Sánchez y Aragonès acuerdan reactivar la Mesa de Diálogo en septiembre
El presidente de la Generalitat insiste en la "amnistía" y en la "autodeterminación", que el Gobierno niega.
Dos horas y media reunidos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, han acordado este martes que la Mesa de Diálogo entre gobiernos se reunirá la tercera semana de septiembre en Barcelona.
Ambos dirigentes se han visto en Moncloa para tratar de sentar las bases de un incipiente diálogo entre Ejecutivo central y Generalitat que abra paso al reencuentro entre Cataluña y el resto de España tras más de una década de desafío independentista.
Del encuentro también ha salido el compromiso de que en julio se reúna la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, en la que se se discutirán asuntos donde el pacto es más probable, como transferencias de competencias, inversiones y los números de los fondos de recuperación europeos.
El último encuentro del presidente del Gobierno con un president de la Generalitat fue con Quim Torra y duró hora y media. Por eso, la expectación crecía según pasaban los minutos. El presidente catalán ha sido el primero en dar su versión desde el Centro Cultural Blanquerna, la sede oficiosa de la Generalitat en Madrid. Después lo ha hecho, desde Moncloa, la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.
Aragonès ha mostrado predisposición para aguantar sentado en la Mesa de Diálogo: “Lo que buscamos con la mesa no es una foto. Si fuese una foto la tendrían esta semana. Lo que buscamos es afrontar un conflicto político de fondo. No será fácil”.
Montero le ha cogido el guante: “El Gobierno no es ingenuo”. Moncloa sabe que la negociación será ardua, pero se ha congratulado por ser capaz de generar un “clima de concordia”. Ese ha sido el clima imperante entre ambos, según Montero: la “cordialidad”. El Gobierno está empeñado en “pasar página” y “abrir un tiempo nuevo”.
La cosa, sin embargo, está difícil. Aragonès ha explicado que durante su charla con Sánchez ha constatado que ambos parten de posiciones “alejadas” sobre cómo resolver el conflicto, si bien han coincidido en que el camino es el “diálogo” que debe primar lo que queda de legislatura. Dos años es el plazo que se da el independentismo que sostiene el Govern.
El dirigente catalán ha celebrado que “se haya podido desencallar” la Mesa, cuyos integrantes por parte catalana decidirá el Govern de coalición de ERC y Junts. Además, el president ha detallado que en las próximas semanas los equipos de la Generalitat y del Gobierno trabajarán para acordar la metodología, el orden del día y la fecha concreta de la Mesa.
Sánchez ha recibido al jefe de la Generalitat en la escalinata de Moncloa, donde se han saludado de manera protocolaria y respetando las medidas de distancia que ha impuesto la pandemia. Es más, ninguno de ellos se ha quitado la mascarilla. Ni siquiera en los ratos al aire libre pese a que ya no es obligatorio su uso en el exterior.
Montero ha detallado que el presidente del Gobierno también ha hecho varias peticiones a Aragonès. Sánchez quiere que el jefe de la Generalitat acuda a la conferencia de presidentes autonómicos que Moncloa convocará en julio para abordar los fondos europeos tras el visto bueno de Bruselas al plan español de recuperación y resiliencia. El jefe del Gobierno central también ha exhortado a Aragonès a impulsar un foro “de encuentro” entre catalanes para mejorar la convivencia dañada por el procès.
El encuentro entre ambos llega precedido de varios gestos entre las partes en “conflicto”, pues hace solo una semana que el Ejecutivo dio luz verde a los indultos a los líderes independentistas condenados por el procès. Y hace solo dos días que Oriol Junqueras, el líder de ERC, contó en una entrevista que la de este Gobierno es la “mejor actitud” que ha visto en diez años.
Aún así, Aragonés ha llevado a Moncloa las dos banderas a las que no está dispuesto a renunciar: la amnistía y la autodeterminación. “Esta es una negociación compleja, porque va de soberanía, va de qué comunidad política decide el futuro. Y nosotros tenemos que defender que es Cataluña y que sean los ciudadanos de Cataluña los que decidan”. El problema es que según Montero, el presidente del Gobierno no ha hablado “en ningún momento” de amnistía o autodeterminación.
“Nuestro marco de convivencia se sujeta a la Constitución de 1978. España no tiene sentido sin Cataluña y Cataluña no se entiende sin España. La unidad es el motor que nos va a permitir superar esta crisis económica”, ha espetado Montero poco después.
El nuevo Govern no se baja del referéndum y su líder, Pere Aragonès, ha asegurado que Sánchez no le ha planteado la opción de realizar una consulta en el conjunto del Estado, como ha insinuado el líder del PSC Salvador Illa, abierto a consultar a todos sobre el “marco de convivencia”. Pese a ello, Aragonès ha invitado al Estado a realizar cualquier oferta en la Mesa para solucionar el conflicto.
No obstante, sobre la reunión también se ha ceñido algún nubarrón. Este mismo martes, el Tribunal de Cuentas ha comunicado la cuantía que reclama a más de 40 ex altos cargos de la Generalitat por los gastos indebidos de la promoción internacional del referéndum del 1-O. Un total de 5,4 millones de euros. Y Aragonès le ha sacado el tema a Sánchez.
El president ha exigido que se frene la “represión económica” y ha defendido que “no hay caso” y que la Generalitat no se considera “administración perjudicada” como alega el Tribunal de Cuentas, pero ha dejado en manos de los servicios jurídicos los próximos pasos a seguir.
La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha asegurado antes del encuentro entre ambos dirigentes que pese a que Aragonès también ponga encima de la mesa la “amnistía” y el “referéndum de autodeterminación”, para el Ejecutivo son líneas rojas que solo conducen a la frustración. Por eso, Montero ha instado las partes a centrarse en construir confianza.
La Mesa de Diálogo vuelve en septiembre
La reunión ha servido para despejar cuándo se reiniciará la Mesa de Diálogo entre los dos gobiernos: después del verano, al inicio del nuevo curso y no antes como han pedido algunas formaciones independentistas.
Fuentes del Ejecutivo señalaban que Moncloa tenía total disposición, pese a que la agenda del presidente cada vez se estrecha más. Eso sí, también alertan de que la mesa será difícil y “tortuosa” e insisten en que lo importante es tratar propuestas que sean viables.
Uno de los puntos de fricción será la presencia del exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras en la mesa. Se trata de algo que el Pedro Sánchez ha rechazado este lunes, alegando que ese debate es “entre gobiernos” y que el líder de ERC aún tiene “años de inhabilitación”.
La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha detallado este martes que Pere Aragonès quiere acordar el contenido, un orden del día y la metodología de la mesa de diálogo “para hacerla útil”. Por su parte, el presidente del Gobierno de España ya ha dejado claro que habrá un límite claro en las negociaciones. No habrá referéndum de autodeterminación.