la desaparecida estrella de Nirvana, teniendo en cuenta cómo encaja el éxito Something in the Way en algunas de las escenas. Tema con el que consigue dar más notoriedad al fotograma, porque The Batman trasciende con cada uno de ellos: visualmente es digna de invertir en esa entrada de cine. Técnicamente, impecable.
El tono de la película —un ambiente oscuro, tétrico y gótico que, sin embargo, encaja con una historia actual—; temas de corrupción, falta de confianza de los ciudadanos en las autoridades, violencia; elementos como el suspense, la emoción, momentos inquietantes, un buen guión, buenas interpretaciones... En definitiva, y con todo el respeto del mundo a la valorada trilogía de Nolan, The Batman supera las expectativas y se presenta como si fuese la primera película del personaje, tras tantas versiones: apta para quien haya seguido sus hazañas o no, para los amantes del cine de superhéroes o no.
Todo ello ha desembocado en un thriller con sello propio, en el que se ha cuidado con suma cautela esa línea que separa al villano del superhéroe para presentar al Batman más humano que se ha visto hasta el momento. Aunque siempre oscuro.
El listón estaba alto pero, a los mandos de Matt Reeves, Robert Pattinson se ha convertido para buena parte de la crítica en el mejor Batman de todos los tiempos. Sin olvidar el acierto de apostar por el personaje de Enigma, eje central para hacer de The Batman un thriller detectivesco. Este no es otro blockbuster al uso, y se agradece más que nunca.