Reino Unido niega a Escocia la posibilidad de celebrar un segundo referéndum de independencia
Aunque en la consulta de 2014 ganó el no, la ministra principal entiende que la oposición de su gente al Brexit inminente justificaba un nuevo refrendo
El Gobierno del Reino Unido ha rechazado este martes formalmente el llamamiento de la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, para celebrar un segundo referéndum de independencia, según ha informado el Ejecutivo vía Twitter. La dirigente quería hacer esa consulta en el segundo semestre de este año, 2020.
La solicitud de este permiso se hizo el pasado diciembre, cuando se planteó al conservador Boris Johnson, la propuesta formal para que acceda a negociar un nuevo referéndum de independencia del Reino Unido. Downing Street ya rechazó esa posibilidad en una nota tras recibir la petición escocesa y ahora llega el comunicado oficial.
El referéndum para decidir si Escocia debería ser un país independiente tuvo lugar el 18 de septiembre de 2014. Fue convocado a raíz de un acuerdo entre los gobiernos escocés y del Reino Unido, por el que se establecieron las bases para un referéndum sobre la independencia escocesa. La decisión fue aprobada por el Parlamento de Escocia en noviembre de 2013. Entonces, la participación fue del 84.59 %, y los resultados fueron concluyentes: 55.3 % en contra y 44.7 % a favor.
Sturgeon, no obstante, entendía ahora que la marcha de Reino Unido de Europa, que los escoceses han rechazado en masa, justificaba un nuevo refrendo. Y se veía más reforzada tras el resultado obtenido en su territorio en las elecciones del pasado 12 de diciembre, en las que el Partido Nacional Escocés (SNP) obtuvo 48 de los 59 escaños en liza.
“No puedo aceptar ninguna solicitud de transferencia de poderes que conduzca a más referendos de independencia”, ha escrito ahora Johnson en una carta que ha colgado en su cuenta de Twitter, en la que recuerda a Sturgeon que estuvo de acuerdo en que el referéndum de hace seis años sería un único voto “en una generación”.
“Otro referéndum de independencia continuaría con el estancamiento político que Escocia ha vivido en la última década... Es el momento de que todos trabajemos para unir al Reino Unido”, ha añadido el premier.
“El Gobierno del Reino Unido continuará defendiendo la decisión democrática del pueblo escocés y la promesa que usted les hizo. Por esa razón, no puedo aceptar ninguna solicitud de transferencia de poder que conduzca a más referendos de independencia”, apuntó Johnson.
Otro escenario
El Partido Nacionalista Escocés (SNP), que lidera Sturgeon, considera que la salida de la Unión Europea, que se producirá el próximo día 31 de enero y contra la que Escocia se pronunció mayoritariamente, cambia las circunstancias en que se votó en 2014 y pone de manifiesto la necesidad de volver a convocar un referendo. En cambio, el Gobierno de Johnson ha destacado que una vuelta a las urnas “continuaría con el estancamiento político que Escocia ha visto en la última década, con escuelas, hospitales y empleos escoceses nuevamente abandonados debido a una campaña para separarse del Reino Unido”.
El permiso de Londres es imprescindible para activar la llamada Sección 30 del ordenamiento que transferiría al Parlamento escocés las competencias necesarias para legislar sobre una consulta legal y vinculante, como la que persigue organizar el ejecutivo regional.
Sturgeon respondió en Twitter que los conservadores “están aterrorizados” ante la posibilidad de que Escocia tenga “derecho a elegir”.
“Saben que cuando se nos dé la opción, elegiremos la independencia. Los conservadores no tienen un argumento positivo para (defender) la unión, así que todo lo que pueden hacer es intentar negar la democracia, lo que no se puede sostener”, dijo, y agregó que tal maniobra “impulsa el apoyo a la independencia”.