El rey y Sanxenxo: su última parada antes de salir de España y su habitación en casa de Pedro Campos
Juan Carlos I cenó el domingo 2 de agosto, un día antes de anunciar su marcha al extranjero, con varios amigos en la localidad de Pontevedra.
El paradero de Juan Carlos I es todavía una incógnita, pero si en algo coinciden todos los medios es que el monarca pasó su última noche en España cenando con varios amigos en Sanxenxo. La localidad pontevedresa acogió al rey emérito un día antes de que Casa Real emitiese el comunicado en el que anunció su decisión de salir del país.
“Su estancia fue de perfil bajo. No hubo visita al Real Club Náutico, ni recepción de autoridades. No se dejó ver por la rada ni se expuso ante los móviles de los visitantes al puerto que en otras ocasiones le hacían fotos, sorprendidos de encontrárselo tan inesperadamente. El domingo pasado hubo sólo una reunión pequeña de unos pocos amigos y en la casa de Pedro Campos”, apuntan en La Voz de Galicia. No anunció su decisión a los convocados y se centraron en temas náuticos.
La casa de Pedro Campos, la casa de Juan Carlos I
La casa de Pedro Campos es la casa de Juan Carlos I en Sanxenxo, pero no vive ahí como publicaron algunos medios en diversas ocasiones al asegurar que había dejado el palacio de la Zarzuela en Madrid. Sí es cierto, sin embargo, el monarca tiene una habitación a su entera disponibilidad.
“Don Juan Carlos viene cuando hay regatas, nada más”, contó el propio Campos en una entrevista con Vanitatis el pasado enero. “Se instala en mi casa, que por cierto no es un pazo, como se ha dicho, sino un chalet familiar sin lujos mas allá de lo que supone la comodidad de una familia. Él tiene su habitación en el piso superior y nunca se hizo ninguna reforma para adecuarla a sus necesidades. Que yo sepa vive en el palacio de la Zarzuela”, aseguró.
La casa de los Campos es un chalé a las afueras de Sanxenxo, ubicado muy cerca del Club Náutico, presidido por el amigo del rey desde 1999. No ha sido siempre su hogar en esta localidad. “Al principio se quedaba en una casa rural, pero un día se vino conmigo y se encontró muy cómodo”, explicó Campos en una entrevista con Vanity Fair en 2019. En ese momento se convirtió en su residencia habitual.
Más de 30 años de relación
La amistad del rey Juan Carlos I y Pedro Campos Calvo-Sotelo data de 1983. “Me lo presentó su gran amigo, el armador José Cusí. Hasta entonces sólo lo había visto en la tele”, explicó en esa misma entrevista.
La relación fue afianzándose con el tiempo y los lazos se estrecharon después de junio de 2014. “Ya había abdicado cuando un día coincidimos en una regata. Comentó que lo que más le gustaría del mundo era volver a regatear. Así que nos pusimos manos a la obra”, aseguró Campos, que en 2015 creó la regata Rey Juan Carlos I en Sanxenxo y que consiguió que el rey volviese competir en el Bribón.
Pedro Campos nació en Cuntis (Pontevedra) en 1950, es el quinto de 11 hermanos. Su padre Marcial Campos Fariña fue ingeniero de Endesa y propietario de las termas de Cuntis, que hoy gestionan sus hijos. Su madre, Enriqueta Calvo-Sotelo, prima hermana del presidente Leopoldo Calvo-Sotelo, se encargó de gestionar el negocio familia al enviudar y convirtió el balneario familiar en uno de los mayores centros termales de España.
Campos está casado con la brasileña Cristina Franze, 30 años más joven que él, desde 2017, boda a la que no faltó el rey Juan Carlos I. Antes lo estuvo con la vasca Begoña Gil de Barroeta. Contrajeron matrimonio cuando Campos tenía 43 años y tuvieron dos hijas, Begoña y Paloma, de las que dicen duermen en casa de amigos cuando el rey emérito se hospeda en Sanxenxo a fin de no tener que mostrar su DNI a los servicios de seguridad.
El amigo del rey Juan Carlos I es aficionado al mar desde los tres años, cuando su padre le enseñó a navegar por la ría de Arousa en el barco que alquilaba los veranos. Empezó los estudios de ingeniería naval pero los dejó para dedicarse profesionalmente a las regatas al ganar su primer campeonato mundial en Mónaco en 1976, con 26 años. Tras este logro empezó a fabricar sus propias velas. “Pensaba que las que había se podían mejorar”, contó en Vanity Fair. Su pequeña empresa fue creciendo y con los años se fusionó con el gigante North Sails, del que tiene una participación.
El mar no es la única afición que comparte con el rey Juan Carlos, también esquía y le gusta la gastronomía. En las visitas del rey a Galicia, Campos ha hecho habitualmente de anfitrión para enseñarle más lugares de la provincia y visitar restaurantes de Sanxenxo, O Grove, Vigo, Pontevedra, Baiona o Cuntis. Según publicó El Español el pasado julio en 2020, una de las excursiones que más les gusta hacer es “subirse a un barco de pesca de los muchos que hay en el puerto, acercase a una batea, sacar unos cuantos moluscos y, allí mismo, con un cocinero que acude con ellos, disfrutar de una buena comida en el mar con productos propios de la tierra”.
Aunque si hay anécdota a destacar de la relación entre ambos hay que viajar a 1993: ese año Campos se atrevió a tirar al rey Juan Carlos a la piscina del Club Náutico de Palma de Mallorca tras ganar la Copa del Rey. “Era tradición tirar al patrón al agua. El príncipe vino a felicitarnos y nos dio el impulso final”. Las cámaras inmortalizaron el momento y la imagen dio la vuelta al mundo.