El centroizquierda italiano derrota a la ultraderecha en las grandes ciudades
Se impone en Milán o Nápoles, parando a las formaciones de Salvini y Meloni, aunque Roma podría caer en sus manos.
El centroizquierda logró conservar en la tarde de ayer los ayuntamientos de importantes ciudades de Italia como Milán (norte) o Nápoles (sur), derrotando sin paliativos a la ultraderecha, mientras que Roma requerirá una segunda vuelta, según las proyecciones de los primeros datos escrutados de las elecciones locales.
“Hemos demostrado que se puede vencer a la derecha”, celebró el ex primer ministro Enrico Letta, que es desde el pasado marzo nuevo líder del Partido Demócrata (PD), la mayor formación de centroizquierda del país y gran ganadora de los comicios con una coalición progresista.
A falta de conocerse los resultados, debido al siempre lento escrutinio en Italia, las proyecciones apuntan a una clara victoria de la alianza progresista, que en Milán, Nápoles o Bolonia ni siquiera tendría que acudir a una segunda vuelta, fijada en el país para los días 17 y 18 de octubre.
Unos 12 millones de italianos estaban llamados a las urnas para renovar los ayuntamientos de 1.192 municipios, en unos comicios con una clara moraleja a escala nacional en los que se ha constatado una baja participación, de solo el 54,69 %, frente al 61,58 % de las pasadas elecciones.
Las grandes urbes, conservadas
En resumidas cuentas, la pugna era entre la coalición derechista, formada por la “berlusconiana” Forza Italia y las ultraderechistas Liga de Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, y la de centroizquierda liderada por el Partido Demócrata (PD), y a veces integrada también por el Movimiento Cinco Estrellas (M5S).
Y la segunda opción ha sido la preferida en muchos casos.
En Milán, el actual alcalde, Giuseppe Sala, revalidará el cargo con el 55 % de los votos con el 11 % escrutado, tras años como paladín de los derechos civiles y de la acogida en la capital de la próspera e industrial Lombardía, feudo histórico de la Liga.
En el caso de Turín (noroeste), una de las primeras conquistas del Cinco Estrellas cuando era un partido anticasta, habrá una segunda vuelta entre el candidato progresista Stefano Lo Russo, a la cabeza con el 42 %, y el de la derecha, Paolo Damilano (39,7 %) con el 25 % escrutado.
El primero en comentar las proyecciones de las urnas fue Salvini y reconoció en la RAI que han tenido “poco tiempo” para explicar su proyecto de futuro en ciudades como Milán o Bolonia.
¿Reconquista en Roma?
La pugna más ajustada tendrá lugar en la capital, Roma, donde se necesitará un segundo duelo entre los candidatos más apoyados: el economista y exministro Roberto Gualtieri, de la izquierda, y la apuesta de la derecha, el abogado Enrico Michetti.
Las proyecciones indican una leve ventaja de este último sobre Gualtieri, pero este podría tenerlo más fácil en la segunda vuelta llevándose el apoyo del resto de candidatos descartados.
Las elecciones han marcado el fin de la actual alcaldesa, Virginia Raggi, que en 2016 se convirtió en la primera mujer en llegar al consistorio romano con el M5S y que ha quedado la última.
El poder desgasta y en Roma más, como ha podido comprobar ella misma al no ser capaz de solucionar algunos de los problemas de los que adolece la Ciudad Eterna desde hace décadas, como el desastroso transporte público o la pésima gestión de la basura.
Alianza que funciona
Uno de los aspectos más interesantes de estos comicios era testar la sufrida alianza entre el Partido Demócrata y el Cinco Estrellas, dos partidos enfrentados en el pasado y que han unido fuerzas contra la derecha tras gobernar el país juntos hasta hace ocho meses.
Y el resultado ha sido victorioso. En Nápoles (sur), el exministro de Universidades Gaetano Manfredi será el nuevo alcalde sin necesidad de una segunda vuelta, apoyado por una amplia coalición de centroizquierda con esos dos partidos como principales pilares.
Asimismo en Bolonia (norte) “La Rossa” (La Roja), la misma fórmula alzará a Matteo Lepore como nuevo alcalde, derrotando sin ambages al candidato derechista, Fabio Battistini.
La unión de ambos partidos ha sido una apuesta de sus líderes: Letta, del PD y que además hoy obtuvo el acta de diputado por Siena, y otro ex primer ministro, Giuseppe Conte, que ha tomado las riendas del M5S.
Pulso en la derecha
Con Berlusconi de capa caída, en un segundo plano por su salud y su avanzada edad, el báculo de la derecha podría cambiar de manos: el influjo de Salvini se reduce mientras su socia Meloni emprende el vuelo.
Durante la campaña se han señalado tensiones y desavenencias entre ambos aliados, rápidamente desmentidas por ellos. “No podemos perder tiempo en cuestiones internas”, instó Salvini, consciente de la pérdida de fuelle de su coalición.
En cualquier caso la alianza derechista puede alardear de haber conservado la región de Calabria, la “punta de la Bota italiana”, que adelantó sus elecciones tras la muerte de la anterior presidenta, Jole Santelli.
En la impredecible política italiana, está por ver si estas elecciones tienen algún efecto en el Gobierno nacional, dirigido desde febrero por Mario Draghi con el apoyo de todos los partidos menos de los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, hasta ahora su única oposición.