Los otros reyes que también dejaron España
Juan Carlos I no es el primer monarca en irse del país. Ha tenido bastantes antecedentes.
Juan Carlos I ha comunicado a su hijo, el rey Felipe VI, que abandona España, ahogado por las polémicas que le han rodeado en los últimos meses y semanas. El movimiento del monarca emérito, sobre el que se había especulado recientemente, supone un cambio de guion drástico para la Casa Real.
Pero la decisión de Juan Carlos, por llamativa que resulte, no es algo tan novedoso en la historia reciente de España y, como él, han sido varios los reyes que optaron por la salida del país por uno u otro motivo.
El siglo XIX, sinónimo de inestabilidad en la Jefatura del Estado, dio lugar a varios exilios de monarcas en una constante incertidumbre social. Apenas comenzado, la intervención de Napoleón para hacerse con la corona española, en disputa entre Carlos IV y su hijo Fernando VII en 1808, dio paso al comienzo del reinado de José I, hermano de Napoleón, al mismo tiempo que las tropas francesas trataban de conquistar el territorio español.
Mientras se sucedían las batallas, tanto Carlos IV como su hijo se emplazaron en territorio francés por orden de Napoleón. Carlos IV ya no regresaría a España y moriría años después en Napolés. Fernando VII, ‘El Deseado’ sí regreso, en 1814, una vez derrotadas las tropas napoleónicas.
Medio siglo después, Isabel II, derrocada del trono en 1868 en la conocida como “Revolución Gloriosa”, también optó por abandonar el país. Lo hizo en tren desde San Sebastián, donde veraneaba, hasta Francia. Allí se exilió, bajo el amparo de Napoleón III y Eugenia de Montijo, y estableció su residencia en el parisino Palacio de Castilla hasta su muerte en 1904.
Los ecos de ‘La Gloriosa’ no se calmaron hasta muchos años después. En plena resaca post-isabelina, el italiano Amadeo I de Saboya se convirtió en el nuevo rey de España. Su reinado fue extremadamente breve, entre 1870 y 1873 y su abdicación, motivada por la falta de apoyo de la clase política (tras la muerte de su valedor, el general Prim) y social, supuso su abandono de un país que no era el suyo. Primero, con dirección a Lisboa para, poco después, instalarse en Turín, donde falleció en 1890.
Ya en el siglo XX se produjo la que quizás sea la salida más famosa por lo que significó. Tras la celebración de las elecciones municipales de abril de 1931 que dieron pie a la Segunda República, Alfonso XIII optó por dejar España en la noche del 14 al 15 de abril, previo paso por Cartagena, puerto desde el que tomó destino a Marsella. Diez años más tarde Alfonso XIII murió en Roma.
Francia e Italia han sido los grandes destinos del exilio para los monarcas en la historia reciente española. Queda por conocer el de Juan Carlos I (nacido en Roma), cuyo padre Juan de Borbón, si bien nunca ejerció como Jefe de Estado en pleno franquismo, desarrolló su vida y sus aspiraciones al trono siempre desde el extranjero, hasta que renunció a sus derechos dinásticos en favor de su hijo.